Capítulo 8 (Talon)

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⚠ AVISO IMPORTANTE: Lo que estáis por leer a continuación puede herir la sensibilidad de muchxs. Es un capítulo importante pero haré un pequeño resumen al final por lo que, si alguien quiere saltárselo, no hay problema. Leer bajo su propia responsabilidad ⚠

Cuando Talon volvió a ser consciente de sus actos, notó un líquido caliente y espeso sobre sus manos. Dick no podía discernir con claridad el color pues el lugar en el que se encontraba (que, por cierto, no era capaz de reconocer) estaba completamente a oscuras. Pese a sus sentidos mejorados, tan solo podía ver unos pocos metros por delante de sí mismo. Si bien no podía discernir el color de lo que había en sus manos, el olor era inconfundible. Para su pesar, estaba muy acostumbrado a que el olor metálico de la sangre inundara sus fosas nasales como un agresivo puñetazo en la nariz. Sin embargo, cuando estaba bajo el control de la corte o, según parece, de sus instintos asesinos de Talon todo lo horripilante que hacía le parecía, en cierto modo, bonito.

Sin embargo, al volver a sus sentidos, el agresivo olor le hizo doblarse sobre sus rodillas, cayendo al suelo. Cubrió como pudo su nariz y trató de acostumbrarse al nauseabundo olor de la sangre recién derramada. Al cabo de unos minutos, pudo recomponerse y se puso en pie de nuevo. Se preparó mentalmente para encontrarse con un montón de personas degolladas. Los Talon podían ser brutales pero eran, sobre todo, efectivos. Cuando se trataba de una misión, terminaban con sus víctimas de forma rápida y limpia, a poder ser de un tajo en el cuello.

No obstante, cuando su vista se acostumbró a la carencia de luz, la escena que le recibió fue... monstruosa, por decir lo menos. Dick había presenciado y hecho muchas cosas horribles a lo largo de su vida y, para su pesar, desde una edad muy temprana. Sin embargo... Esta vez era diferente. No se encontró a tres o cuatro cadáveres con un corte limpio en el cuello... Eso habría sido hasta piadoso. Había cuatro personas, sí, pero su estado era... Deplorable... Le faltaban palabras para describir la imagen ante sí.

Se miró las manos, temblaban. De golpe, sus piernas dejaron de ser capaces de sostenerle y cayó de bruces al suelo... De nuevo. Se sintió mareado y le dieron ganas de vomitar. Esto era muy diferente a lo que la corte le había hecho hacer... ¿Esto era lo que ocurría cuando un Talon no estaba bajo control...? De hecho, tenía suerte. De haber renunciado a su última brizna de humanidad, esas personas habrían acabado mucho peor de lo que estaban ya. ¿Si no se aferrara a esa última y fina cuerda de cordura que le quedaba, no sería capaz de contenerse? De enloquecer, lo que acababa de hacer sería cosa de cada día y eso le atemorizaba.

"Sería más fácil ver esta escena si enloquecieras" le susurró una pequeña parte de sí mismo. Talon sacudió la cabeza. No. No podía dejar que esto sucediera de nuevo. Podía ser un Talon pero ahora que era libre, le volvía a importar la gente, le dolía saber que había destrozado familias y eso era algo que le acompañaría y torturaría durante toda su penosa vida. Esto era algo que no podía ocurrir de nuevo.

De golpe, escuchó un leve gemido de dolor. Su cabeza se levantó de golpe, sus oídos mejorados captando el ahogado sonido que un humano normal no habría sido capaz de percibir. Había alguien vivo. Aún no sentía fuerzas para ponerse en pie y caminar hasta quien quiera que había emitido el sonido pero podía gatear. Anduvo a gatas hasta la procedencia del sonido, temiendo ver el sufrimiento que él mismo había causado cuando no había sido capaz de contenerse.

Una mujer muy malherida se quejaba del dolor que la acuciaba. Lloraba en silencio y no era capaz de formular palabra. Tan solo podía emitir sonidos muy leves de absoluto dolor. Sus ojos solo mostraban la agonía que vivía con cada mísera respiración. Talon no podía dejar a la mujer sufriendo de ese modo pero él no era tonto, sabía que sus heridas no podían curarse ni aunque estuviera en un hospital bajo cuidado intensivo constante. Si la llevaba al hospital tan solo conseguiría prolongar su dolor.

-Lo siento...- susurró mientras ponía la cabeza de la fémina sobre su regazo. La mujer estaba cubierta de sudor, lágrimas y sangre y su cabello castaño estaba pegado a la frente. Talon se la secó con las manos, apartándole el pelo de la cara. Con lágrimas en los ojos, sacó su daga y, con un movimiento rápido, pulido por los años y asesinatos de experiencia, le rebanó el cuello, terminando de forma rápida con la mujer que agonizaba en sus brazos. La castaña se quedó flácida antes de que Talon hubiera sido capaz de terminar el movimiento de su mano. Acababa de perpetrar el primer asesinato que había hecho de forma consciente. Pese a saber que había aliviado el dolor de aquella pobre mujer, se sentía tremendamente culpable. No solo por el hecho de que él fue el causante de su dolor en primer lugar, si no que, además, había matado a alguien a propósito, controlando cada una de sus acciones y pensamientos.

No fue capaz de quedarse ni un segundo más. Cubriéndose la boca con la mano aún manchada de sangre, salió del edificio por una puerta trasera que, cómo no, daba a un callejón sin salida. No pudo aguantar más y, una vez apoyado contra el muro del edificio de enfrente, vació el contenido de su estómago.

Nunca, en toda su vida, había presenciado tan terrible escena. Y pensar que habían sido sus propias manos quienes habían creado lo que había presenciado solo le revolvía el estómago todavía más. Si ya odiaba a la corte y a sí mismo por lo que había hecho bajo el control de la organización, ahora no podía aguantar ni verse al espejo. No se creía capaz de ver su reflejo y como sus ojos, en algún momento azules pero ahora dorados, le devolvían la mirada, recordándole el monstruo en el que había sido convertido a una tierna edad como lo son los ocho años.

RESUMEN PARA QUIEN NO HAYA PODIDO/QUERIDO LEER LO ANTERIOR: A resumidas cuentas, Talon descubre que, al no estar bajo el control de la corte, cabe la posibilidad de que sus instintos tomen el control, matando a gente de forma horrible. Talon se da cuenta de esto cuando vuelve en sí después de que sus instintos tomaran el control, percatándose de que ha perpetrado un asesinato terrible. Posteriormente, aún siendo consciente de sus actos, al encontrarse con que una de las personas no había fallecido, se apiadó de ella y decidió acabar con su sufrimiento rápidamente.

Exceso de... ¿Graysons?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora