Capítulo 28

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TERRIBLE.
Joosep.
-¿Te duele mucho? -Preguntó Caroline remplazando las vendas de su nariz. -Anna te golpeó muy fuerte.
-Me siento terrible. -Se quejó. -Y no sólo por la nariz.
-¿Entonces?
-Me siento terrible por lo que le hice a Alyce. -Caroline suspiró frustrada y rodó los ojos, como hacía cada vez que mencionaba a Alyce.
-Ya te coloqué bien las vendas. Me voy a preparar para ir al colegio.
-¿Colegio? -Frunció dramaticamente el ceño. -Ah, sí. Olvidaba que era lunes.
-No sabes ni en que mundo vives.
-No, la verdad no. Pero yo no iré hoy. No quiero encontrarme con Andrew. No hasta que se me cure la nariz, por lo menos.
-Bebé. Faltan dos o tres semanas para que tu nariz se cure totalmente, y nos quedan como 4 semanas para salir de vacaciones. No puedes faltar. Los exámenes finales están casi sobre nosotros.
No querrás repetir curso ¿o sí?
-No. -Joosep se pasó la mano por el cabello alborotandolo. -Pero voy a faltar hoy.
-¡Solo hoy, Joosep! Mañana vas porqué vas.
-Claro que sí, corazón. -Se besaron tiernamente. La expresión en la cara de Caroline se suavizó.
-Ya me voy. -Le dio un ultimo beso y desapareció por la puerta.
Tenía el día completamente libre. Y no tenía ni la menor idea de que hacer.

Después de una hora de intentar dormir, sin éxito, estaba desesperado. Sus pensamientos iban una y otra vez a Alyce. Se sentía verdaderamente mal por lo que le hizo, pero ya no podía hacer nada. Si la buscaba se ganaría otra nariz rota y si le mandaba mensaje no le contestaría o incluso peor, le respondería. También estaba la posibilidad de arruinarle el día y no quería hacerlo. Suficiente daño le había hecho ya.
Así que salió a despejar su mente. Llamó a Sarah y le contó todo lo que sentía. Ella se salió de la escuela para ir con él y lo apreció mucho, Joosep también lo habría hecho, como mejores amigos que son. Justo ahora estaban los dos en el parque, chupando un helado de cono mientras caminaban.
-Dios, se siento mal. -Lamentó Joosep. -Jamás debí aceptar tu tonta apuesta.
-Ya te dije mil veces que lo siento. No medí las consecuencias que esto podría traer.
-Lo sé, pensar no es tu fuerte.
-Ja, ja, ja. -Dijo con sarcasmo. -Eres muy chistosito.
-Ya sé. -Sonrió.
-¿Cómo va tu nariz? -Cambió de tema.
-Pues en dos semanas me quitan esto. -Dijo señalando las vendas de su nariz. -Me va a quedar horrible la nariz. Así que me haré cirugía.
-Dios, eres más femenino que yo.
-Quiero verme guapo para mi boda. -Sarah dejó de sonreír para tornar seria su cara
-¿Cuándo es?
-En cinco semanas. Cuando ya hallan acabado las clases. Será en un día domingo. Caro ya tiene todo planeado.
-No puedo creer que ya te vayas a casar. Dios, ni si quiera hemos salido de la universidad. ¡Nos faltan dos años para terminar!
-Lo sé, lo sé. -Dijo un poco melancólico. -Pero yo la amo y será lo mismo casarme ahora que en dos años.
-Ya no nos podremos divertir igual.
-Claro que sí. ¿Quién dice que no? Haré todo lo de antes, exceptuando las apuestas, que de todos modos dejaría de hacer aunque no me casara.
-Estoy de acuerdo en eso. Pero aún así. Será diferente. Muy diferente.
-Claro que no, pequeña. -Sonrió alborotando el cabello de Sarah.
-¡Oye! -Se quejó zafándose de su brazo. -¡Si vuelves a hacer eso, estás muerto! -Amenazó con un brillo de diversión en sus ojos. Joosep sonrió.
-Te quiero mucho, mejor amiga.
-Y yo a ti, mejor amigo.
Aún se sentía mal. Pero tal vez lograría superar a Alyce más rápido de lo previsto.

Alyce.
"Terrible" era la palabra que mejor definía como se sentía, pero aún se quedaba corta. Y era extraño, porque ayer había sucedido todo, pero fue hoy cuando se sintió así.
Se saltó 1 de cada dos clases en el baño alrededor del día, llorando. Justo en ese momento, le venía valiendo cuanto era dos más dos. Sólo quería desechar toda esta ira y tristeza que llevaba acumulada, pero sobre todo se sentía frustrada, porque sabía que no podía hacerlo.
Y muy en el fondo, tenía ganas de verlo, de besarlo, de decirle cuanto lo amaba. Tantas que si en ese momento, Joosep llegara y le pidiera perdón, si le dijera que la amaba, ella lo perdonaría, olvidaría todo e iniciaría de nuevo una relación con él. Y se sentía tonta por ello. Se odiaba a si misma por no ser mínimamente fuerte, por ser tan vulnerable.
Justo ahora, sus emociones son un remolino.
-Aliz, por favor sal. -Camyle golpeaba la puerta del cubículo del baño. Ella había estado todo el día tratando de animarla, (Sin éxito, claro) y Alyce lo apreciaba enormemente. Le alegraba que su fiel amiga, estuviera siempre para ella. Así que abrió la puerta. Los ojos de Camyle se inundaron de alivia cuando la vio salir.
-Perdón.
-¡Aliz! ¿Qué haces? ¿Estás llorando? ¿Estás llorando por alguien que no merece ni que lo mires? -La regañó
-¡Sí! ¡Estoy llorando por alguien que no merece mi que lo mire! -Las lágrimas comenzaron a fluir de los ojos de Alyce, con cada palabra, aumentaba el tono de su voz. Así que lo último lo dijo casi gritando. -¡Porque lo amo! ¡Será un maldito, un asco de persona y lo que sea! ¡Pero lo amo!
-Aliz, calmate. -Ella respiró hondo, su mejor amiga tenía razón, debía calmarse. -Ya se que lo amas, lo sé malditamente mejor que nadie en este mundo, pero debes aprender a superarlo. ¡Él solo estaba jugando a enamorarse! ¡Qué te entre en la cabeza!
-Lo sé, lo sé. Lo superaré pero no hoy, ni mañana. Demonios, me voy a tardar más en superarlo que lo que me tardé en enamorarme.
-Lo entiendo, pero por favor no vuelvas a derrumbarte en la escuela. -Dijo muy seria. -Llora todo lo que quieras, pero sóla. No dejes que nadie vea que eres débil, ¿entiendes?
-Entiendo.
-Ahora ven. -Ella se acercó, Camyle empezó a limpiar sus lágrimas. Alyce se conmovió, estaba tan enfrascada pensando que Joosep no la quería, que no se había percatado que había personas que si lo hacían, y la más especial era Camyle. Su familia la amaba, pero estaban obligados a hacerlo, pero Camyle lo hacía por que quería. Las lágrimas brotaron otra vez de sus ojos. -¡Aliz! ¡Deja de llorar!
-Perdón, perdón. -Respiró hondo espantando las lágrimas. -Es solo que me conmueve tanto tener en mi vida a alguien como tú.
-Te quiero, Alyce. -Sonrió. -¡Pero no llores!
-No lo haré.

Salieron del baño cuando la cara de Alyce estuvo completamente seca y sus ojos dejaron de ser rojos.  Asistieron al resto de las clases y dejó que sus amigas la animaran. Su humor mejoró considerablemente.

Al salir de la escuela, su mamá la esperaba, muy cerca de la entraba. "Ya no confía en mi". Pensó Alyce y era verdad, su madre ya no quería más sorpresas. Ella se despidió de Camyle y se subió al auto. Su madre le lanzó una mirada desagradable a su mejor amiga. Desde lo que pasó con Joosep ya no confiaba más en Camyle. Y era comprensible
Se dirigió a su casa para seguir con la misma rutina de siempre.
Y así siguió por semanas.

Jugando A EnamorarseDonde viven las historias. Descúbrelo ahora