12.-Esta olvidado.

0 0 0
                                    

Me termine de poner las zapatillas blancas pero que parecían marrones,coji mi pequeña mochila con cosas indispensables.

Baje la escaleras y me encontre a mi madre en la cocina,haciendo lo que parecía un caldo de pollo,al momento que apareci por la pequeña ventana que daba hacia el sala de estar,mi madre me vio y me sonrió.

–Hola,mi amor –dijo ella mientras movía lentamente el cucharon en el caldo.

–Hola,mami –dije con una sonrisa.

Ella tenía un vestido rojo que le hacía resaltar sus curvas,el pelo castaño casi rubio en un coleta alta,tenía un poco de maquillaje y varias joyas. Al verla tan guapa en un sábado y me pregunté a donde iría,y cómo yo no me quedo con las dudas,le pregunté.

–¿A dónde vas?

–A ningún lado. Un amigo viene a cenar –me explico.

Con una sonrisa de oreja a oreja me acerqué a ella,y cuando estuve delante de ella me impulsé para sentarme en la encimera.

–Ósea que tienes una cita–dije con una sonrisa pícara.

Ella me miro con una sonrisa tímida y asintió. Mi madre tenía tiempo que no salía con nadie,con el trabajo no le daba mucho tiempo de nada así que prefería centrarse en su trabajo.

–¿Como se llama? –pregunté.

–Omar. Es del trabajo,me tocó hacer una cirugía con el y hemos estado hablando mucho. Le pedí que viniera a casa para cenar y hablar más –me explico con una sonrisa.

Pude notar levemente el brilló en sus ojos y no pude aguantar la necesidad de preguntar.

–Y.. ¿Te gusta?

Ella tardó unos segundos antes de asentir levemente con la cabeza,aplaudí como una niña pequeña y me baje de la encimera.

–Bueno,te dejo. Voy un rato a la cafetería –le expliqué antes de rodear la cocina.

–Bueno cariño,ten cuidado.

–¿A que hora quieres que vuelva? –le pregunté acariciando la cabeza de Max.

–Vuelve cuando quieras. El quiere conocerte.

Fruncí el ceño y asentir,aunque ella no me estuviera viendo.

–Bien. Me voy,te quiero. Pásatelo bien –le dije antes de encaminarme a la puerta y abrirla.

–Te quiero,cariño –fue lo ultimo que la escuché decir antes de salir por la puerta.

Empeze a caminar con dirección a la cafetería donde casualmente trabajaba Luckas.

Hace ya dos semanas que no hablábamos — personalmente — y lo echaba de menos,había sido una gran compañía para mi las últimas tres semanas.

La brisa fría me acariciaba la cara,todavía era septiembre,pero ya empezaba a hacer frío en Londres.

Al llegar a la cafetería abrí la puerta y la pequeña campanera sonó,haciendo que la vista de una chico se levantara y me mirará. Le dediqué una sonrisa de boca cerrada,todavía seguíamos sin mirarnos mucho.

Luckas me dedico una sonrisa incómoda. La cafetería estaba prácticamente vacía,solo había dos chicas hablando tranquilamente. Me senté en una de las mesas junto a la ventana.

Saque el libro que tenía en la pequeña mochila y lo empecé a leer. Hasta que un cappuccino en una pequeña taza me hiciera levantar la cabeza.

Luckas evitó mi mirada e hizo un intento de irse pero yo fui más rápida y rodeé su muñeca con mi mano,sentí que se tensaba y su pulso se volvió más rápido.

El amor de mi vidaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora