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¿Que es lo que Mick Schumacher busca en el?

—Lewis.

El mayor quería fingir ignorancia y seguir su camino, pero realmente no podía hacerlo, no se lo permitiría, aunque el menor lo hubiera lastimado el no pensaba desquitarse con el.

—¿Que necesitas Mick? -preguntó mientras caminaba para alejarse de la habitación. Mick lo seguía detrás suyo.

El menor solo lo seguía sin decir más nada. Tratando de alcanzarle el paso. Lewis se detuvo después de unos minutos sin escuchar al menor pensando que se había ido, pero en cuanto sintió el cuerpo del más bajo chocar su espalda se giró de golpe a verlo, con suma preocupación.

—¿Estas bien? -le preguntó sosteniéndolo por las mejillas con suavidad. Mick hacía un puchero por el hecho de que el contrario apretaba sus mejillas. Al recordar que estaban en un lugar público, lo soltó al instante, incorporándose lo tomó de la mano para llevárselo hacia un lugar más privado, sintiendo la mirada de algunos pacientes, enfermeras y uno que otro médico.

Llegaron a la azotea del hospital después de subir por el ascensor. Los dos se encontraban en completo silencio. Lewis miraba a su alrededor, hacia abajo donde se encontraban los automóviles yendo y viniendo. Mick solo miraba la espalda del mayor. Suspiró y después se acercó a la orilla, yendo a sentarse para que sus pies colgaran. Pero la mano de Lewis lo tomó rápidamente alejándolo de la orilla, terminando cayendo encima suyo.

Lewis respiraba rápidamente, mientras sus ojos se encontraban cerrados. Mick notó como una lágrima rebelde salía de los ojos del mayor. Apoyándose con sus manos sobre su pecho lo observó con suma dedicación. Había algo en el que lo incitaba a querer estar cerca, y siempre había sido así desde el primer momento, pero no quería admitirlo. Su mano se acercó al rostro del mayor para empezar a acariciarlo con suavidad, desde la frente hasta la mejilla y terminó rozando sus dedos en la comisura de los labios del mayor, hasta que los presionó suavemente con sus dedos por completo. Toda su piel era tan suave, sus labios también, era tan perfecto. Se sentía encantado, como si el mayor hubiera hecho un tipo de magia en el.

En cuanto el mayor abrió los ojos Mick recordó lo que estaba haciendo, y que no era ningún sueño sino que estaba ocurriendo en ese mismo momento. Trató de levantarse de encima del mayor, pero este lo detuvo rodeándolo con sus brazos, terminó acostándose literalmente encima del cuerpo del mayor, recostando su cabeza en el hueco en medio de su hombro y cuello. Lewis acarició su espalda con suavidad y sin poder pensar bien en lo que hacía terminó besando la cabeza del menor aún mientras con una mano libre acariciaba su cabeza.

—No te atrevas a querer terminar con tu vida así como así de nuevo, por favor. -habló el mayor.

Mick estuvo por decirle que eso no era lo que estaba pensando hacer, que había sido un malentendido. Pero decidió quedarse callado escuchando la respiración del mayor y su suave aroma.

—Aunque la vida no sea como esperabas que fuera, no puedes rendirte por eso, si quieres ser valiente debes continuar adelante, lastimarías a muchísimas personas si de un día para otro dejas este mundo.

—¿A ti también?

—Por supuesto que si.

—¿Por que?

—No lo sé, pero estoy seguro que me lastimarías muchísimo.

—No me suicidaré.

—Se que esta vez no estabas pensando hacerlo, pero estoy seguro de que han habido muchísimas más veces en que lo has pensado realmente. Por favor no lo hagas nunca más, ni lo pienses ni lo intentes.

Hold me; hamick. AUDonde viven las historias. Descúbrelo ahora