CAP (16)

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Maylin Xing

Observo al hombre que bese y dejo muchas emociones que pensé que no sentía por ningún hombre, pero él logra ponerle la piel erizada con sus roces.

Me alejo y camino a la par del sujeto al que llamo primo, a pesar de que no conozco al tipo, tengo que buscar un respaldo al cual usar y escapar de este sitio.

—Realmente, pensé que no pasaría esto, considere la idea como la mejor al ponerles en una situación complicada, sin embargo, obvie que se quisieran matar, supuse que ese maldito gas no hizo efecto en ustedes —se detiene en el camino y suelta un grito desesperado que me hace fruncir el ceño porque se nota su frustración punto que termina confundiéndome más.

Una mujer con un traje impecable aparece a la par de un joven con rasgos asiáticos, pero que al hablar se le nota al cien por ciento su acento italiano.

—Tiaret —se dirige a la mujer —¿Dónde está Sherry?

Miro de reojo y elevo las cejas, cierta calentura se expande en mis manos y se me eriza la piel.

—Preguntando por otra mujer en frente de tu esposa —las palabras salen de mi boca sin siquiera controlarlas, pero es que hay un fuego dentro de mi pecho que me hace deducir que se trata de celos y no debería sentir esas cosas por un desconocido.

El muchacho, la mujer y el primo repiten: ¿Esposa?

—¿Mi esposa? —El italiano eleva mi brazo y señala mi anillo, espera una respuesta de su primo que asiente de inmediato sin dejar rastros de mentiras, mientras que los otros dos esquivan las miradas.

Tiro de mi brazo y hago una mueca por lo brusco que es al sujetarme y dejar sus dedos marcados en mi piel.

—Sherry, debería pasarme los informes de las ventas y ganancias de este mes de los bares, infórmale de inmediato que quiero verla —vuelve a mencionarla, pero esta vez con razones que no me creo en lo absoluto.

Tiene una amante.

¿Cómo es posible que tenga una?

¿No ve la esposa que tiene porque necesita otra?

No tendría otro considerando que es mi esposo, se ve grande, fuerte y grotesco, combinaciones que en mi vida había probado, pero si es mi marido dudo que no me haya gustado.

¡Maldita sea!

¡Cómo puedo pensar en esto ahora!

Vuelvo la mirada al camino, pronto salimos y el sol choca directo, no es fuerte, ya se está ocultando, miro a mi alrededor, es un campo abierto rodeado de mucha vegetación y hay... animales, vacas con sus terneros y caballos.

Dibujo una sonrisa, pero disimulo al instante, hace media hora estuve encerrada con un idiota que dice que es mi esposo.

El destino final es algo parecido a un maldito castillo, pero en un cincuenta por ciento ya intervenido la mano de obra moderna.

Dejo de observar y solo los sigo detrás hasta ingresar al maldito lugar.

Me canso un poco y necesito detenerme, pero el chico me espera, lo observo por segundos y me resulta familiar su rostro.

—¿Cómo te llamas?

—Keung —responde con un tono firme.

—¿En dónde estamos, Keung?

—Estamos en... —No logra terminar porque le ordenan desplazar y dar órdenes al cuartel en el perímetro.

—Será mejor que tomen un baño y luego bajen —señala las escaleras que dirigen a la segunda planta.

El Bárbaro De La Emperatriz |+21Donde viven las historias. Descúbrelo ahora