Lía era de las personas que no le toma mucha importancia al tiempo. Depende de las circunstancias.
Y más ahora que las cosas habían cambiado considerablemente.A pesar de sentir inconformidad por no enterarse antes que ella era la Mate de Minho se sentía tranquila con saber que el mismo le había dicho.
Aunque no habían oficializado nada aún.
El de vez en cuando le robaba un beso, pero no iba más allá de eso. Su celo pareció desaparecer justamente un día después de que ella supo la confesión.Bueno...¿Que mas podía pedir?
Probablemente que el extraño dolor que sentía en este momento desapareciera.
—mgh— ahogo su grito en la almohada para después levantar la cabeza y tomar su teléfono y marcar un número.
—Contesta...vamos...solo hazlo — susurro para si misma haciendo un esfuerzo sobrehumano para hablar claramente.
—¿Lía?— era la voz de Minho.
—H-Hola...
—¿Estás bien? ¿Porque te oyes así?
—¿Puedes...venir?
—Voy para allá.
Y dicho esto le colgó.
Lía se cobijo y trato de que su mente no divagara, porque era justo lo que hacía.
La sensación que tenía no parecía ser de una gripe o algo parecido.¿Era posible?
Pensó ella misma.
No...
Los lobos eran los únicos que tenían su época de celo, además de que eran pocas las personas fuera de ese círculo que también experimentaban eso.(...)
Minho dejo rápidamente el campo donde estaba entrenando con los demás para irse rápidamente al lugar donde el y Lía residían.
Se transformó y corrió para llegar más rápido.
En cuanto estuvo frente a la puerta la tumbó de golpe, cuando la cerro detrás de si algo o más bien alguien lo apreso en la pared.—¿Lía?— apenas pudo decir anonadado.
Su pelo estaba despeinado y sus mejillas rojas. Alzó su mano haciendo que de las macetas que estaban de decoración crecieran plantas que lo ataron de las manos.
—¿Lía? ¿Que significa esto?— volvió a insistir.
No le respondió, en cambio lo tumbó sobre el sillón
Era una faceta nueva de ella que el jamás había visto, ni siquiera se le hubiera ocurrido pensar eso.—Eres muy... excitante.
—Lia, no se que rayos te pasa pero no estás en tus cincos sentidos.— trato de ignorar sus recientes palabras.
—¿No soy deseable?— ella frunció su ceño alejándose un poco de el.
—¿Qué?— Minho negó con la cabeza. ¿Deseable? Era su mate y el mismo la veía como la luna— no quiero aprovecharme de ti pequeña.
Pequeña..
Ese apodo en ese momento no servía de mucho. Ella era una mujer, ya no era la niña que conoció hace más de diez años, y se lo iba a demostrar.
—No soy pequeña Lee know — sus ojos empezaron a tornarse de un color azul intenso — soy una mujer...
—Lia...no— empezó a hacer esfuerzo por librarse del agarre fuerte que le impedía safarse mientras notaba como Lía emanaba una presencia peligrosa y se acercaba.—No te quiero hacer daño Lía, escúchame...hablaremos sobre esto.