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Tachihara

-¡Ryunosuke!

-¿Hum? – Ryunosuke estaba medio atontado viendo el baloncesto desde la cocina. Su actitud pasota me enojaba, pero más lo hacía la de mi madre y Ougai, ocupando el sofá, mirándose como si en el mundo no existiera más que el otro, abrazados.

Joder, que cursilada y me daba más rabia aún tener que reconocer que en el fondo les tenía cierta envidia. Naomi y yo una vez fuimos así, casi me daba vergüenza recordar lo horriblemente meloso y cursi que era pero… estaba enamorado, ¿Qué se le iba ha hacer?

-¿Cómo se supone que tengo que sacar esto del horno sin quemarme? – miré a Ryunosuke, abriendo el horno y mirando el pastel de frutas de mi madre con mala cara, sin saber que hacer con él.

-Utiliza las manoplas.

-¿Manoplas?

-¿No sabes lo que son manoplas? – Ryunosuke miró de un lado a otro y agarró el delantal que mi madre había llevado puesto mientras hacía la cena. Me lo mostró con gesto interrogante. – No, eso no son manoplas. Es un delantal, burro. – alzó una ceja. - ¿Nunca has cocinado nada en tu vida?

-¡Claro que sí! Salchichas de lata, en el microondas.

Dios, ¿Cómo había pasado de Naomi a esto?

-Quítate. – me puse las manoplas y yo mismo saqué el pastel con extremo cuidado. Lo solté sobre la mesa de la cocina y sonreí con superioridad. – Así se hace.

-No me digas. ¿Te crees mejor que yo por saber sacar un pastel del horno?

-Tengo más experiencia culinaria que tú, sólo digo eso. – Ryunosuke se carcajeó mientras me quitaba las manoplas y sacaba los cubiertos. No le veía la gracia.

-Eres un jodido maricon.

-¡¿Qué?! - se cruzó de brazos, dirigiéndome una mirada de autosuficiencia irritable y se sentó sobre la mesa de un salto.

-Te gusta que te folle, ¿No? Que te den por el culo otro hombre. Creo que es obvio.

-¡Vete a la mierda! ¿Y tú qué? ¡Que te gusta cogerte el culo de tu hermano, pedazo de hijo de puta! ¡Que no te cortaste un pelo en ir a por mí aún sabiendo que…!

-¡A mí no me amenaces con tenedores eh! – miré la mano que le alzaba, con los cubiertos agarrados fuertemente y los dejé sobre la mesa con lentitud.

-Tenía novia, hasta que tu llegaste todo era normal.

-¡Ja! Abría que ver a tu ex. – sería hijo de… le di la espalda, dispuesto ha hacerle tragar sus palabras y tomé mi celular, rebuscando por la galería de imágenes. Ju, aún tenía la foto que Naomi y yo nos hicimos en la playa en verano, cuando tomamos el bus y nos escapamos el fin de semana a la casa de veraneo de sus padres. Estábamos abrazados y en bañador en la orilla. Estaba hermosa y con la cabeza bien alta, se la puse en las narices a mi hermano.

-Ella es Naomi, mi ex. – sonreí al ver como la boca le llegaba al suelo al verla.

-¿Tu… ex? – asentí. Estaba orgulloso de ella, para que negarlo. – ¡Joder, que tetas! – me quitó el móvil de un manotazo - ¡Santa mierda!

-¡Ryunosuke, dame eso!

-¡Pero mira que piernas!

-¡Ryunosuke! – revoloteé a su alrededor, intentando quitarle el móvil, recibiendo empujones bruscos por su parte. - ¡Dámelo!

-¡Y tú te la follaste! ¡No me lo puedo creer!

-¡AAhhh! ¡Idiota!

-¡Oh, no! ¡He borrado la foto! – me tiré literalmente a él al oírle, arrancándole el móvil, mirando horrorizado como la foto de Naomi y mía había desaparecido.

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