Ella es

Una mujer que escapa

Anya caminaba por las calles de Westalis mientras comía crepas, estaba algo cansada de su día laboral, pero quería llegar a su hogar para poder pasar el resto de la tarde con su hijo Noah mientras platicaban de sus deberes de estudiante, mientras caminaba observo a lo lejos la tienda de postres que amaba su hijo y decidió comprar una tarta para compartir.

¡Buenos días señorita Forger! —menciono la empleada—dígame ¿Qué le ofrecemos?

Quisiera una tarta de limón—sonrió amablemente

Claro que si—la mujer busco la tarta y la empaqueto—son 230 pesos

Aquí tiene—saco su billetera y le dio un billete

En un momento le doy su cambio—la mujer buscaba dinero en la caja registradora—tome

Si—la pelirosada empezó a guardar el dinero en los compartimientos de su billetera, pero en eso no noto que había un agujero en la sección de monedas y estas salieron provocando que esta se agachara para recogerlas

¿Está bien? —la empleada se preocupo

Sí, es que creo que esta billetera es demasiado vieja—sonrió con algo de tristeza mientras metía las monedas en su bolsa

¿Es un recuerdo especial? —la empleada regreso a la caja

Si—observo la billetera—oye ¿te puedo encargar un café?

Claro que si—lo registro en la caja

Gracias, me sentare ahí—señalo la mesa

Si señorita Forger—la mujer empezó a dirigirse a la máquina de café

Anya se sentó cerca de la ventana y observaba su vieja billetera azul, era cierto esa cosa ya tenía más de 15 años con ella y sabía que debía cambiarla, pero el simple hecho de saber quién se la había regalado le impedía, era algo idiota porque no debía tenerles aprecio a las cosas materiales, pero, esa billetera y Noah eran el mayor recuerdo del hombre a quien más amaba en la vida.

Su café—sonrió la mujer y le dejo el café

Nuria—le sonrió—gracias

De nada, si necesita algo estaré en la caja—camino la mujer

Si—cerro los ojos y tomo el café

Pero parecía que eso que la hacía huir otra vez se apoderaba de su mente, ese recuerdo tan dulce y amargo que vivió con ese hombre.

.-.-.-. - Flash back

Sus manos estaban frías por el clima y sus nervios de dejar ese lugar, pero tenía que ser valiente otra vez para tomar esa decisión después de haber estado con él la noche anterior, no tenía que arrepentirse después de todo él se iba a casar en la primera quincena de enero y si ella fue es porque quería devolverle su sonrisa, porque quería que fuera feliz, quería que viviera lo que ella no iba a poderle dar y quería con todo su corazón que no fuera infeliz.

Pero cuando estaba esperando de nuevo el avión oyó su voz como la última vez que lo vio antes de irse a Westalis, otra vez estaba agitado y tenía una expresión de dolor en su rostro que la quería hacer entrar en razón para quedarse, pero sabía que no era lo idóneo, ya que él hacer eso era que la gente supiera lo de Demetrius y porque se fue a Westalis desde la primera vez.

¿En serio te iras el 31? —su voz sonaba triste—no ¿no puedes quedarte hasta el 1 de enero?

No—lo miro a los ojos—sé que sería difícil para ambos porque—su voz se intentaba quebrar, pero fue abrazada

Lo sé—la abrazo con tanta fuerza—maldita sea ¿Por qué somos así de idiotas?

Tenemos que cuidar a muchas personas que dependen de nosotros—mordió su labio para evitar sollozar—pero créeme que esa noche que compartimos la mantendré en mis recuerdos