Capítulo 25 (Renegade)

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Renegade caminaba de un lado a otro del tejado en frente del edificio del que habían salido. Esperaban a que tanto Jason como Nightwing salieran de allí como habían dicho. El mercenario estaba seguro de que no les llevaría demasiado salir pero llevaban esperando unos buenos 20 minutos sin recibir ni una sola noticia. Él resopló y se llevó la mano a la oreja, presionando el botón del comunicador que había allí.

-Nightwing, Hood, aquí Renegade. Responded cuanto antes. ¿Dónde estáis? ¿Necesitáis refuerzos? Cambio- preguntó la versión de Grayson. La preocupación se filtraba a través de su voz mientras hablaba.

Hubo un crujido en el comunicador para, seguidamente, escuchar solo estática. Renegade gruñó, frustrado por la falta de respuesta por parte de sus compañeros.

-¿¡Por qué rayos no contestan?!- preguntó en voz alta, exasperado por la espera y la preocupación.

-Tranquilízate, deben estar a punto de salir y no podrán perder el tiempo hablando- fue la corta y calmada respuesta ofrecida por Talon. Renegade se sobresaltó mínimamente, aunque no dejó que se viera debido a su entrenamiento. Había olvidado por completo la presencia de su otro yo debido a lo callado que era. No pudo evitar sentirse un poco mal por eso mismo.

-Lo cierto es que eso no me ayuda nada. 'Wing no es la clase de persona que no responde al comunicador cuando puede hacerlo. Si eso no está sucediendo tiene que haber una razón de peso.

-No tiene por qué ser nada- replicó el otro, tratando de ser positivo. Era un consejo que le habían dado tanto Nightwing como Renegade (aunque fue en ocasiones diferentes y sin que el otro lo supiera)- Se positivo, aplica sobre ti el consejo que me diste a mi.

-Como si fuera tan fácil- respondió Renegade con un bufido. Justo después se rio sin humor, pasándose la mano por la cara cansadamente, dándose cuenta de que eso mismo le había dicho a Talon hacía no mucho.

-¿Ya te has dado cuenta de que estás siendo un poco hipócrita?- dijo Talon inclinando la cabeza. Renegade sabía que ese comentario no iba a malas, sino que el ex miembro de la corte estaba intentando animarle como buenamente podía.

Renegade mantuvo la calma, o eso intentó, durante unos cuantos minutos más pero, tras un tiempo, se hartó de tanta espera y se puso en pie, encaminándose hacia el edificio.

-Se acabó, voy a entrar- dijo sin titubeo, nada ni nadie iba a detenerle. Tenía un mal presentimiento y no iba a dejar a sus dos compañeros, no, amigos, solos allí dentro.

-Voy contigo- se ofreció Talon, caminando tras él. El mercenario sacudió la cabeza de lado a lado.

-No. Lo mejor será que alguien se quede fuera por si acaso necesitamos algo del exterior. Además, no pienso tardar nada. Será entrar y salir.

Talon dudó, no veía clara la necesidad de que se quedara alguien fuera, consideraba más peligroso que Renegade se adentrara allí dentro por su cuenta. No obstante, la falta de confianza en sí mismo le llevó a pensar que Renegade tendría una razón que él no alcanzaba a comprender así que asintió y dejó que se marchara.

Renegade se sorprendió cuando el ex miembro de la corte le había dejado ir solo pero hizo un gran trabajo escondiéndolo. Sabía lo endeble que era su argumento de necesitar a alguien fuera del edificio y cualquier persona se habría dado cuenta de que tan solo era una excusa para poder ir por su cuenta, quería estar un rato a solas. Si bien la inseguridad de Talon le había beneficiado, Renegade hizo una nota mental recordándole que la confianza en sí mismo era algo que debía trabajar con Talon.

