Viaje al corazón - Historias del Grand Line III

Epilogo

El viento soplaba levemente en la costa y se respiraba una tranquilidad a la que me había acostumbrado en estos años. Sentada sobre el barranco viendo el horizonte, esperando ver esa estela de barcos que llegaría para la reunión de cada año. 

El tiempo pasaba volando, por mucho que Yoko y Meraki dijeran que eso era relativo, para los mortales que no controlamos el tiempo este circula de una manera diferente y mi perspectiva era.... que el tiempo pasaba muy rápido, ya eran doce años. 

Doce desde que separamos nuestros caminos en Wano, no siendo la ultima vez que nos volveríamos a ver. Poco después de separarnos, me llegaron noticas de Vera, habia tenido un niño sano y que se parecía a Marco, comentándome que durante los primeros años se quedarían en la isla Alma, para proteger al niño de los peligros que podria llevar la vida del mar. 

No mucho después, también recibí la noticia de que Yoko y Ace estaban en la isla y que la peliblanca estaba embarazada, no pude alegrarme más por ellas. Pero el hecho de que a mi me resultara difícil el concebir me genero estar algo triste e irritante, hasta que no pude más y hable con Law para volver a la isla Alma. En ese época era una personas que esta enfadada todo el rato y las discusiones cada día eran más frecuentes, así que opte por poner mar por medio entre los dos, iría unos meses a mi hogar de vuelta, donde conocería a Oliver y Umiko los hijos de mis dos amigas. 

Esos meses en casa fueron tranquilos y agradables, mi madre había mejorado mucho en su miedo por lo que me habia pasado. Cuidaba a los bebes de mis amigas y jugaba cada día con ellos y Pin. Pero al mes, algo faltaba estaba triste, echaba de menos a Law y al tripulación, por lo que confundida fui a hablar con Bob. 

- No se que me pasa, parece que no puedo estar conforme con nada en la vida - lloraba desconsolada no entendiendo mi cabeza y pensamientos. - Estaba con Law y quería estar aquí con las chicas para ver a sus hijos y ahora que estoy aquí solo quiero volver con el....- el hombre me abrazo y suspiro. 

- No estas confusa, solo tienes muchos deseos y no sabes aun el camino por que el que tienes que ir - sonrió y me abrazo sonrientemente. Justo en ese momento entro por la puerta el alto exmarine pelinegro que nos miro con el entrecejo fruncido. - Tranquilo, no te estoy siendo infiel - le guiño un ojo y en ese momento me entere que esos dos estaban en una relación. 

Nunca imagine que Kuzan y Bob acabarían juntos, pero ahora no me los imaginaba separados, eran perfectos el uno con el otro. Hace unos años adoptaron a uno de los niños que rescatamos de la marina, no se lo que vio el elemental en Mike, pero ese niño desde el minuto uno se gano el corazón del hombre. 

Esa noche me quede hablando intensamente con el, que comento que aun  nadie en la isla sabia de su relación y que estaba algo nervioso de como serian vistos. 

- Siempre hemos sido amigos....- decía algo avergonzado mirando a su pareja amorosamente - cuando éramos niños siempre estábamos juntos y bueno..... - se rasco la nuca algo nervioso, lo que era muy tierno de ver en el elemental del espíritu, además de extraño ya que era una persona muy extrovertida. 

- Siempre me sentí atraído por él - sorprendentemente el mas tranquilo entre los dos era el pelinegro - pero dado su poder mantenía las distancias. 

- Creía que no te caía muy bien - declaro acercándose a su pareja y dándole un beso, no pude soltar una exclamación de ternura y eso hizo que se avergonzara. 

- Mientras estaba en la marina tuve otras relaciones, pero....- miro a Bob que no sabia donde meterse - creo que nunca me puede olvidar de el y por eso volví a la isla cuando todo lo de los elementales salió a luz. 

- Cora es un secreto por ahora....- el elemental parecía nervioso y realmente asustado - no se aun ...- miro a Kuzan que sabiendo algo que desconocía se disculpo para irse a dar una ducha. - Perdona, el sabe que me esta costando esta situación - se derrumbo en el sofá - es estresante, algunas veces me arrastran los sentimientos que tiene por mi, que no son pocos es tan cálido y agradable, pero no se si también son míos o .....- me reí y lo abrace.