El cantar de las aves

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Muchos años después


Entró a la habitación y sonrió con la escena frente a él.
-Pero si aquí están mis personas favoritas- exclamó y buscó un lugar donde acomodarse.

La sonrisa gigantesca y sin dientes lo hizo suspirar de amor.
-Abuelito, el abue Jimin nos estaba contando esa linda historia que tanto me gusta- comentó la niña abrazada a su abuelo.

Yoongi volvió a sonreír y miró a su omega.
-Imagino que le contaste lo valiente y tenaz que era el coronel ¿verdad?- preguntó haciendo que Jimin sonriera.

-La verdad es que les conté que se tardó mucho para encontrar a su amado- soltó como si fuera un reproche.

YoonJi sonrió al ver la complicidad de sus padres.

-Pero volvió- atacó Yoongi sin dejar de sonreír.

Jimin suspiró enamorado como hacía tantos años desde que habían decidido casarse y ser felices.

Luego de un tiempo había llegado a sus vidas la dulce YoonJi y ella había completado aquella felicidad.
Todavía recuerda cuando su omega estaba embarazado. Había sido el momento más feliz de su vida, pero también el más traumático, ni siquiera haber sido prisionero de guerra lo había preparado para un hormonal, terco y endiablado omega embarazado, pero aún así no cambiaría absolutamente nada de su precioso amado.

-¿En qué piensas?- indagó su hija al verlo perdido en sus pensamientos.

-En lo feliz que he sido durante todos estos años, desde que conocí a tu papi, hasta el día de hoy, todos y cada uno han sido buenos y felices. No puedo quejarme, después de todo me quedé con el omega más bonito del mundo- soltó con una sonrisita, viendo como su esposo se sonrojaba ante sus palabras.

-Abue, y ¿qué pasa después de que el coronel se encontró con el doctor?- preguntó intrigada la pequeña JimSu

-Bueno, esa es un historia bastante larga, y creo que es hora de que duermas, prometo que te la contaré otro día, ¿te parece?- respondió Jimin mirando a su pequeña nieta.

La niña sonrió haciendo que sus ojitos formaran unas finas líneas y entonces los abuelos también sonrieron.

La niña sonrió haciendo que sus ojitos formaran unas finas líneas y entonces los abuelos también sonrieron

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-¿Coronel está seguro de esto?- indagó mirándolo seriamente.

-¿Por qué lo preguntas? ¿Crees que Jimin no acepte? Por favor Jungkook no me hagas poner más nervioso, si sabes algo que yo no sepa este es el momento de que me lo digas- exclamó cargado de ansiedad.

-Me refería a la comida, creo que es demasiada para dos personas. No sea paranoico, estoy más que seguro que Jimin dirá que si, después de todo lo ama tanto como usted a él-

Yoongi respiró un poco más calmado.
Había citado a su perfecto novio en el restaurante del centro de la isla, había comprado en Seul un hermoso anillo y tenía todo listo para al fin después de cuatro años, pedirle a su precioso omega que se casaran.

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