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—Ayúdame a bajar estas dos cajas, porfa. —Habló Kira. Asentí con la cabeza y puse una caja encima de la otra, no sé cuál de las dos pero alguna de ellas pesaba lo más grande.
—Kay, alguna de estas cajas pesa demasiado. —Me quejé.
—Porque lleva mis pertenencias. Ah, y, si puedes, ponte estos dos cuadros encima, porfa. —Cogió dos cuadros pequeños con imágenes de ella pequeña con alguien sosteniéndola. Intenté bajar las escaleras como pude, porque las dos cajas eran enormes y apenas podía ver la barandilla. Me agarré de ella para conseguir más estabilidad y seguridad y llegué abajo. Estaba la camioneta de su novio y en la parte trasera puse las dos cajas. Los dos cuadros los puse dentro de una caja.
—Hola, Diana. —Saludó el novio de Kira.
—Hola, Marcos.
—¿Kira está arriba?
—Sí, estaba haciendo no sé qué cosa cuando bajé.
—Vale. Cuando baje, ¿Podrías decirle que voy a tardar un rato en venir?
—Sí, pero, ¿Te vas a llevar la camioneta?
—No, iré caminando. La camioneta la dejaré aquí para que ustedes pongan lo necesario para la mudanza. —No dije nada más y simplemente asentí con la cabeza. Vi a lo lejos como él se alejaba y poco tiempo después Kira bajó las escaleras y vi que bajaba con una mochila enorme.
—Oye, Kay, me ha dicho tu novio que tardará tiempo en venir pero que nos dejará la camioneta para poner todo lo que nos faltara.
—Qué raro de él. Siempre se va y nunca me dice por lo menos a dónde.
—Olvidemos esto y sigamos, que todavía quedan un par de cajas por bajar. —Poco tiempo después llegó Ruby, una prima francesa de Kira también a ayudar con la mudanza.
Salut, gente.
—Hola, me llamo Diana. —Le sonreí y le di dos besos.
Je m'appelle Ruby, un gusto, Diana. —Dijo y me devolvió la sonrisa.
—Vienes a ayudar con la mudanza, ¿no? —Pregunté.
Oui. —Respondió—. ¿Y Kira?
—Está arriba, creo. Subió a buscar las demás cajas.
—Deberíamos subir a ayudarla, ¿Tu ne penses pas?
—Cierto. Tal vez necesite ayuda. —Las dos subimos y ayudamos a Kira con las cajas que faltaban. Aprovechamos que no eran muchas. Después, nos quedamos en casa de Kira un rato a charlar sobre algún tema incógnito.
—¿Ya tienen plan para el verano? —Preguntó Kira.
Oui. Me iré a Lyon, a visitar a mi tío. —Afirmó Ruby.
—Lyon es en Francia, ¿no? —Preguntó Kira.
¡Oui, inculte! —Insultó Ruby, cabreada.
—Pues yo me iré a Vilaflor. —Comenté.
—¿Y para qué? —Preguntó Ruby.
—Porque quiero apuntarme a un conservatorio de música. —Contesté.
Aimez-vous jouer des instruments?
—Oui. —Contesté.
—¿Y tu hermano? —Se interesó Kira.
—Él se va a Lanzarote, con su novia.
—¿Pilar?
—No, Ainara, la nueva.
—Ya terminó con Pilar, entonces. —Afirmó Kira y yo asentí con la cabeza.
—Ahora acordándome, debo marcharme ya. Tengo que ayudar a mi hermano a hacer la maleta. —Comenté acordándome. De camino, llamé a mi hermano para que me abriera la puerta cuando estuviese llegando a mi casa.
—Ago, ¿estás en casa? —Pregunté.
—Nop. Estoy haciendo la compra, Blanca. ¿Por qué?
—Porque ya voy a ir a casa, para que me abrieras, pero nada si no estás en casa nada. Yo espero a que vengas.
—Vale. Igualmente no tardo mucho en llegar. —No dijo nada y colgué. Fui caminando hasta la parada del tranvía y después a mi casa. Cuando llegó Thiago me abrió la puerta y pasamos los dos.
—¿Dónde está la gata? —Pregunté, sin verla.
—Cuando salí estaba en mi habitación. ¿Qué tal la mudanza?
—Bien, aunque, creo que mañana acabaré con agujetas. —Me reí. Durante el resto del día nos dedicamos a hablar y simplemente pasé un rato con mi gata por la noche.

Todo Fue En VilaflorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora