Capítulo 17

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Habían pasado unos cuantos meses desde todo lo anterior

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Habían pasado unos cuantos meses desde todo lo anterior.

Unos cuantos meses desde que conocí a Benito.

Unos cuantos meses desde que mi vida cambió, ya sea a bien o mal, pero aunque me cueste admitirlo, era más que obvio que había cambiado. Mi vida antes se asemejaba más a una rutina en la que iba a la universidad por la mañana, y por la tarde estudiaba o salía con mis amigas.

Ahora sentía que esto era distinto, las quedadas con Benito, aunque no estuviéramos solos, eran diferentes a lo que yo estaba acostumbrada, los planes eran más espontáneos y locos, las conversaciones abarcaban otros temas y las risas nunca paraban.

Pero estas últimas semanas él había estado más centrado en su trabajo, y yo en mi carrera, pronto se acercaban los exámenes finales y apenas salía de casa, ya que pasaba horas estudiando.

Desde el día de la "cita", si es que puede llamarse así, con Hugo, nuestra amistad se había afianzado mucho más, y hablábamos casi todos los días, ahora estábamos en esa etapa en la que empiezas a conocer a alguien pero aún no está dicho lo que sois. Habíamos comentado en más de una ocasión que había cierta atracción entre nosotros, pero era inevitable para mí darme cuenta de que yo no estaba tan interesada en él, como él lo estaba en mí. Pero lo cierto es que yo no le he dejado saberlo aún. Hugo es un chico muy agradable además de gracioso, y en otras circunstancias quizá habría accedido a intentar algo más con él.

Pero ahora no.

No, porque había algo en el fondo de mi cabeza que me decia que aquello no era lo correcto, y tampoco sentía lo necesario que hay que sentir para empezar una relación. Había un sentimiento en algún rincón de mi corazón que estaba amenazando con salir, y siendo sincera estaba aterrada. Aterrada porque aquel sentimiento no tenía nada que ver con Hugo, sino con Benito, y ni podía dejar que eso pasara.

La parte sensata de mi ser no quería admitir aquello, pero muy en el fondo, eso estaba ahí, y era algo que últimamente ocupaba la mayor parte de los pensamientos en mi día.

Ahora yo parecía una niña de 16 años que mira cada 2 minutos su teléfono esperando el mensaje de ese chico que le gusta, y me odiaba por aquello, porque llevaba un tiempo intentando reprimirlo e impedir que saliera a la luz, tal vez porque no estaba segura de si sería algo que se me pasaría con los días, o tal vez, porque tenía miedo de no ser correspondida.

Pero no sólo hay que mirar el lado malo de las cosas, también el bueno, y en este caso, lo positivo de esa situación era que en estos días de distancia entre nosotros había podido aprovechar el tiempo perdido con mis amigas, y ponernos al día. Me carcomía el pensar que las había dejado un poco de lado por pasar los días encerrada en casa estudiando, por eso es que las invité a comer en nuestro lugar preferido, un local de pollo frito que había en el centro, y al que siempre íbamos desde que nos conocimos.

Amanda nos contó el problema con sus nuevas hermanastras, una historia digna de Disney.

Rose como siempre, relataba acerca de sus nuevas conquistas.

The airport - Benito Martinez Donde viven las historias. Descúbrelo ahora