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Los seres místicos siempre varían en cuanto a el poder que poseen.
Algunos pueden manipular la mente, otros manejar la naturaleza, e incluso algunos hipnotizarte.

Lía y su familia estaban en el segundo escalón de su clan.
Ella podía usar a una persona como títere e incluso provocar su muerte.
Su padre, a pesar de no llevarse bien con ella, le había enseñado los mejores trucos y trampas para hacer uso de su poder.

Solo que Lía había descubierto que también podía usar la naturaleza a su favor, y específicamente los complementos verdes.
Era como si alguien le hubiera otorgado un don grande que podía usar ya sea para el mal, o para el bien.

Se sobresalto cuando la puerta fue abierta de golpe mientras ella revisaba uno de sus libros sobre la magia mística.

Su mamá la miró con una palidez en su rostro que revelaba algo malo.
Lía permaneció quieta en su lugar examinandola desde su pocision.

—En 5 minutos en la sala— y dicho esto cerro de nuevo la puerta.

Lía se paró y se puso un suéter junto a unos shorts para obedecer el mandato de su madre. Extrañamente el día se sentía helado y tenebroso.

Bajo lentamente las escaleras y pudo divisar a más personas dentro del lugar.

—Lia — la voz fría de su padre la hizo detenerse al ver quienes estaban ahí, eran los líderes de la manada. Todos se quedaron en silencio y nadie movió un músculo.

La madre de su "prometido" se acercó a ella sin rodeos con los ojos rojos y alzó la mano dándole una bofetada.

¿Acaso todo se soluciona con golpes?

Lía la miró con confusión pero también con enojo.
¿Quién se creía ella para golpearla?

Su esposo se acercó a retenerla porque parecía que volvería a hacer lo mismo.

—¿Que le he hecho para que gane un golpe de parte suyo?— hablo viendo como sus padres la miraban sorprendidos por la osadía de levantar la voz y retar a los líderes.

—¡Mi hijo está muerto! — Lía abrió los ojos sorprendida, giro a ver a sus papás y por sus rostros pudo adivinar que ya sabían— ¡Un hombre lobo lo atacó!

—¿Y que tengo yo que ver con eso?—

Lía evito que su nerviosismo sé notará al tocar el tema de los hombres lobos.
Sobre todo porque ella conocía a uno, y ese era Minho.

—¡Tu tienes contacto con ellos!

Sus papás la vieron en shock.

—E-Eso no es verdad — empezó a retroceder negando con la cabeza— no se de qué habla. Usted no tiene pruebas.

—Lia, dame tu celular — su papá se acercó a ella viéndola amenazante.

—No...

—¡Pagarás por su muerte! ¡El murió porque tú lo maldijiste! — la mamá de el chico gritaba cada vez más alto queriendo abalanzarse sobre ella.

—¡Lía! ¿¡Que fue lo que hiciste!?— su mamá la sacudió de los hombros gritándole de la misma manera en la cara.

—¡Ya déjenme en PAZ!— grito tan alto que estaba segura que su garganta se había desgarrado.

Cerro sus ojos con fuerza llevando sus manos a su cabeza deseando que lo que fuera que estuviera pasando era solo un mal sueño.

Todo quedó en absoluto silencio.

Lia...abre los ojos—una suave voz hablo unos segundos después para que ella hiciera lo que le mandara y abriera uno de sus párpados y después el otro.

—¿Qu-Que?— Lía miró impactada como de un momento a otro estaba sola lo que parecía ser una habitación completamente oscura.

Tranquila... — giró su cabeza vio como una silueta brillante apareció frente a sus ojos.

—¿Q-Quien eres? — miró un poco atemorizada hacia enfrente.

Soy Selene, la reina de la Luna — empezó a tomar forma, dejando ver a una bella mujer de pelo rubio con ojos azules como el cielo y piel pálida y transparente. Se puso frente a ella mirándola con una tierna sonrisa.

—¿Que fue lo que paso?— Lía calmo sus emociones buscando respuestas— ¿Tu provocaste esto?

Selene asintió.

Estas en un sueño, Lía.

—¿Sueño?— frunció el ceño — el golpe que me dio esa mujer se sintió muy real— dijo agarrando su cachete.

Estas como en una visión— le respondió tranquilamente — estoy aquí para contarte algo que no puedo dejar pasar.

Lia espero a que lo que fuera a decirle le dijera.

He decidido que volvere el tiempo atrás, sobre todo en tu vida y la de alguien más.

—¿Volver? ¿Porque?— un ligero miedo empezó a crecer.

Yo destine para ti desde que naciste a la persona con la que pasarías toda tu vida, pero han pasado circunstancias que han dañado la línea del tiempo.

¿Quién es esa persona?

No lo sabrás por el momento— le sonrió — pero aquí también depende que tú pongas tu parte.

—¿Que debo hacer?— pregunto.

Pronto lo sabrás...

Y dicho esto la mujer desapareció de su vista y sintió como una oleada negra la cubrió.

Abrió sus ojos de golpe y se reincorporo en la cama con la respiración acelerada.

Miro a su alrededor algo aturdida y enseguida lo que había pasado vino a su mente en segundos.
Agarro su cabeza tratando de controlar sus impulsos de querer gritar.

Checa la hora...

—¿Qué?— Lía miró a todos lados, buscando la desconocida voz.

Revisa la fecha y la hora de este día...

Bajo de su cama y se dirigió a su mesita de noche de dónde tomo su teléfono para prenderlo.

Se quedó quieta en su lugar cuando hizo cuentas de lo que había revisado.

Había retrocedido al día en el que sus padres la comprometerían con el futuro heredero del clan.

¿Que iba a hacer?





















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