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Salió del baño, sintiéndose realmente afligida, sin saber cómo haría ahora para actuar normal frente a él, cuando abrió la puerta de la cabaña, y se quedó desconcertada.

¿Qué significa todo aquello?

—Ven un momento.

Aún por la sorpresa de lo que estaba viendo, lo tomó de la mano y el rubio la guió hasta la cama.

—Ponte este vestido, por favor, y luego ven a la cocina.

—D-De acuerdo ¿Pero... Qué significa todo esto?

—Cuando estés en la cocina, te lo diré.

Había llenado la cabaña de flores. ¿De dónde diablos había sacado todas esas flores de diferentes colores? Y encima esa cantidad exagerada que había allí.

Terminó de ponerse el vestido, y así descalza como estaba, fue hasta la cocina, más sorprendida aún, de encontrarla también llena de flores y el desayuno ya servido en la mesa.

Todo se veía tan rico y elaborado, que no podía creer que él hubiese hecho todo eso en el tiempo que ella se tardó en bañarse.

Hasta estaba vestido y peinado.

El rubio la observó, sintiéndose estúpidamente nervioso. ¿Por qué diablos se tendría que sentir nervioso? ¡Era una estupidez!

Se acercó a Bárbara y la tomó de las manos, antes de arrodillarse frente a ella.

—Bárbara ¿Quieres ser mi esposa?

—¿Q-Qué?

—Se supone que debes decir sí o no.

—¿Tú te volviste loco? No voy a casarme contigo para que sigamos teniendo sexo. No.

"—Lo rechazó una humana —rio un muchacho a carcajadas, seguido de otros más.

—Patético general.

—Hasta una simple hembra de humano lo rechaza.

—Tanto trabajo para un NO, genial, general.

—Seguro no la cogió bien, que inútil.

—Cierren la boca o los saco de aquí una vez más —les advirtió Melliens."

Apretó la mandíbula al escuchar todos esos imbéciles y la miró a los ojos.

—¿Por qué no? No te estoy pidiendo que lo aceptes para tener sexo, sino porque tengo sentimientos por ti.

—A-Aunque eso fuera real, tú te irás, Garrelk —le dijo con lágrimas en los ojos—. Y yo me quedaré aquí sola.

Se puso de pie, sin dejar de mirarla.

—¿Y si simplemente no pensamos en el tiempo que falta para que ocurra eso?

—N-No puedo hacer eso.

—Quiero que mi vida en la Tierra sea tan real como sea posible, y eso sólo lo conseguiré si es contigo. Y no, no hablo de tener sexo, sino de estar contigo, de vivir juntos como pareja, de no... Perder esto que estoy sintiendo por ti, y que día a día crece más. Bárbara, los Kerlakianos no tenemos este tipo de relación entre nosotros, no existen las parejas, tú eres la primera que me está haciendo experimentar esto, y no quiero dejar de sentirlo.

Respiró profundo, derramando varias lágrimas.

—¿Y... Cuándo te vayas?

—Nos quedará el recuerdo —le dijo en un tono bajo, secándole las lágrimas del rostro—. Yo jamás voy a olvidarte, ni tendré algo igual en la vida, porque sólo aquí contigo puedo sentir.

—S-Sólo prométeme que si alguna vez... Vuelven aquí, vendrás a v-visitarme.

—Claro lo haré —sonrió suavemente, antes de robarle un beso, y tomarla del rostro para besarla mejor, y que ella también lo hiciera.

—E-Entonces sí quiero —murmuró entre besos.

El rubio se alejó de ella en ese momento y sacó del bolsillo de su pantalón un anillo.

—Con este anillo, prometo serte fiel, cuidarte, respetarte, y amarte la vida que me quede aquí en la Tierra, e incluso fuera de la misma. Porque no importa donde me encuentre, siempre estarás conmigo, Bárbara.

***

—Shixter ¿Qué te pasa?

—A veces... Siento que no estoy preparado para esto —pronunció bajo, observando a Garrelk y Bárbara.

—¿A qué te refieres?

—No quiero bajar a la Tierra, no quiero hacerlo. Sé que estoy obligado a involucrarme con una humana, y no quiero dañarla. Entiendo que el general le haya prometido eso a la humana, pero hasta él sabe que no va a regresar. ¿Por qué mentirle?

—Tal vez él piensa que lo hará, quien sabe —le dijo Melliens, sentándose en su silla.

—¿Y si realmente conseguimos embarazar a las humanas? No sería justo dejarlas solas con nuestros hijos.

—Shixter, creo que no te han regularizado las emociones.

—Quizás piensas eso porque a ti te privaron de ellas, para poder llevar a cabo esta misión.

—No, ve a qué te regularicen las emociones al laboratorio. Sabes que en tres días debes bajar a la Tierra, y un hombre con esa sensibilidad, sólo será presa fácil.

—Tú estás a cargo de esto, yo lo sé aunque lo niegues. No... Me pongas con cualquier humana.

—¿A qué te refieres?

—Busca una humana fuerte, no quiero herirla.

—Okay, de acuerdo —pronunció indiferente—. Ahora ve al laboratorio.

...

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GarrelkDonde viven las historias. Descúbrelo ahora