Dejó de lado ese pensamiento y se adentró en el edificio en busca de Nightwing y Red Hood. No tardó en fijarse en la cantidad de guardias que se movían por el edificio. Aparentemente, buscaban algo. "O a alguien" se corrigió Renegade entrecerrando los ojos y pegándose a una pared, amparado por las sombras, para ver mejor el cúmulo de personas armadas que se movían por los alrededores.

Se llevó la mano a la oreja para comunicarse con su amigo que estaba en el exterior.

-Talon, soy Renegade, estoy dentro y aquí hay mucho movimiento. Me atrevería a decir que han sido descubiertos. He hecho bien en entrar, puede que tarde un poco más de lo que esperaba. Cambio- susurró Renegade a través del comunicador, esperando la respuesta del que estaba en el exterior.

Tras un rato de escuchar estática volvió a presionar el botón en su oreja.

-¿Talon? ¿Me recibes?- Más estática.

Renegade bufó. "Maravilloso" pensó "Eso explica por qué no respondían. Además, apuesto a que están muy ocupados escapando de toda esta gente. Por inútiles que sean individualmente, cuando van en grupo pueden abrumar a cualquiera. Incluso a éstos dos."

El mercenario maldijo para sus adentros, corriendo por el pasillo cuando dejaron de pasar guardias por la zona. Ya no tenía que buscar a sus amigos únicamente sino que, encima, estaba todo plagado de personas armadas que dispararían antes de preguntar.

"Genial, tendría que haber traído a Talon conmigo." pensó, gruñendo para sus adentros por ser tan malditamente cabezota "Eso da igual ahora, céntrate en encontrarles cuanto antes" se dijo, volviendo a centrarse.

Renegade volvió todavía más a la realidad cuando escuchó pasos pertenecientes a diferentes personas acercándose corriendo. El mercenario se apresuró a esconderse dentro de una sala que, gracias al cielo, estaba vacía.

-¿A dónde os dirigís?- preguntó un guardia que venía en dirección contraria al grupo del que había huido el mercenario con gran rapidez.

-Han encontrado a los intrusos- respondió el jefe del pelotón del que Renegade había sido capaz de esconderse por los pelos- Están en la sala de calderas. Tenemos órdenes de dirigirnos allí- Pese a que el líder hablaba, los pasos no cesaron, por lo que el mercenario dedujo que no se habían detenido aunque se estuviera comunicando con otra persona.

Tras unos momentos, escuchó los pasos alejarse. Esa era su señal para dirigirse a aquel lugar y socorrer a los dos héroes.

Renegade se dirigió hacia allí y corrió durante varios minutos, no obstante, cuando estaba a punto de alcanzar el cuarto de calderas, se escuchó una fuerte explosión que sacudió todo el edificio. Renegde fue lanzado hacia atrás por la onda expansiva e inconscientemente se tapó la cara con los brazos que, junto a su torso recivieron varios cortes.

-Mierda- gruñó Renegade, viendo que las llamas se deslizaban rápidamente por el suelo, amenazando con alcanzarle. Se puso en pie y, cojeando levemente por el daño recibido por la explosión, trató de huir del lugar.

Renegade corrió como pudo, huyendo de las llamas que amenazaban con alcanzarle y calcinarle vivo. Subió un par de pisos, preguntándose por qué los rociadores de incendios no se encendían ahora que als llamas campaban a sus anchas.

Estaba a punto de alcanzar una salida, la puerta, pero ésta no se abría. Hizo uso de todo su peso corporal para empujarla y poder abandonar el peligro de las llamas pero ésta no cedió ni un milímetro.

-¡JODER! ¡ÁBRETE!- se quejó, golpeando la puerta varias veces, perdiendo los estrivos por un momento- ¡MIERDA!- Tomo aire- Cálmate, Grayson, busca otra salida- se dijo y corrió hacia las escaleras, en busca de la otra salida.

No tenía demasiado tiempo. Éste no tardó en agotarse por completo.

El ensordecedor sonido de una segunda explosión hizo acto de presencia.

Y Renegade no había alcanzado la seguridad del exterior.

Exceso de... ¿Graysons?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora