Estaba acostado con ella en la cama, mientras le acariciaba suavemente el cabello, el brazo, la espalda, intentando de algún modo reconfortarla.
—¿Me contarías un poco de tí? —le preguntó en un tono bajo, abrazada al pecho de él con los ojos cerrados—. ¿Por qué te eligieron como general?
El rubio respiró profundo, y luego miró hacia arriba. No quería hablar de Kerlak, por más que ya no fuera a volver, sentía que ella no estaba preparada para escuchar ciertas cosas.
De todos modos, entendía su curiosidad, él en su lugar estaría igual.
—Existen diferentes rangos en Kerlak, es una sociedad basada en una jerarquía.
—¿Y tú a cual pertenencias?
—Una de las más altas, por encima de mí, sólo estaban los dirigentes de nuestro planeta. Así como de ellos hay pocos, de nosotros también.
—¿Qué tan pocos? No te pido un número ¿Pero si nacen poquitos niños como ustedes?
—Sin darte un número, te lo daré a escala. Si de cien personas que nacen, separamos los rangos, tenemos el setenta por ciento que son normales, un diez por ciento con habilidades especiales, un quince por ciento con habilidades militares, y de ese cinco por ciento restante, tres son dirigentes y dos están en mi rango.
—Pero si ustedes son menores en nacimiento ¿Por qué no están por arriba?
—Porque nuestra función es otra, no estamos preparados para dirigir, sino para controlar.
—¿De qué modo?
—Tenemos mucha fuerza, somos muy resistentes, debido a nuestra capacidad de regeneración natural, y eso nos vuelve imparables.
—¿Nuestro bebé será así? —sonrió.
—No lo sé. Es muy difícil que nazcan como yo, aún si fueran de dos generales, nada garantiza que sea igual.
—¿Por qué?
—No lo sé, creo que eso un científico sería el indicado para explicarlo.
Ella abrió los ojos y lo miró pensativa.
—Dijiste que ustedes no son mamíferos ¿Cómo nacen entonces?
—Hay cosas que no puedo contarte de mi.
—¿Y cómo sabremos entonces si el bebé se está desarrollando correctamente?
—No podremos saberlo hasta que nazcan, ir a uno de tus centros de salud, podría exponer la verdadera imagen nuestra... Yo no soy lo que ves.
—¿Cómo eres realmente? —le preguntó bajo.
—Tengo un aspecto humanoide, mis ojos no son verdes, son grises, al igual que mi tono de piel y cabello. Mido más de tres metros, tres metros y medio casi. Tengo... Una especie de exoesqueleto sobre órganos vitales, es decir, alrededor de cabeza, cuello y tórax para protegerlos.
—Comprendo —pronunció pensativa—... Sólo espero que al bebé no le cueste mucho nacer.
—Descuida, es casi imposible que nazca como yo, y si lo hace, no tendrá nada de eso, ya que el exoesqueleto comienza a formarse en la adolescencia.
—¿Pero sí se dirigencial por sexos, verdad?
—Mm sí, pero nuestros órganos sexuales no son como los de ustedes.
—¿No? Entonces, en tu cuerpo kerlakiano ¿No tienes pene?
—No, es diferente.
***
—Tengo noticias de la Tierra —pronunció un inviduo de aspecto humanoide, piel gris y escamas rojas—. Melliens nos acaba de notificar que hemos perdido al general Garrelk.
—¿Cómo que lo perdimos? ¿Los humanos lo mataron? Eso es imposible.
—No, no fue herido, el general escogió quedarse a vivir en la Tierra como un humano, renunciando a Kerlak.
—¡Pero es considerado como alta traición a Kerlak! —exclamó con rabia un muchacho—. ¿Cuál será la consecuencia a esto?
—Eso lo decidirán los dirigentes, no nosotros, Targos. Nuestra misión ahora está en el nuevo planeta.
—¿Cómo lo conquistaremos sin el general? Es casi un fracaso de entrada, sin haberlo siquiera intentado.
—Tenemos militares de rango especial en las dos naves, hay algunos que tienen misión en la Tierra, pero luego de terminarla, deberán viajar también.
—Deberían asesinar a Garrelk —gruñó el mismo tipo de antes, realmente rabiado—. No puede fallarnos en este momento cuando más lo necesitamos.
—Los dirigentes sabrán que castigo darle.
—¿Castigo? Deben quitarle la vida, la traición no tiene perdón. Y ahora que está en la Tierra, no puede usar su cuerpo real, es completamente vulnerable.
—Si lo envíaron a la Tierra, por algo fue. Y hasta ahora, ha completado la misión de forma exitosa.
—¿Qué quiere decir con eso?
—Logró engendrar un ser con una humana.
—¿Conseguimos un híbrido?
—Maten a la humana y a la criatura, y tema resuelto —pronunció indiferente Targos—. Sin nada que lo ate a la Tierra, no le quedará más que venir con nosotros.
—No, Targos, no funciona así esto. Lo que más estamos buscando en este momento, es reproducirnos.
—Exacto, pero no con una especie tan inferior, salvaje y primitiva como la humana, eso es inaudito.
—De todos modos ese asunto no te corresponde a ti.
—¿Quién es el encargado de la misión en la Tierra?
—Melliens.
Al escuchar aquel nombre, el resto de los tripulantes lo observaron desconcertados, antes de comenzar a murmurar.
—¿Cómo qué Melliens? ¿Quién carajos lo puso al frente? —preguntó indignado Targos.
—Es parte de su formación como futuro dirigente.
—¡Pero Melliens no es maduro aún! ¡Es un maldito crío!
—Eso no lo decidimos nosotros, sino ellos. Y si lo pusieron a él a cargo, por algo será.
...
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Garrelk
Science FictionA veces, las historias de nuestros abuelos, se hacen realidad.