Viraha

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Se podía ver los preparativos de la boda en el territorio Hyuga como a las afueras de este. El día había llegado, Naruto tomaría por esposa a la primogénita del líder Hyuga, Hinata.

Se podía ver la felicidad de la familia principal, como los seres cercanos a ella, como el equipo de la novia, Shino y Kiba. El resto de la generación, estaba entre feliz y triste, un ejemplo era Ino junto a Lee, quienes estaban preocupados por la desaparición de la peli rosa. Otros como Shikamaru y Sai, sabían que está boda terminaría en un completo desastre, puesto que solo una persona daba amor, mientras la otra no sabía ni darlo o expresarlo correctamente.

- ¡Ya es hora hermana! - Grito la menor, dando a entender la entrada de la novia.

Como la boda se llevaría a cabo dentro de los perímetros de su clan, no tenían que temer del tiempo, todo se llevaría con total puntualidad.

La novia salió, siendo acompañada de su progenitor quien la entregaría a manos de su futuro esposo. A pasos entre lentos y rápidos logro llegar a dónde se realizaría la ceremonia. Todo estaba adornado de blanco, dando encaje a la temática de unión nupcial, todo esto era aún sueño hecho realidad para la mujer, sin saber la idea contrario por parte del rubio.

Apenas llegó su novia al lado suyo, Naruto no pudo evitar meditar todo lo ocurrido en su vida, desde que era un niño despreciado por su aldea, hasta llegar ser querido por ella.

Su meditación llegó a tal punto que dejo de prestarle atención a la palabras de Kakashi, hasta ignorar la razón de su presencia en ese lugar, se había olvidado de propia boda aún estando en ella.

Toda su atención estaba fija en una sola persona, ese ser quien desde un principio vio por el, a su manera, peor nunca lo dejo. Todas las acciones del chico Uchiha llegaban de golpe a su mente, algo que hasta el propio Kurama sentía y me dolía, no por los recuerdos llegados de golpe, si no, por la estupidez de su portador al dejarlo ir.

- Ahora pasemos a sus votos - Pidió Kakashi, acercando el micrófono a la mujer.

Naruto aún estaba ido, sus pensamientos seguían abarcando su cercanía con el Uchiha.

- Prometo amarte - Empezó la mujer, haciendo recordar al blondo aún más al azabache - Cuidarte - Las veces que él se preocupo por su salud, cuando lo alimento en aquella prueba, o quiso protegerlo de Itachi - respetarte - Tal vez no hubo algo tan parecido al "respeto" en su relación, pero tenían su forma de hacer entender lo contrario, claro ejemplo estaba en sus apodos o las acciones contrarias - valorarte - siempre lo vio como el más mayor de los tesoros, por algo lo valoro a pesar de ser un traidor en esos tiempo, aún lo apreciaba a pesar de sus decisiones - Hasta que la muerte nos separe - Pero eso no logro cumplir, había dejado de lado a Sasuke por ella, Hinata, ahora el está distante con el, no solo por su ida con Toneri en recorrer territorio, también en lazos.

- Sigue... -

- Y yo prometo cuidarte, sanar todas tus heridas tanto físicas como emociones. Valorarte como el más grande de mis tesoros, te esconderé para evitar la adoración de otros sobre ti, yo quiero ser el único en adorarte como se debe. Te respetaré tanto, que mi boca quedará muda ante el solo intento de hacerte daño con palabras, y mi cuerpo quedará estático apenas el más pequeño roce toque tu delicada piel, no quiero dañar tu belleza. Mi amor será solo tuyo, será casi igual a una alabanza pidiendo tu existencia para siempre, una oración que exige tu atención hacia mi, porque no solo quiero dar, también quiero recibir de tu calor - Exclamó Naruto, dejando boquiabiertos a los presentes, junto a una Hinata llorando de felicidad ante tales palabras.

Pobre niña, si supiera que aquellos votos fueron dichos para otra persona, su corazón dejaría de latir por amor, siendo sustituido por las lágrimas del llanto.

Déjame sanarte Donde viven las historias. Descúbrelo ahora