C A P (2)

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¿HEREDERO?

Maylin Xing

Los niños suelen hacer una fila como si estuviesen en la espera de su dulce favorito, les hago una señal para que se coloquen de forma horizontal, Kyomi pasa las manos por los pliegues que se han formado en su vestido y levanta la mirada para hacer contacto directo con Adler Roquer, el cual suaviza su mirada y se coloca de cuclillas para verla.

Andreas me hace un gesto de despedida y Adriano frunce el ceño, sorprendido por esa rápida despedida.

—Buenas noches... —la duda de Adler, hace que mi hija muestre emoción y suelte una leve carcajada por verlo así.

—Soy Kyomi... Kyomi Greco Xing —ella jala la mano de Adler para saludarlo con formalidad y él voltea a verme porque mi hija muestra cierta naturalidad al estar con un desconocido —. Mamá hablo de usted, dijo que tenía la cara enojada todo el tiempo y no es así.

Lo cierto es que estos tres años debía prepararme para esto, dejar a mis hijos a cargo de Adler Roquer no estaba en mis planes, además cada paso que dio en el tiempo que no estuvimos, lo vigile, así como él a nosotros. Los enemigos que están en su camino no han dado con las ubicaciones exactas de sus hijos y al ser nuestro aliado pensé que sería adecuado dejar a mis hijos con él.

Tal vez soy una lunática por dejar a mis hijos con Adler, nunca nos llevamos bien, pero hace un tiempo su hermano Jassel estuvo con la soga al cuello y si Adriano no hubiese intervenido, esa familia solo tuviera tres hermanos y no cuatro. La Familia Roquer es la que siempre se ha caracterizado por el amor familiar y nunca han roto sus promesas o dejan debiendo a alguien por salvarles la vida.

—Mami —susurra Kaira con la voz apagada y suelta un bufido para luego sobar sus ojos con una mueca en su rostro.

Kyomi no deja de apretar su peluche de pantera y Kaira la mira de reojo, mueve las manos de un lado a otro sin saber cómo distraerse para no aburrirse, me mira para luego conectar con los ojos de su padre, pasa a ignorarme y estira los brazos, su rostro refleja una expresión triste como si fuera un cachorro, es imposible que Greco rechace a la pequeña consentida que es alzada de inmediato.

—Gracias, papi —dice sosteniendo la cara de Greco con sus manos para luego apoyar su frente con él y recostar su cabeza en su pecho. Ambos tienen los ojos puestos en Kyomi.

Volteo y noto como Adler observa detenidamente a Kyomi la cual se dirige a él con respeto y ese toque de dulzura al hablarle de cosas raras que le dan curiosidad, se me adormece cada parte del cuerpo y mi respiración se torna irregular, deslizo la mirada hacia mi mano que recibe el apretón fuerte de Adriano y eso me trae de vuelta.

—Señor —Kaira llama a Adler moviendo las manos para atraer su atención y el alemán voltea a verla dibujando una sonrisa leve en su rostro, lo que ocasiona en ella simpatía.

—Me llamo Kaira —dice de buen humor, sin dejar de estar pegada al pecho de su papá. Adriano pasa las manos por su cabeza y ella cierra los ojos para luego bostezar.

Siento un tirón sutil en mi vestido y sonrío al pequeño que me observa de manera inexpresiva. Mira a todos los que nos rodean, lo hace con recelo y se coloca delante de mí sin quitar los ojos de los guardias de seguridad.

—Khan —dice él al ver que Adler se coloca delante de él y dibuja una sonrisa que no dura ni cinco segundos, se mantiene neutral mirando la situación, no deja de apretarme la mano.

—Bienvenido Khan.

—Gracias.

El alemán indica que nos dirijamos a su sala de estar. Unos minutos después sus hijos no son inmersos a la intriga de ver como todos sacaban casi su cabeza del cuerpo con tal de mirar quienes eran los causantes de la curiosidad de Adler Roquer, los tres corren de inmediato hasta llegar a las escaleras, la cual procuran bajar de manera lenta por la mirada intensa que reciben de su madre.

El Bárbaro De La Emperatriz |+21Donde viven las historias. Descúbrelo ahora