Ola de sentimientos

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Sentía un poco sofocado, no de forma mental si no que, literalmente, se estaba asfixiando. El olor húmedo de la tela negra del traje de el señor Thorn lo dejaba sin aire, aparte de que no tenía un lugar libre para poder respirar. Más aparte, el señor Thorn dejaba inmovilizados sus brazos y piernas debido al gran agarre con el que lo estaba abrazando.

Todo había pasado tan rápido. En cuanto lo vio de frente, el señor se le echó encima para darle un abrazo. Sin permitirle gestionar nada a tiempo.

En fin, comenzaba a desesperarse; así que, comenzó alardear para que lo soltará, tratando de comunicarle que lo estaba asfixiando. Usando un poco de su super fuerza lo alejó lo suficiente como para poder tomar un poco de aire.

El señor Thorn solo soltó una carcajada al ver la situación en la que lo había envuelto.

- Ja, ja, ja. Está bien, creo que me excedí un poco -comentó divertido el hombre alto.

El rubio solo le soltó una expresión amarga y agotada, fue como sí un oso pardo se le hubiera echado encima. Recibir un abrazo de un adulto era cosa, pero recibir un abrazo de el Rey del mismísimo Infierno era otra cosa muy diferente. Inconscientemente, lo miró de pies a cabeza, no había notado lo excesivamente alto que era, le calcula unos dos metros a lo menos.

Aunque era el mismísimo Satanás, lo veía como un ser amigable que sólo quería compartir su felicidad con alguien más. Pero apesar de eso, a Phillip le daba un poco de miedo tenerlo cerca, tal vez por su apariencia algo intimidante y por lo alto que era, tanto como en su forma humana como su forma de demonio. Sintió un hormigueo en el estómago al pensar que él tenía a ese ser infernal frente a sus ojos. Simplemente aterrador.

- ¡Señor Thorn! ¡qué gusto tenerlo aquí! -exclamó el chico de pelo colorado, quien recién ha llegado a la escena.

Sus ojos expresaban ternura con lo cristalino de sus pupilas, mientras que a su vez se encontraba dilatadas por la gran emoción que sentía. Sonreía alegre, mientras que sus mejillas estaban rosadas por la felicidad y juntaba sus manos con alegría (ahora su argolla era de un color amarillo brillante).

Estella y Christophe estaban detrás de él, expectando la escena con absoluta normalidad. Ze'mole saludo al señor de forma cordial y educada, dirigiéndose a él con respeto, como se lo merecía el Rey de las Tinieblas. Sin embargo, el comportamiento de Estella cambio casi por completo en cuanto lo vio, saludandolo con la cabeza agachada de forma tímida y desvaneciente. Por supuesto que ese comportamiento era muy impropio de ella, era como tener a una Estella completamente diferente a la que todos conocían.

Debía admitir que Estella y Pocket siempre actuaban así cada vez que el padre de Damien estaba presente. Pocket siempre se ponía obsesivamente feliz y Estella se comportaba de manera tímida, además de que actuaba con pena y vergüenza cada vez que el señor Satanás la abrazaba o simplemente le sobaba la cabeza.

A Pip no le extraño que Pocket se comportará así, puesto que sabía que Herbert nunca tuvo padres, era un chico huérfano; por lo tanto, Satanás, al ser su "padre adoptivo" lo veía como a una figura paterna, puesto que nunca recibió amor y comprensión de parte de alguien más. Hasta que llegó Christophe y el señor Thorn.

En cuanto Estella, ella al igual que Pocket no fue amada, no sabía que era el amor paterno puesto que su padre nunca la amo. Por lo que, no era de extrañarse su comportamiento, ya que puede que ella no sepa como reaccionar al afecto paterno.

No podía culparlos, sabía lo difícil que debía ser para ellos afrontar ese tipo de realidad en sus vidas.

Algo tenía que llenar un poco ese gran vacío en sus corazones. . .

Cristofer Park (Editando)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora