|Capítulo 4| El primer beso Pt 1

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9 años

Mikasa e Isabel no dejaban de fastidiarme, creo que fue mala idea presentarlas. De un día para otro les había entrado en la cabeza la odiosa idea del primer beso. Era repugnante, yo seguía creyendo que eso era sólo un método para traspasarse baba.

Mikasa nos había confesado que un Eren le pidió un beso y que ella se lo había dado, ya todos sabíamos que Eren gustaba de Mikasa, no fue sorpresa para mi. A la semana llegó Isabel diciendo que consiguió que un niño la besará. Y ahora esperaban mi turno.

Mis labios estaban sellados, no besaría a nadie. No estaba dispuesta a correr ese riesgo, podría contagiarme alguna enfermedad, besarse era muy peligroso.

—Vamos, no tiene nada de malo. Es la mejor sensación del mundo, son como miles de mariposas en tu estómago... —argumentó Mikasa mientras comíamos helado en la terraza de mi casa, no creí que le agraden este tipo de temas.

—Y además te tiemblan las rodillas... es tan romántico —siguió Isabel y ambas suspiraron a la vez. Yo resoplé y me llevé una gran cucharada de helado a la boca.

—No, gracias. Paso. Y aunque quisiera, jamás lograría que alguien me besara, soy Winter la Einstein, Winter la fría , Winter la malhumorada... —podría seguir nombrando los apodos que me ponían mis compañeros, pero no quería amargarme la tarde recordando lo cruel que podían ser los niños.

Aunque nunca les prestaba atención, siempre mis amigos me animaban. Eso era más que suficiente para mi.

— Además los niños de mi edad son demasiados estúpidos. — les seguí argumentando.

—Bueno, entonces con un niño que no vaya a nuestra escuela —me dijo Mikasa y algo se encendió en su mirada. Noté que Isabel estaba con el mismo rostro cómplice, se miraron y sonrieron.

—Y que esté cerca, que te conozca y que se muera por ti. ¿Se te ocurre alguien Isabel? — preguntó Mikasa. Me estaban asustando, sonreían de una manera amenazadora.

—Sea quién sea, no lo haré. Sólo tengo nueve años, quiero vivir mi infancia sin enredos amorosos.

—¡Winter, es normal! —exclamó Isabel. Que testarudas eran mis amigas.

—¡No lo haré! —les grité — No besaré a nadie.

—Bien, si esa es tu decisión — Mikasa se cruzó de brazos y miró de soslayo a Isabel, quien hizo lo mismo y se pusieron de pie — No beses a nadie, no te podemos obligar. Pero... nunca mencionaste algo sobre si un niño te besara.

—¡No, no, no, no! —les espeté.
Las corrí de mi casa y les dije con seriedad que me hablaran cuando pensaran racionalmente.

A la mañana siguiente, me encontré en el desayuno con Levi. Desde que se cambió de escuela se había vuelto más esquivo. Intenté hablarle y decirle que haría sufrir a Petra, pero él parecía estar en otro mundo, así que desistí y en semanas las cosas quedaron como antes.

Saludé a Ellen, que me preparaba un tazón con cereales y pan tostado, y le dediqué una fría mirada a Levi como unos buenos días. Sin embargo, a diferencia de los otros días, él no se levantó de su silla y dejó su comida a medio terminar, sino que se quedó allí con la mirada perdida observando su cuchara.

—Winter, quiero hablar contigo —me dijo de repente. Ellen nos miró y sonrió.

—Le llevaré el desayuno a tu madre, Winter — tomó una bandeja con una taza de café y unos pastelitos de fresas y salió, dejándonos solos.

—¿Qué quieres?— Él se acomodó en su silla y presencié algo que nunca esperé por parte de él: inseguridad.

Abrí la boca como tonta, Levi el niño listo de todos los tiempos estaba nervioso. No pude evitar reírme.

Cold As Ice - Levi Ackerman Donde viven las historias. Descúbrelo ahora