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Jungkook llamó al timbre completamente nervioso, siendo consciente de que no iba a ser recibido con los brazos abiertos en aquella casa. Ni por parte de Jimin ni por sus hermanos alfas. Pero cuando Jungmin le dijo qué estaba pasando con Jimin y de su decisión de renunciar a su lobo, no pudo evitar salir corriendo del castillo con lo que llevaba puesto y cabalgar hacia la ciudad para ir a ver al omega.

Ahora estaba frente a la puerta de la casa y la convicción con la que había salido del castillo casi había desaparecido por completo.

-Vamos, Jungkook -se susurró a sí mismo-. Tú puedes, es ahora o nunca.

Llamó al timbre de la puerta y escuchó bastante bullicio dentro de la casa, lo cual le extrañó mucho porque nadie hacía nada por abrir la puerta. Al menos hasta que, un par de minutos después, vio que la madre de los Park abría la puerta confundida porque nadie fuera a abrir.

-Buenas tarde, señora Park, ¿está Jimin? -le preguntó la señora Park.

-No recibe visitas -dijo la señora Park, a lo que Jungkook hizo una pequeña mueca-. Además, ha encontrado a su destinado y se trata de...

-Mí, señora Park -le interrumpió Jungkook, dejando boquiabierta a la señora Park-. Creo que no me he tenido la oportunidad de presentarme como es debido, mi nombre es Jeon Jungkook. Aunque creo que no me hace falta decirle que no puede decir nada...

La señora Park comenzó a señalar al alfa sin creer lo que acababa de escuchar y no dudó en soltar un fuerte grito que hizo que Jungkook se sobresaltara antes de que la matriarca le dejara entrar dentro de la casa.

-Entonces... ¿Jimin?

-En su cuarto, es la segunda puerta a la derecha. ¿Quiere un té o algo? ¿Tiene hambre? ¿Necesita algo?

-Que Jimin me escuche, eso es lo único que necesito -sonrió Jungkook, antes de empezar a subir las escaleras y que todo el servicio y la madre de Jimin le siguieran con la mirada en shock.

Jungkook empezó a subir las escaleras y no dudó en quedarse parado frente a la puerta de la habitación realmente nervioso. Más que cuando estaba en la puerta de la entrada, salvo que se sentía más observado en ese momento que antes. Pudiendo confirmar sus sospechas al ver a Seokjin y los dos hermanos alfa de Jimin asomados en la puerta de una de las habitaciones del pasillo.

Aquello le hacía confirmar que Jimin no iba a recibirlo con los brazos abiertos más que nunca. Y, aún así, tocó dos veces a la puerta de la habitación haciendo que los Park se escondieran por completo.

Sin embargo, lo que no esperaba era que Jimin abriera la puerta casi inmediatamente y casi sudando completamente incrédulo de encontrarse al alfa frente a la puerta de su habitación.

-Hola -le saludó realmente nervioso y sin ver ninguna reacción de Jimin-... ¿Puedo pasar?

-Creía que era una imaginación de mi mente -susurró Jimin-... ¿Qué coño haces aquí?

-Tenemos que hablar, Minnie.

-No quiero volver a verte, creo que te lo había dejado claro...

-Por favor. No me verás rogarle a nadie como te estoy rogando en este momento -le interrumpió-. Apenas pude hablar la otra noche y... Si quieres luego desaparezco para siempre de tu vida, pero me gustaría hablar...

Jimin le miró realmente enfadado, para después mirar hacia el pasillo por unos segundos como buscando a alguien de su familia cerca de la habitación. Cuando se percató de que no había nadie a simple vista, se apartó de la puerta y le dejó pasar.

Jungkook entró bastante cauteloso en el interior de la habitación y casi le rompió el corazón ver el desorden: libros y algunos muebles por el suelo, la cama sin hacer y con varios platos sucios y pañuelos por toda la habitación.

Kilig [Kookmin Au]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora