Todo Fue En Vilaflor

9

—¡Aubrey! —Me dirigí a mi prima enfadada.
—Dime, Nana.
—Le has pasado mi instagram a Rafael, ¿verdad? —Espeté.
—Sí. ¿Por?
—Deberías haberme preguntado antes. Sabes perfectamente que ese chico me cae mal. —Mi prima iba a abrir la boca para hablar, pero una voz detrás de mí la interrumpió.
—Así que te caigo mal, ¿eh? —Apareció Rafael.
—Pues sí. Por algo fui tan borde ese día. —Tardé unos segundos en contestar.
—Te diré una cosa, Diana... —Se acercó a mí y su nariz respingona chocaba con la mía— No me juzgues sin conocerme. Y si te metí prisa, fue por algo. También me caes mal. —Me dejó con la palabra en la boca y se fue.
—Qué rayos acaba de... pasar. —Preguntó Bry, quieta como una estatua.
—No lo sé. Pero ya tengo más motivos para odiarle. Se hace el duro y el interesante cuando en verdad es un capullo integral. —Hablé, enfadada.
—¿Sabes, Nana? Pienso que no deberías juzgar a Rafa si no lo conoces. Digo, porque conmigo al principio también era igual y ahora es un amor.
—Bry, nunca cambias con quien te cae mal.
—Te lo repito, Diana. Nunca, juzgues a alguien sin conocerlo realmente. —Me quedé sorprendida porque Bry nunca me ha llamado Diana antes, ni si estuviera enfadada conmigo. Siempre me ha llamado "Nana". Ella se apartó y se fue a saludar a su grupo de amigas que tenía. Yo que apenas tenía amigos. Mai y Kathe son compañeras, quiero decir, me caen genial pero son compañeras, no han hecho nada que me haga querer decir "estas son mis amigas". Según mi hermano, cuando tenía 10-11 años era medio rara, casi no tenía amigos por eso. Por suerte, yo tan inocente con 10-11 años, no me daba cuenta de eso. Sabía que no tenía amigos, pero no el motivo. Un poco rara sí era, debo admitirlo. Me ponía a hablar sola, conmigo misma. Tal vez por eso no se me acercaban en el colegio. A veces, hablaba hasta en inglés. Me montaba unas escenas yo sola increíbles. Hasta me inventaba el inglés. Por una parte era gracioso, pero por otra triste. Kira fue mi primera amiga a esa edad. Me la presentó mi hermano, y gracias a ella pude experimentar el valor de la amistad. Ella no me manipulaba, ni me obligaba a hacer cosas que no quería, ni me mandaba a tirar su basura, ni me humillaba delante de todos. Tuve una amiga así. Se llamaba Aisha. Era horrible. Ella se aprovechaba de mí, pero yo, con 9 años que tenía, no me daba cuenta. Tal vez un poco sí, pero siempre trataba de decirme a mí misma que eso no era verdad. Porque quería a Aisha a pesar de todo, y si, me alejaba, me quedaba literalmente sola. Hasta que mi hermano me presentó a Kira, que gracias a ella pude dejar atrás a Aisha. Se enfadó conmigo porque se pensó que la había cambiado aunque le di explicaciones del por qué, pero me dió igual. Con Kira todo era diferente. Me lo pasaba genial a cada rato y me reía un montón. Y sigue pasando. Kira es una de las mejores amistades que tengo hasta ahora. Mi prima me llamó para presentarme ante sus amigas y, sinceramente, qué vergüenza.
—¡Holaaa! Mi nombre es Alessia y soy una de las amigas de tu prima. Eres Diana, ¿verdad? Ya sabía yo. Tu prima me habla constantemente de ti. Tienes pinta de ser un encanto.
—Lo es —Interrumpió mi prima, mirándome y guiñándome un ojo.
—Encantada, Alessia. Sí, así es. Soy Diana, la prima de Bry.
—Dinos, Daiana... —Me dio toc de sólo oír que pronunció mal mi nombre.
—Es Diana. —Corregí.
—Eso. ¿Tu prima se porta bien? ¿O es una auténtica pu...
—Se porta bien, es muy buena persona y buena prima. —Interrumpí antes de que acabara la frase.
—Eeen fin. Ya nos veremos, morenita. —Se despidió Becky, otra de las amigas de Bry.
—¿Morenita? —Apareció una voz detrás de mí— Qué apodo más absurdo. —No me di la vuelta. Ya sabía quién era.
—Mira, Raf...
—Mira tú. No tienes nada que decirme. Ahora te caigo mal, pero... ¿sabes? Pronto te tendré besándome los pies. —Me quedé literalmente en shock. ¿Ese tío quién se ha creído que es? No puede caerme mejor. Te lo juro. Nunca caeré en las garras de ese capullo, en mi vida.