Estaban observando a su general, viendo como se las arreglaba para persuadir a la chica y que aceptara tener sexo con él. Y al parecer, el que le atrajera a ella, le había funcionado.
Ya que no muy convencida, terminó por aceptar.
—Veamos como avanza el general —pronunció divertido un muchacho.
Estaba toda la tripulación reunida en la cabina de observación, para ver en las pantallas a Garrelk actuar con Bárbara.
Algo que no le agradaba en lo más mínimo a Melliens, estaban ocupando su espacio y no podía jugar tranquilo. Además, dudaba que al rubio le agradara la idea de que lo vieran en ese momento íntimo.
"—Entonces ¿Qué debemos hacer?
—I-Ir a la cama —pronunció bajo, sintiéndose nerviosa.
—Bien, vamos —le dijo siguiéndola."
—Creo que tendríamos que haberle enseñado mínimo como lo hacían ellos —expresó un muchacho.
—No, esta es parte de su experiencia como humano, debe aprenderlo solo.
—Con esto solo arruinarán el experimento, porque ambos son vírgenes —acotó Melliens, sin mirar lo que estaba ocurriendo en la Tierra, ya que estaba en partida—. Y esa humana es muy tímida y conservadora, cuando él la asuste, se irá todo por el caño.
—Tampoco es un animal, sabe que debe ser cuidadoso con ella.
"—¿Y ahora? —le inquirió estando los dos sentados.
—¿Por qué mejor n-no buscas a alguien más? —le inquirió en un tono bajo, mirándolo a los ojos, completamente nerviosa.
—Porque no quiero hacerlo con alguien más, quiero que seas tú."
—Todo un romántico —rio uno de los muchachos.
Melliens rodó los ojos, y se acercó un momento al micrófono frente a él.
—Bésela, y no en la mejilla, sino en la boca, acaríciela suavemente, hágala sentir cómoda, ella está muy nerviosa, y si no lo hace, se terminará sintiendo obligada por usted, y mañana estará arrepentida y odiándolo —pronunció antes de cortar transmisión y seguir su juego.
—Wou, el pequeño Melliens es todo un experto en esto —rio un muchacho.
—Llevo meses observando el comportamiento humano, no necesito ser un experto o un genio para saber que ocurre en estos casos —le dijo indiferente, sin mirarlos.
***
La tomó del rostro con una de sus manos y la besó suavemente, tomándola por sopresa. ¿No se suponía que ella debía besarlo también? ¿Corresponder a aquello?
—Bésame —le dijo antes de volver a hacerlo, y que ella tímidamente apoyara sus manos el pecho del rubio.
Mm, era extraño, era una sensación que no había sentido antes, pero se sentía bien. Descendió suavemente sus manos por los hombros de ella, hacia sus brazos, y la fue acostando en la cama.
"Bésela hasta que sienta que ella le corresponda. Luego baje suavemente al resto de su cuerpo."
"—¿Cómo que por el resto de su cuerpo? ¿Qué más se supone que debo besarle?"
"El cuello, las clavículas, los pechos, son todas zonas erógenas para la mujer. Hágalo con delicadeza, tómese su tiempo, recuerde que es su primera vez."
"—¿Y ella qué va a hacer por mí? También es mi primera vez."
"Que te la chupe.
Sí, he visto que muchas humanas hacen eso.
O también-
—¡Cierren la boca! —exclamó molesto Melliens—. General, ella es una mujer virgen, olvídese que esta primera vez haga algo por usted, bastante con que va a dejar que usted sea el primero, eso ya es mucho qué decir."
—E-Espera —jadeó alejándolo de ella, agitada—. Necesito r-respirar.
—Lo siento —se disculpó besando suavemente su mejilla, bajando por su mandíbula, escuchándola por primera vez gemir bajo.
¿Por qué ese sonido lo... Había excitado?
Pasó lentamente su lengua por aquel sector, bajando hacia su cuello, y Bárbara se tomó de sus brazos, apretando sus ojos y muslos, gimiendo nuevamente.
—E-Espera —le pidió en un tono bajo.
—¿Te gusta? —sonrió.
—N-No creo que e-esté bien eso.
—Si te gusta, entonces está bien —sonrió antes de volver a bajar a su mandíbula y besarla suavemente, intercalando con lamidas, hasta su cuello y la base del mismo.
Apoyó una de sus manos sobre los pechos de ella, y acarició el derecho, escuchándola respirar pesado. Finalmente podía sentir como era un seno. Era suave al comienzo, pero a medida que más lo acariciaba, más firme se había puesto, al igual que su pezón.
Bajó con tibios besos hacia ellos, y lamió suavemente uno, antes de chupar su pezón y que ella lo tomara instintivamente de los hombros, jadeando.
—G-Garrelk, despacio —jadeó.
Ya ni necesitaba saber cómo se suponía que debía poner erecto su miembro, porque ella sin hacer nada, lo estaba logrando con su voz, con sus sonidos. Era como si su cuerpo reaccionara completamente a la par de Bárbara.
Dejó de chuparlo para probar el otro, y continuar acariciando ese, mientras ella se animaba a pasar suavemente sus manos por el cabello de él, sus hombros, su ancha espalda.
Bárbara sabía que aquello estaba mal, que no debía darse de esa forma. Pero entonces ¿Por qué se sentía tan bien estar con él?
...
ESTÁS LEYENDO
Garrelk
Science FictionA veces, las historias de nuestros abuelos, se hacen realidad.