CAP (15)

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LOCA

Adriano Greco

Aún con los ojos cerrados puedo percibir el roce de algo filoso en mi cuello que me impulsa a despertar, actuó de inmediato al percatarme del enemigo tomando las muñecas para alejar de mí el ataque.

Escucho su queja por el agarre fuerte y poso la mirada en sus expresiones llena de rabia.

Es una mujer.

Envuelvo su cuello en mis manos y me pongo de pie para poder arrinconarla hasta que su cuerpo queda pegada a la pared, removiéndose sin descanso. Se resiste a tirar el pedazo de vidrio que tiene la mano derecha.

Sonrió al percatarme de lo inusual que es ver a una miembro de la Tríada y su tatuaje que cubre el torso de sus manos me hace creer que pertenece a un rango elevado.

El lapso de quedarme prendido ante sus ojos poco inusuales por mi territorio es una ventaja clara para ella, ya que aprovecha eso para ejecutar un movimiento que vuelve débil a mi agarre y el filo roza mis costillas, la empujo y sonríe al ver que de sus dedos escurre la sangre.

Es una loca.

El contraataque se esfuma en medio de la nada por el hecho de que soy el único que siento un ruido que se expande con fuerza en mi cabeza y me hace caer de rodillas, la mujer me observa sin dejar de sostener su pedazo de vidrio que considera que la mantiene viva.

Coloco las manos en ese piso flemoso y esta vez me digno a ver en que lugar estamos metidos, percibo el olor a humedad y vejez, hay una ventana en lo alto que al parecer estaba cubierto con vidrio, hay restos de pedazos en el piso, volteo a observar que la mano de ella tiene un pedazo que cubre con tela que está bañada en sangre y suciedad.

Distingo su mano estirada para brindarme ayuda, la tomo, pero elevo mi brazo izquierdo para sostenerle aquel brazo que intenta incrustar el pedazo que nunca soltó, se digna a sonreír y deja que su agarre se suavice, tira el vidrio y eleva los brazos en señal de paz.

Es una desquiciada, loca y manipuladora.

Tiene rasgos suaves para cargar un temperamento tan arrollador.

—Maylin Xing —estira la mano y usa un tono sublime, no puedo resistir a la tentación de aceptar ese gesto porque intento devolverle el golpe de su traición fingiendo paz, la jalo hasta que su cuerpo cae encima, pero se remueve y queda debajo observándome de forma inocente a pesar de que mis manos están cerca de rodear su cuello.

Me habla con un chino impecable, pero bien marcado por un acento italiano y no es difícil adaptarme a esta conversación por mi fluidez en el idioma. 

Envuelvo mis manos alrededor de su cuello y esta empieza a poner más fuerza sobre mi agarre y sus ojos se cubren de una capa cristalina, incrusta sus uñas en mi piel para continuar y termino ese juego manipulador de su parte que me eriza la piel.

¿Con qué tipo de loca me han encerrado?

¿Por qué estoy aquí?

Frunzo el ceño al ver como su rostro me mostraba su clara señal de estar indefensa, pero en su agarre para estrangularla, no hacía más que provocarme para que siguiera.

—Adriano Greco —estiro la mano para ayudarla a ponerla de pie y sostiene mi mano para levantarla, eleva los brazos mostrando que esta vez no piensa en nada, pero bastaron solo minutos para descifrar que es una loca.

—¿Por qué quieres matarme? —espeta furiosa alejándose y sin dejar de tocar su cuello, muestra gestos de dolor que en segundos intenta disimular su debilidad.

El Bárbaro De La Emperatriz |+21Donde viven las historias. Descúbrelo ahora