𝐀𝐥𝐰𝐚𝐲𝐬 𝐘𝐨𝐮

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𝗖𝗔𝗣𝗜𝗧𝗨𝗟𝗢 𝗤𝗨𝗜𝗡𝗖𝗘|conociendo al suegro!¡

Estaba en mi casa hablando con Tom, se acuerdan que mi madre me preguntó todo? Pues como ella pregunto yo le respondí todo. Hubiesen visto la felicidad de su cara.

Mi mamá dijo que lo invitará a cenar. Y decirle a papá....

Sí! No le había dicho aún, jajaja.. no sabía cómo iba a reaccionar. Ya estaba todo listo, ahora era el momento de decirle a Tom.

𝗠𝗮𝗱𝗱𝗶~

Mi vidaa, mi mamá que vengas
a cenar hoy jijiji

𝗠𝗶 𝗻𝗶𝗻̃𝗼💕

voy sin pensarlo dos veces
a las 19:00?

𝗠𝗮𝗱𝗱𝗶~

Sisisis, te espero💕

𝗠𝗶 𝗻𝗶𝗻̃𝗼💕

nos vemos, linda ❤️

Me metí a bañar, me puse un vestido blanco con mis botas negras. Me hice unas ondas en el pelo y me maquille un poco, baje a la cocina a ayudar a mamá. Papá en otro lado estaba sentado en el sillón viendo la televisión.

No pasó mucho y Tom llegó, tocó el timbre a lo que fui a abrir.

Estaba con unos pantalones de mezclilla (como siempre) una polera blanca y unas zapatillas a juego.

Me abalanze a abrazarlo. No es como si no nos hubiésemos a un día.

—Te vez preciosa— dijo mientras dejaba un beso en mi mejilla.

—Tu te vez increíble, como siempre— le dije mientras le daba una sonrisa.

—Ya basta los tortolos vamos a cenar— espetó mi mamá atrás de nosotros.

Nos fuimos a sentar cuando mamá llamo a mi padre para que viniera a la mesa con nosotros.

—Tom, mi muchacho mira cuánto haz crecido—dijo mientras le daba un fuerte abrazo.

—Hola señor Fischër—

Pasó un rato, Tom y mi padre se la pasaron conversando, era momento del postre y también de decirle a mi padre sobre lo nuestro. Lo nervios hacían que temblará.

Mamá trajo una tarta de durazno a la mesa. Y la ayude a servirla, estaba exquisita.

—Papá, debo decirte algo— dije mientras dejaba los curviertos en la mesa.

—Dime cariño, qué sucede?— dijo mientras me miraba.

Mire a Tom, se le notaba nervioso. Le tome la mano a lo que mi padre miro sorprendido.

—Yo y Tom, estamos juntos— dije mientras daba un leve suspiro.

—Eso es increíble! Los felicito, me alegra que me dijieran— dijo con una sonrisa.

Le sonreí, sentí como un peso se iba de mi cuerpo. Una preocupación menos. Seguimos cenando cuando llegó la hora que Tom se fuera tristemente.