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Si Jimin pensaba que el hecho de que lo obligaran a presentarse era horrible, no era nada comparado a lo que pensaba que eso iba a ser.

La noche anterior se había quedado leyendo hasta bastante tarde un libro, el cual le había comprado Jungmin para hacer las paces, pensando que al día siguiente podría dormir hasta la hora que quisiera. Pero, no contaba con que a su madre se le ocurriría salir a dar un paseo con toda la familia por el parque para presumir de hijos con sus amigas. Algo que al omega más joven no le hacía ninguna gracia.

Las criadas de la casa no dudaron en entrar en la habitación cuando apenas era de madrugada para informarle de los planes de su madre, lo que hizo que Jimin les hablara de manera bastante desagradable por las horas en las que le habían informado. Más tarde se disculpó porque ellas no tenían la culpa de hacer lo que le habían ordenado o de sufrir su mal despertar.

Pero Jimin no se lo iba a dejar tan fácil a su madre, lo tenía muy claro. Se quitó la ropa que le habían puesto sus criadas y bajó a desayunar con unos pantalones holgados y una camisa a medio abrochar, algo que efectivamente molestó a la señora Park, y decidió ignorar los varios reclamos de su madre mientras cogía varias cosas para desayunar y una de las criadas de la casa le servía café, sin despegar su vista de un libro y leer.

-Gracias... -le dijo Jimin con una sonrisa, que enseguida desapareció porque su madre seguía con sus varios reclamos y no podía ignorarla.

-¡Es que no entiendo nada! Eres el más culto de mis cuatro hijos, deberías haberte aprendido ya los mínimos de educación que tu padre y yo os hemos inculcado a tus hermanos y a ti. ¿¡Y si tuviéramos una visita inesperada!?

-Habrías mandado a varios criados a mi habitación para que me vistieran y peinaran a tu gusto. -dijo Jimin, sin hacer contacto visual con su madre.- Por cierto, no es que sea el más culto de tus hijos, pero tampoco es de buena educación decir eso delante de ellos.

-Creo que se refiere a que eres un ratón de biblioteca, hermanito. -bromeó Jackson.

-No me jodas, Sherlock, no me había dado cuenta. -rodó Jimin los ojos, dejando a Jackson confundido.- ¿Sherlock Holmes? ¿El famoso detective de las novelas? ¿Arthur Conan Doyle?

-Ni idea.

-Era tu lectura obligatoria para literatura el año pasado. -dijo Jimin, haciendo que Jackson comprendiera.- No hagas como que te acuerdas, no te leíste ni un solo párrafo del libro y te hice yo el trabajo.

-Jimin, ¿qué te he dicho de ayudar a Jackson con sus cursos de la universidad? -le dijo Namjoon.

-No le ayudo con todo. En economía y matemáticas se defiende por su cuenta. -le corrigió Jimin.- Además, ¿qué pasa? Ya que no puedo ir a la universidad, me mantengo ocupado ayudándole en sus asignaturas por videollamada. No le hago daño a nadie.

-¿Un omega en la universidad? -rio la señora Park.- Claro, ¿y qué más?

Aquello hizo que ninguno de sus hijos le respondiera, ni siquiera Jungmin, que era el que solía pensar más como ella; y siguieron desayunando en silencio. Aunque el silencio no duró mucho tiempo porque la señora Park volvió a hablar.

-¿Y dónde está Seokjin? -le preguntó a su hijo mayor.- Apenas le vemos en casa...

-Está trabajando, madre. Desde que se anunció que el príncipe heredero busca consorte, tiene mucho trabajo. -le respondió Namjoon.- Después de todo, es de sus hombres de confianza.

-¿No será que ha decidido abandonarte por el príncipe, ahora que por fin busca pareja?

Jimin despegó su atención del libro por primera vez en todo el desayuno para dedicarle una mala mirada a su madre. Sabía que no tardaría en lanzarle alguno de sus ataques diarios a su yerno, pero no esperaba que soltara eso.

Kilig [Kookmin Au]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora