Capítulo 1 (Renegade)

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Nota de la autora

¡Hola queridxs lectorxs!

Bienvenidxs a mi nueva historia donde habrá diversión, tensión y sorpresas pero, sobre todo... ¡Mucho Dick Grayson! (creo que el título lo deja bastante claro, jiji). Solo os adelanto una cosa, cada capítulo va dedicado a uno de los tres Dick Graysons que aparecerán en esta historia.

No tengo nada más que decir a parte de daros las gracias por darnos una oportunidad a mí y a esta historia.

¡Disfrutad del primer capítulo!

Renegade corría por los tejados de Gotham City. Slade le había asignado una misión que él consideraba bastante simple, siendo sinceros. Se permitió el lujo de perderse en sus pensamientos mientras saltaba de un sitio a otro, rompiendo la bruma de contaminación permanente que cubría Gotham como de costumbre.

Su uniforme consistía en una camiseta ajustada de kevlar negro y manga larga. Encima de la misma portaba una armadura que era naranja por el cuello y que bajaba por delante bordeando una parte blanca con textura de escamas. Unas hombreras de metal cubrían sus hombros y unos guantes grises que no cubrían la última falange los dedos (a excepción del pulgar) tapaban sus manos, estaban reforzados con metal naranja en los nudillos y los cierres de los guantes eran del mismo color. Tenía un cinturón gris con el cierre y los compartimentos naranjas. Llevaba unos pantalones negros con una franja naranja en los laterales que bajaban por toda su pierna. Las rodillas estaban protegidas por unas rodilleras metálicas y llevaba botas de combate negras. Rodeando sus hombros llevaba munición y la correa que lo mantenía en su lugar estaba en la espalda. Portaba una máscara de dominó negra sobre los ojos.

Dick empezó a divagar mientras se dirigía al lugar al que le habían enviado a cumplir la misión para los que habían contratado sus servicios como cazarrecompensas y mercenarios. Debía colarse en uno de los laboratorios de Cadmus ubicado en aquella ciudad. Éste llevaba abandonado un buen tiempo por lo que no debería representar ninguna clase de problema entrar y recuperar el dispositivo que le habían enviado a conseguir.

Realmente no sabía qué tenía de atractivo el dispositivo que le habían enviado a conseguir pero le pagaban de forma bastante generosa por algo mundano. Además, su trabajo era cumplir la misión y hacerse cargo de que se le pagara, no hacer preguntas que podían ahuyentar al contratador.

Recordaba perfectamente aquella mañana: Dick se había levantado como de costumbre, se había cambiado el pijama por unos pantalones de chándal gris y una camiseta de tirantes blanca, no se peinó. Desde que había matado a los Titans para unirse a Slade la rutina había sido más o menos la misma: Se levantaba a las cinco de la mañana y se preparaba para entrenar antes de arreglarse. Sin embargo, aquel día, cuando había ido a la sala de entrenamiento para ejercitarse como cada mañana, se encontró con que Slade no estaba allí para entrenar con él como tenían la costumbre de hacer.

Le extrañó pero decidió que lo mejor era ejercitarse y prepararse cuanto antes. Si Slade hubiera requerido de su presencia de forma inmediata, le habría avisado en vez de simplemente no aparecer en su entrenamiento rutinario.

Realizó su rutina diaria en lo que entrenamiento se refería y, al acabar, recogió una toalla para secar el sudor que bajaba por su frente y cuello. Se dirigió de nuevo a su cuarto y entró en el baño de este, listo para ducharse.

Dejó que el agua cayera sobre su cuerpo mientras su mente se vaciaba, dejando que su cuerpo se relajara para poder descansar un poco más antes de empezar bien el día. Se enjabonó el pelo con parsimonia e hizo lo propio con el resto de su cuerpo. Se aclaró y salió de la ducha con una toalla envuelta alrededor de la cintura. Acabó de arreglarse peinándose el pelo mientras se ponía unos calzoncillos y unos pantalones. Entró en la cocina aún llevando la toalla al cuello y se sirvió un bol de cereales. Tras terminar su desayuno, se lavó los dientes y terminó de prepararse.

Dick paró en seco cuando se percató de que ya había llegado a su destino. ¿Por qué estaba pensando siquiera qué había hecho por la mañana? ¿Tan poco tenía que pensar que se centraba en su rutina diaria? Fuera como fuere no importaba, lo único que debía hacer ahora era simplemente cumplir su misión y regresar lo antes posible con Slade.

No le resultó complicado colarse en el interior de las instalaciones. Miró alrededor mientras avanzaba con seguridad por los oscuros pasillos. Estaba hecho mierda. Había cables colgando por todos lados por los que ya no pasaba electricidad debido a que no había nadie para pagar las facturas. Sacó una de sus katanas solo por si acaso. Pese a que la gente tendía a mantenerse alejada de aquel lugar porque corría el rumor de que estaba embrujado, a los vagabundos de la ciudad con el índice de criminalidad más alto les daba igual. No le sorprendería en absoluto encontrarse con tres personas durmiendo acurrucadas en el suelo, tratando de resguardarse del clima lluvioso y frío de la ciudad.

Avanzó en absoluto silencio mientras se mantenía alerta por si acaso. El deterioro de las instalaciones era tal que había trozos de metal de la pared que se habían desprendido y los que seguían en su lugar estaban parcial o completamente oxidados. A Dick le sorprendía que las paredes pudieran sostener todavía el peso del techo. Daba la sensación de que el lugar podía colapsar sobre sí mismo en cualquier momento, enterrándole en vida y matándolo en el proceso.

Renegade sacudió la cabeza mientras aceleraba el paso, era mejor darse prisa por si acaso. No le gustaría quedar sepultado bajo un montón de escombros metálicos, sería muy poco digno. Siempre se había imaginado que moriría en su trabajo, hacerlo por un accidente sería increíblemente embarazoso por lo que era mejor apresurarse un poco.

Rápidamente llegó a su destino: Una sala que estaba en bastante buen estado comparándola con el resto del edificio. El estado de la edificación era bastante deplorable debido al abandono durante décadas y había cables colgando, sí, pero era mejor que el resto del lugar, que parecía milenios inhabilitado. Lo que estaba buscando debía estar allí, eso es lo que le habían indicado.

Sin embargo, sin previo aviso, a Dick empezó a dolerle el pecho. En un principio lo ignoró y siguió adelante, no podía dejarse distraer por cosas tan mundanas como esas. No obstante, el dolor fue fue en aumento de forma bastante rápida, lo que empezó a preocuparle. Al cabo de poco no pudo sostenerse en pie debido al dolor y cayó sobre sus rodillas, llevándose la mano al pecho, gruñendo. De golpe advirtió, horrorizado, que su cuerpo estaba empezando a descomponerse en una especie de ceniza.

Lentamente, llevó su mano al botón de emergencia de su cinturón, dispuesto a pulsarlo para alertar a Slade de que algo iba mal. Sin embargo, antes de poder hacerlo, terminó por desaparecer del todo. El único indicativo de que él había estado una vez allí fueron los copos de ceniza que se quedaron suspendidos en el aire, revoloteando por él.

Exceso de... ¿Graysons?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora