Kaelea Targaryen segunda hija del rey Viserys Targaryen y Aemma Arryn.
La princesa que creo su propio castillo y hogar.
La princesa que se enamoró de lo prohibido y que está destinada a un viaje más haya del gran muro de hielo, mucho más al norte de...
En lo alto del cielo un dragón con escamas azules volaba en dirección a su jinete el vínculo que tenían las dos era mucho más fuerte como para saber que la dragona supiera dónde se encuentra su jinete. Volaba velozmente y su tamaño le proporcionaba ir más rápido.
Era grande y joven, su tamaño no era como la de los otros dragones de su edad tener apenas dos años de romper el cascarón y ya tenía casi el mismo tamaño que la dragona de la princesa Rhaenys Targaryen. Y eso podría complicar que la ocultaran por mucho tiempo más.
En los montes ya dejos de king's landing dos mujeres cabalgaban bastante apuradas, una más que la otra.
La princesa Kaelea Targaryen era la que iba en cabeza mientras su guerrera y amiga la seguía detrás.
Ir a Runestone sin anunciar a nadie de la familia Royce de ello no le importaba a la princesa solo le importaba llegar y ver si lo que le dijo era cierto. Si fuera así salvaría la vida de Lady Royce y como agradecimiento la tendría como aliada.
Ya que se le haría útil tener guerreros para una guerra que estaba cerca.
De pronto la princesa se detuvo haciendo que Candra también lo hiciera pero pasando un poco de largo.
- ¿Qué sucede Kaelea? - la mujer solo recibió una sonrisa de parte de Kaelea.
La adolescente miro al cielo y sonrió ampliamente al ver a su dragona venir directa hacia ellas aterrizando en aquel amplio terreno verdoso.
Saphira rugió fuerte haciendo que Candra calmara a los caballos.
- Rytsas - saludo la princesa a su dragona mientras se acercaba a ella y acaricio las escamas azules de la criatura.
- Y qué hacemos con los caballos - dijo Candra alzando las cuerdas de los caballos.
- Dejarlos libres - dijo Kaelea sin ninguna duda de ella.
Candra tomó un bolso de cuero y se lo pasó a Kaelea quien ya estaba calmando a Saphira para que Candra se acercara y pudiera subir. Una vez logrado aquello Candra subió con algo de temor de caer de aquella criatura, luego subió Kaelea y miro a su amiga.
- Lista - le dice la peliblanca.
- Eso creo - dijo la mujer para agarrar fuerte a la princesa de las caderas.
Una sonrisa aparecía en el rostro de Kaelea al total como su amiga se sujetaba de ella.
- Saphira Soves - le ordena la princesa y está hizo caso a su jinete y comenzó a volar a la dirección que le indicaba su jinete.
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Mientras tanto en la fortaleza roja la reina y el rey se encontraban despidiendose de la familia que había estado de visita por unos tiempos. El rey no paraba de hablarle a sus nietos como un niño pequeño mientras la reina se encontraba hablando con la doncella y amiga de la princesa Kaelea.
