Alguien a quien en verdad amo

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El pasillo para llegar a la sala de esperas del aeropuerto de Berlint se veía igual que cuando se fue la última vez de ese país, sus viejas medidas de seguridad le traían recuerdo de como los policías le quitaron un poco de su medicina para la ansiedad, pero ahora estaba ahí en un panorama distinto, uno donde su hermano, su mejor amigo y su hijo le hacían compañía.

Mami—el pequeño Noah toco su hombro

¿Sucede algo? —lo observo

¿Descansaste? —la observo con algo de vergüenza ya que recordó que su madre se quedó leyendo el viejo diario de su padre

Tranquilo, llegando a la casa de los abuelos descansare—se hinco para sonreírle

¿Leíste todo? —estaba curioso

Si—asintió—tu padre es—cerro los ojos

¿Qué cosa? —la observo confundido

Es un secreto—puso su dedo en sus labios—deberías ir con Markus por un chocolate—le dio dinero

¡SIII! —tomo la mano de su tío y salió corriendo hacia la tienda

¿Estás bien? —se sintió confundido Ashton

Ayer leí el diario de Damián—cerro los ojos—yo no sé cómo sentirme, ahora entiendo porque su hija quería encontrarme

¿tan triste es? —se sorprendió

No—miro el techo—pero denota lo mucho que me ama y cuanto sufrió por decisiones que tome

¿te sientes culpable de todo lo que ocurrió? —alzo la ceja

Un poco, es como si él quisiera asumir todo, pero sé que parte de la historia fue responsabilidad mía—su voz sonaba apagada—debí ser más fuerte

¿Cuál es la decisión que tomaras? —puso su mano en su espalda

No tengo idea—suspiro—solo sé que quisiera que todo fuera diferente

Las cosas que hiciste te volvieron la mujer que eres ahora—su voz era tranquila—tienes que intentar mantenerte con eso y dejar de cargar errores de tu pasado, digo, ya eres una madre

Lo sé—observo como Noah caminaba con Markus

Vuelo con destino a Westalis por favor abordar por la puerta A-1

Creo que es nuestro vuelo—Markus tomo su maleta

Es una tristeza no ver a Alía—murmuro el pequeño—pero bueno volveremos a verlos

Sí, pero hay que tomar en cuenta que Damián llego tarde de su trabajo—acaricio su cabello verdoso—vamos luego vendremos a verlo

Si—sonrió con algo de tristeza y tomo la mano de su madre

Los cuatro se dirigían hacia la puerta indicada pero el sonido de gente corriendo hicieron que giraran a ver que era ese tumulto.

¡ANYA! —grito Damián mientras brincaba la valla de seguridad, como cuando lo despidió la última vez

Hola—se sonrojo al verlo—yo pensé que no vendrían

Yo—recobro el aliento—no podía dejarte ir sin despedirme—sonrió—menos ahora

Eres un romántico—se burló Markus

Markus—gruño algo molesto y sonrojado

Oh Markus—carraspeo la voz el castaño—y si entramos al avión, nosotros no tenemos papel en esta historia

¿me estás diciendo que no soy protagonista? —lloriqueo

Hoy no—se burló—vamos, Anya y Noah los esperamos dentro

Ella esDonde viven las historias. Descúbrelo ahora