Our baby boy...

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¿Puedes sentirlo?

—Obviamente, cada vez que le hablas o tocas mi panza empieza a moverse, tu cachorro será fuerte — le respondió mientras el besaba su panza y pasaba su nariz constantemente, embriagandose de aquel exquisito aroma.

—El embarazo te sienta demasiado bien, y si pudiera, llenaría tu vientre de cachorros que saldrían igual de hermosos que tú — se separó y beso su frente — pero no es algo que me pertenece a mi, yo pongo la semilla y tú haces el resto, formando una nueva vida,y es algo que admiro mucho de ti.

Lía sonrió tiernamente y dejo que Minho se recostara en su pecho.

—Me encantaría tener una manada contigo Minho— río — pero todo a su tiempo.

—Claro que si pequeña — la beso de nuevo — tenemos un montón de años por delante que también podemos aprovechar de otra forma.

(...)

—¿A quien se parecerá?— pregunto Chaeryeong mirando el vientre ya demasiado abultado de Lía.

—Espero que a Minho — dijo con un brillo especial que aparecía en sus ojos cada vez que hablaba de él.

—Sin duda será un buen líder igual que su padre — opinó Jisung mientras veía a su pareja pasar su mano delicadamente por la panza de la Luna donde se encontraba el futuro Alfa.

(...)

—Te amo, ¿Ya te lo he dicho no?

—Me encanta que me lo repitas una y otra vez, yo también te amo Minho...

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La temporada de lluvias había llegado, y sin duda la zona más "afectada" en esa época era el bosque.
Cualquier lobo que saliera siempre terminaba completamente mojado.

Pero ese día los truenos y rayos se unieron al llorar de las nubes.
Lía se encontraba dentro de su casa viendo por la ventana como la noche daba su entrada.

Minho había salido dos días antes junto a algunos miembros de la nueva manada que estaba expandiéndose para buscar cosas específicas que según el necesitaban.

Había querido olvidar los dolores que había sentido las últimas horas, pero era imposible cuando las patadas de su bebé la estaban lastimando cada vez más.

Se dirigió a su cuarto y tomo su teléfono deseando que los rayos no cortaran la electricidad y no pudiera comunicarse con nadie.
Pero antes de poder hacerlo, la luz que iluminaba todo el lugar se apagó.

¡Ahora no!

Lía agarro una de las muchas camisas de Minho y se aferró a ella, deseando que con percibir el olor de su padre,su cachorro se pudiera estar quieto unos momentos, pero no pareció funcionar como otras veces.

—¡Ay!— jadeo cuando sintió como algo dentro de ella se rompía.

Cayó de rodillas sobre aquel charco y entro en pánico.

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