CUENTA REGRESIVA.
Alyce.
Joosep la invitó a comer a un restaurante elegante, servían todo tipo de productos del mar. Se dieron un festín, Alyce no había probado un filete de pescado tan delicioso como aquél.
-Tranquila, aspiradora. -Se burló Joosep.
-Esta delicioso, tienes que traerme aquí otra vez. -Balbuceó con la boca llena.
-Lo haré, aspi, lo haré.
Al terminar, Joosep y Alyce recorrieron la costa del mar en cuatrimoto, entraron a una tienda de recuerdos.
-Mira, son camisetas de pareja. -Señaló dos camisetas que decían: "I ❤ INGLATERRA"
-Señorita -Dijo llamando la atención de una vendedora.
-¿Si?
-Me llevo las dos camisetas.
-Joosep no es necesa...
-¿Cuánto es?
- €25.00
-¿Enserio? ¿Tan barato?
-Joosep -Dijo Alyce -Un pobre mataría por una sola libra.
-Pero yo no soy pobre. -Joosep le dio las monedas.
-Aquí tiene -Le entregó una bolsa. -Disfrute su compra y vuelva pronto por favor.
-Gracias -Dijeron Joosep y Alyce al unísono.
Alyce se puso su camiseta de inmediato, Joosep no tuvo más remedio que hacer lo mismo.
-¡Nos vemos adorables! -Alyce daba saltitos de felicidad.
-Más tú -Se agachó dándole un tierno beso en la mejilla. Ella lanzó una risitas tontas.
-Te amo demasiado. ¡Oh, mira! -Señaló un señor con un carrito de helados. -¡Vamos!
Lo agarró del brazo y lo llevó en frente del heladero.
-Hola. -Alyce le dedicó su mejor sonrisa. -¿Me da un helado de vainilla con jarabe de chocolate?
-Claro que sí -El señor lo preparó y se lo entregó.
-¿Joosep quieres algo?
-Si, deme un helado de chocolate con jarabe de vainilla. -El señor lo preparó y se lo entregó.
-Copión -Susurró -¿Cuánto es señor?
-€5 -Joosep se adelantó a darle el dinero y el señor se fue.
-¡Joos!
-¿Qué pasó, mi aspi?
-¡Se supone que yo le iba a pagar!
-No, yo te invité aquí, yo pago.
-Siento que te debo mi peso en dinero.
-Entonces no es mucho.
-¡Eres un grosero!
-Yo no tengo la culpa de que seas tan delgada.
-Voy a engordar por tu culpa.
-Por favor. -Juntó las manos en una plegaria.
-Grosero -Cruzó lo brazos en un gesto de berrinche.
-Me amas. -La besó.
-¿Qué hora es Joosep? -Preguntó lamiendo su helado.
-5:05. -Contestó viendo su reloj de muñeca.
-Tenemos tiempo, hay que recorrer un poco más.
-Lo que tu quieras, Aspi. -Empezaron a caminar sin rumbo por la orilla de la playa.
-Me encanta este lugar. Algun día traeré a mi familia a todos lo lugares bonitos que vimos.
-Se enamorarán del lugar tanto cómo tú. Oye ¿Y tu helado?
-Ya me lo comí -Joosep se rió -¿Qué? ¿Querías que lo pusiera en un altar o algo parecido?
-Comes muy rápido, propio de ti, Aspi.
-Tal vez tu comes muy lento.
-No, eres tú.
-Eres el peor. -Joosep la besó.
-¿Por qué todas nuestras peleas terminan en besos?
-El amor, todo se reduce en amor.
-Y yo te amo mucho, Alyce.
-¿Cómo no enamorarme de ti? Me dices y demuestras que me amas.
-Las personas son tiernas solo con quien le importa -Dijo colocándole un mechón de cabello tras la oreja. -Y tu, Alyce, me importas mucho.
Alyce le contestó con un beso. Caminaron de la mano un buen rato, hasta que Alyce se cansó.
-Todavía tenemos que volver. ¿Por dónde dejaste la cuatrimoto?
-Un kilómetro atrás.
-Dios, un kilómetro es como una tortura ahora. -Jadeó.
Joosep se agachó adelante de Alyce.
-¿Tu también te cansate, Joosep?
-Subete, Aspi.
-¿Qué? No, te vas a cansar el doble, yo puedo caminar un poco más.
-No me desobedezcas. Subete, estás rendida, se te nota. Por favor sube. -Alyce aceptó, la verdad estaba agotada. Subió a la ancha espalda de su novio, se sintió segura. Tardó 20 metros en quedarse dormida.Despertó en el sofá de la cabaña, Joosep velaba su sueño.
-Arriba dormilona, son las 7:00 y tienes que arreglar tu maleta.
-Ya voy, ya voy. -Entró al cuarto y metió todas sus pertenencias en la mochila escolar, notó que no había hecho nada de tarea, pero bueno, la copiaría al día siguiente.
A las 7:30pm ya estaban listos para partir.
-No me quiero ir, Joos. No quiero dejar mi paraíso, no quiero dejarte a ti.
-Tranquila, ya nos ingeniaremos formas para vernos. Hay que a partir ya.
-Pero dijiste a las 8:00. Dejame estar un poco más.
-Esta bien, Aspi. Pero a las ocho en punto nos vamos.
-Te lo prometo. Voy afuera, quiero ver el estuario una vez más.
-No te metas, voy a meter.las cosas en el auto. -Alyce asintió, ella se fue por un nado y él por el otro.
La luna se reflejaba en el agua, distorsionandola un poco, era noche de luna creciente. Las hojas de los árboles se movían al compás del poco aire que había, era un hermoso paisaje. Lamentó no haber traído cámara, le hubiera gustado capturar todo. Sintió que alguien la abrazaba por detrás. No se había dado cuenta del frío que tenía hasta que Joosep la abrazó, irradiaba calor y le daba seguridad como siempre.
-Es hora de partir, Aspi. -Le susurró en el oído acompañado de un beso en el cachete.
-No quiero...
-Vendremos el próximo fin de semana, te lo prometo.
-Gracias. -Se volteó y le robó un beso en los labios. Caminaron de la mano hasta el auto.
Alyce le echó un último vistazo a todo. Le dijo adiós a su paraíso.
El camino duró poco, llegaron a Bristol en poco tiempo, se estacionaron en frente de la casa de Joosep.
-Mañana te llevaré a tu escuela, quiero una última noche contigo.
Alyce no se negó, amaba dormir entre sus brazos.
Al llegar al cuarto de Joosep, se cambiaron, el se puso pijama y ella ocupó una de las camisas de él, le llegaban a la rodilla y eran extrañamente cómodas. Estaban tan agotados que en cuanto sus cabezas tocaron la almohada, se quedaron profundamente dormidos.
Era la tercera noche consecutiva que dormían entrelazados. Joosep empezaba a acostumbrarse a ella.