Me tocaba aceptar la realidad. Y eso me molestaba. Ahora Rafael va a ser mi compañero. Tengo que soportarlo desde que abrimos hasta que cerramos. Todos los malditos días a partir de ahora. Pero no me quedaba de otra. No podía irme, mi prima necesitaba ayuda. Lo que no sé es cómo voy a soportar sus comportamientos de chico inmaduro que se las da de maduro. No lo conoceré del todo pero, por lo que lo conozco, sé que va a estar todo este tiempo buscándome la lengua. En algunas ocasiones le pediré a mi prima el relevo y cambiaré de puesto para no tener que soportarlo. La cosa es que si algún día me cogía de mal humor la íbamos a tener. Lo sé. Aunque, bueno, él ya me genera mal humor.
—¿Nana? —Oí la voz de mi tía detrás de la puerta—. ¿Estás ahí?
—Sí, tía, pasa.
—¿Cómo estás? —Dijo, mientras se sentaba a mi lado en la cama.
—Molesta. ¿Tú?
—Ya, me he enterado. Es un coñazo, pero es lo que toca. Ahora va a ser tu compañero, y te guste o no, lo vas a tener siempre a la vista.
—Ya, eso es lo que me he dicho a mí misma.
—Te daré un consejo, que tal vez no sea muy bueno, pero, tú mantente a lo tuyo y no dejes que sus imbecilidades te detengan.
—Tía, intenta evitar tú a un idiota que se las da de maduro siendo un inmaduro. —Mi tía soltó una carcajada antes de seguir hablando.
—Cielo, te digo la verdad, a mí ese chico tampoco me cae bien. No puedes decirle un cumplido porque enseguida te responde con un "lo sé", y es muy egocéntrico. No me parece el indicado para tu prima. —Me quedé recalculando un momento con esto último que dijo.
—Espera, ¿cómo que "el indicado para tu prima"?
—Sí, ¿Bry no te lo ha contado?
—Contarme... ¿El qué?
—Que hace pocos días Rafael le dijo a tu prima que quería intentarlo con ella.
—¿Qué? ¿Y no me lo ha contado?
—Cosas de Bry. Anda, vamos a desayunar. —Me dió unas palmaditas en el muslo antes de levantarse de la cama y ofrecerme su mano para que, acto seguido, me levantara yo también. Le hice caso y mi mano hizo contacto con la suya, y juntas bajamos las escaleras.
—Hola, bella durmiente. —Espetó mi prima al verme.
—Explícame por qué no me has dicho que Rafael quiere intentarlo contigo.
—Corrijo, quería. —Oigo su voz a través del móvil de mi prima. Mi piel empalideció.
—Escucha bien, idiota. —Me acerqué con brusquedad al teléfono de mi prima y lo agarré con fuerza— Tú no eres nadie al lado de mi prima. Te diré una cosa, mi prima no merece a alguien como tú. ¿Sabes por qué? Porque tú eres un tío inmaduro que se las da de maduro, listo y un chulo. Te crees que el mundo está a tus pies. Sin embargo mi prima es lo contrario a ti. Mi prima tiene un corazón puro y ella sí es una persona madura. Podrás verme como una tía que no mata ni una mosca, pero, atento: Tócale un puto pelo a mi prima. —Solté el teléfono, cogí mi plato con dos tostadas medio hechas, y me alejé de la cocina. Durante un minuto no oí ninguna voz, ni la de mi prima, ni la de mi tía, ni la de Rafael. Lo único que sé es que me quedé en mi cuarto sin apenas salir durante tres horas seguidas hasta que escuché que tocaron la puerta.
—Pasa. —Dije, con mala gana.
—Nana. —Dijo mi tía.
—Vienes a reprocharme la que he armado a la hora del desayuno, ¿verdad?
—No, no, para nada. Simplemente quiero saber qué es lo que te ha pasado. —Se sentó en el filo de la cama.
—Que no quiero que Bry, con lo generosa, buena e inteligente que es se deje influenciar por ese imbécil.
—Nana, entiendo que te preocupes por tu prima y no sabes cuánto te lo agradezco, a mí ese chico tampoco me da buena espina, pero tu prima es mayor y sabe lo que hace y con quién se junta. Si ella decide hacerse novia de ese chico, déjemosla, al fin y al cabo es su decisión, si ella cree que es lo mejor, ahí está, ella decide qué es mejor para ella y qué no. —Me quedé en silencio un par de segundos. Supongo que tenía razón.
—Es verdad, pero no me voy a disculpar con él. De todas formas, seguro que cuando lo vea en el trabajo, me va a decir algo. Como siempre. Le gusta tocarme la moral. —Me quejé.
—Está bien. Ahora, baja, que tu prima necesita ayuda para subir la compra. —Me dio dos pequeñas palmaditas en el muslo y se levantó de la cama para que, a continuación, me levantara yo.
RAFAEL
Yo sabía que a Diana le iba a molestar el hecho de que ahora tuviéramos que estar todos los dias juntos. Y me da risa. Me gusta cabrearla. Sinceramente, Diana no es tan mala como parece. Sólo que es muy intensa. Me gustaría conocerla más. Parece interesante, aunque sé que ella no se interesaría en lo mínimo por conocerme. Para ella soy insoportable. Bueno, no dudo que a veces lo soy. Ah, y también dice que soy un arrogante. Y un orgulloso, y un egocéntrico, y un narcisista. Arrogante, puede ser que si lo sea. Y egocéntrico también. ¿Cómo no serlo siendo yo? En fin, me tocaba buscar maneras de hacerla cabrear. Sé que me la va a liar, pero eso es precisamente lo que quiero. Enfadarla. Me gusta hacerla cabrear. Pero, sólo a ella, raramente a nadie más. Por lo que me dijo Aubrey, tenemos cosas en común Diana y yo. A ella le encantan los perros y a mí también, lo que creo que tenemos preferencias diferentes en las razas de perros. A mí me gustan los dálmatas y a ella los Bulldogs Franceses. Son bonitos, pero son muy perezosos. Creo que son como ella. Por eso le gustan. La cosa es, que quiero conocerla más allá de lo que ya la conozco.
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Todo Fue En Vilaflor
Teen FictionMe llamo Diana Campbell y estoy terminando bachillerato. Mi hermano mayor, Thiago, va a irse de vacaciones con su novia a Lanzarote, pero rechacé la invitación, porque yo voy a irme a Vilaflor, un municipio de Tenerife, a ayudar a mi prima mayor en...