2 DÍAS
Joosep
Hoy planeó llevar a Alyce a Cabot Tower, una torre de 32 metros ubicada en la ciudad. Desde lo más alto, se ve una una vista impresionante.
Ella bajaba por la cuerda de su balcón, como siempre. Cuando sintió que ella podría verlo, cambió su expresión de fastidio a alegría.
-Aspiguita. -Le dijo el ridículo apodo que le puso. -Te extrañé.
-Nos vimos ayer. -Sonrió
-Lo sé. Pero no verte toda una mañana entera es una tortura.
-Que tierno. -Dijo más para ella que para los dos.
-Subete, corazón -Dijo abriendo la puerta del automóvil.
-Gracias. -Se subió y rodeó el auto para subir al asiento del conductor.
Conducieron poco. En un segundo ya estaban en el Cabot Tower.
-¿Ya habías venido aquí, Aspi?
-Ya. Vine una vez con mi papá. -Pudo ver un poco de melancolía es sus ojos. -Pero jamás me subí a la torre. Solo la vi desde abajo.
-Perfecto. Entonces vamos arriba.
Tardaron demasiado en subir. Subieron, pudo jurar Joosep, más de mil escalones.
Pero valió la pena. La vista era impresionante en la ventana más alta.
-Dios -Dijo Joosep -Siempre me sorprendo al ver este lugar. Inglaterra es hermoso.
-Aunque son muchos escalones. -Se quejó Alyce.
-Mientras más alto subas, mejor será la vista. -La miró seriamente -Nunca te arrepientas de tus esfuerzos y mucho menos si te llevaron alguna vez tan arriba.
-Pero si subes mucho, es más probable caer.
-No te preocupes, querida. -Dijo besándole la mano. -Yo siempre estaré abajo para atraparte.
Se besaron. Como cada vez que Joosep decía una hermosa mentiras. Estiró sus brazos y le rodeó el cuello. El entrelazó los suyos alrededor de su cintura.
-Gracias por estar a mi lado, Joosep. -Separó sus bocas un centímetro. -Por favor, no te apartes de mi.
-No lo haré, chiquita. Quise estar contigo ayer, quiero estar contigo hoy y querré estar contigo mañana.
-Más te vale -Alyce recargó la cabeza en su hombro. -Ya me rompieron el corazón una vez y no sé si soportaría una segunda.
-Lo harás. Por dios, eres fuerte. Saldrás adelante, no importa quien se interponga en tu camino.
Aunque haré todo lo imposible por no lastimarte -Un nudo se formó en la garganta de Joosep. Se sentía culpable. Ahora era cien por ciento consciente del daño que podía llegar a hacerle con una sola palabra.
-Gracias -Y ella como una tonta de creyó todas y cada una de las palabras de él. Se sintió como basura.
-Ahora vuelvo, Aspi -Se separó de ella y se alejó. Por un momento se olvidó de la sorpresa que le tenía a Alyce.
Hoy, jueves 18 de junio. Cumplía años ella. Se le hacía muy raro que no lo hubiera mencionado.
Joosep agarró el ramo de rosas azules que le había comprado. Se dirigió con ella, la cual lo abrazó en cuanto lo vio.
Él señaló el cielo, en las nubes estaba escrito: Felices 15, Aspiguita.
-Feliz cumpleaños, Aspi -Le susurró en el oído.
-¿Cómo supiste? -Dijo con un hilo de voz. Estaba al borde de las lágrimas.
-Soy tu novio. Es imposible no saberlo.
-Gracias, es el mejor regalo que me han dado. Recordaste lo que te dije de las rosas y el color azul.
-Todas las palabras que me dices, quedan guardadas en lo más profundo de mi corazón.
-¡Dios, eres el mejor novio del mundo! -Lo abrazó y lo besó, profundamente. Joosep olvidó la culpa que había tenido apenas hace unos minutos.
-Soy así, porque tengo la mejor motivación. Tú.
-¡Te amo tanto!
-Yo también, mi niña. -Se quedó pensando por unos segundos -Espera, ya no eres niña. ¡Tienes quince años! Ya eres toda una señorita.
-Todo el día me llevan diciendo eso. De ti se oye perfecto. -Alyce se mordió el labio, para evitar esbozar una sonrisa. Fracasó estrepitosamente.
-Te ves el doble de hermosa al sonreír. -Ella se sonrojó. -Y el triple cuando te sonrojas.
Un fotógrafo, contratado por Joosep, llegó y les tomo alrededor de 50 fotos.
En cada una se veía el brillo en los ojos de Alyce. Era el mejor cumpleaños que había tenido.
Después de la "sesión", les entregaron las fotos impresas. El paisaje de atrás se veía impresionante. Pero Joosep y Alyce lo apacaban. Cualquiera que los viera, pensaría que tanto Joosep como Alyce están enamorados.
-¿Me puedo quedar con las fotos?
-Claro, Aspi. Es tu cumpleaños. No te puedo decir que no, aunque quisiera.
-Gracias, por hoy y por toda la semana. Gracias por llegar a mi vida.
-¿Gracias a mi? Gracias a ti. No seria nada, si tu no estuvieras a mi lado.
-Joos, en serio, no quisiera tener que separarme. Pero está a punto de anochecer y tengo que volver a casa.
-Claro, princesa. En un segundo estarás de vuelta en tu castillo.
-Que tierno, mi príncipe azul.
-Aspi...
-¿Si?
-¿Podrias pasar el fin de semana de nuevo conmigo?
-Pues...
-Por favor, solo éste y ya. Iremos de nuevo a la cabaña.
-Claro que sí. Iremos.
-¡Si!Llegaron cuando el sol se ocultó por completo. Él le ayudó a subir la cuerda.
No le aparecía volver a su casa. Pero estaba agotado. Decidió ir con Caroline.
Ella, como siempre, lo recibió con los brazos abiertos, cenaron juntos y no importó lo cansado que estaba Joosep, hicieron el amor.
-Caro, te extraño mucho. -Ella estaba acurrucada junto a él, estaban cansados, pero querían aprovechar su compañía al máximo.
-Yo igual, el sábado termina la semana ¿no? -Joosep asintió pesadamente. -El domingo pasa el día conmigo.
-No puedo, chiquita.
-¿Por qué? -Dijo como una niña berrinchuda.
-Porque saldré de nuevo con ella todo el fin de semana. Le diré el domingo. El lunes soy todo tuyo.
-Entonces quedare conmigo esta noche. No iré a la escuela. Pasa la mañana conmigo.
-Claro que sí.
-Te necesito tanto.
-Lo sé y yo más. Cuando todo esto acabe, tu y yo estaremos juntos hasta que la muerte nos separe.
-Solo gracias a eso sigo en pie.
-Estoy agotado, corazón. Durmamos.
-Claro. Buenas noches, futuro esposo.
-Buenas noches, futura esposa.No veía la veía la hora de acabar con esto.