Capitulo XVII

322 7 0
                                    

Cuando acabó de cocinar le ayudé a poner los platos en la mesa y nos sentamos uno delante del otro, corté un trozo de carne que junté con unas verduras y me lo metí en la boca.

Rafa: Está bueno.

Sonia: Rafa, yo también tengo mi historia sabes, de muy joven me enamoré perdidamente de un chico, en cuanto pudimos nos fuimos a vivir juntos, era tan feliz con él, pensaba que nada ni nadie nos separaría nunca, llevábamos más de dos años juntos y me quedé embarazada de Martina, fue una alegría tan grande para mí, salí del ginecólogo con ganas de llegar a casa para decírselo, le abracé y se lo dije, me pegó un empujón y me dijo que ya estaba cogiendo hora para abortar, se me cayó el mundo encima Rafa, le dije que eso ni pensarlo y se puso muy agresivo, no lo había visto nunca así, le grité para que se calmara y me pegó, me pegó Rafa, una persona a la que adoraba, que hubiera hecho cualquier cosa por él, y lo peor sabes que fue, lo que me dijo...

- La vi tan afectada, triste y dolida que me levanté acompañándola al sofá pasándole un brazo por encima.

Rafa: Tranquila Sonia...

Sonia: Me dijo que putas como yo le sobraban para follar, que a ver si pensaba que un tío como él iba a conformarse con estar solo conmigo con la cantidad de oportunidades que se le presentaban, recogió sus cosas y se fue, me dejó sentada en el suelo destrozada, sin compadecerse nada de mí, como si fuera una mierda.

- La abracé fuerte, no llegó a llorar, pero recordar todo aquello le hizo daño. Estuve un rato consolándola.

Rafa: Vamos a acabar de comer, siento mucho lo que te pasó.

- Nos volvimos a sentar en la mesa, Sonia comió un poco más.

Sonia: Te lo he explicado para que me entiendas, después de aquello decidí tener a Martina y que nunca, nunca más me enamoraría de nadie.

Rafa: Pero todos no somos iguales Sonia.

Sonia: Seis años manteniendo mi palabra, no te digo que no tuviera mis cositas, pero jamás con intención de llegar a nada serio, aquí te pillo aquí te mato y a olvidarlo, entonces apareciste tú, ¿de dónde coño debiste de aparecer?

Rafa: Ya sabes del coño que aparecí.

Sonia: No seas bruto hombre. Tú, tú me has hecho tambalear toda mi vida, toda la seguridad que tenía en ella, te empujaba a conocer a alguna chica para que te liaras y convencerme a mí misma que no me tenía que preocupar de ti, cuando te fuiste de la ciudad y me dijiste que vivías con aquella chica...

Rafa: La puta.

Sonia: Joder tío, es que no tienes suerte con las chicas que te gustan ostia.

- La miré riendo.

Rafa: Ni que lo digas.

Sonia: Calla, pensé que mi vida volvería a estabilizarse, pero tú seguías viniendo para ver a Martina, os veía jugar, como la quieres, como le gustas a ella, no había manera de olvidarte. Entonces apareciste aquel día en el supermercado a lo "Oficial y Caballero", que vergüenza me hiciste pasar, te hubiera matado.

Rafa: ¿Dónde quieres llegar Sonia?

Sonia: Que tengo miedo joder, me da pánico entregarme a ti, quererte como sé que podría hacerlo, ¿y si me haces daño? eres muy joven, y si te enamoras de otra más joven que yo.

Rafa: No nos llevamos tantos años.

La vi muy agobiada y no quise apretarla, acabamos de comer, le ayudé a quitar la mesa y a poner el lavavajillas, ordenamos la cocina, le agarré una mano llevándola al sofá estirando la manta, me puse en la parte interior y levanté la manta para que ella lo hiciera a mi lado, me miró en silencio y se estiró, nos tapamos los dos, estábamos de lado uno frente al otro, le pasé un brazo por la espalda acercándola a mí, apoyando su cabeza en mi hombro y su cara en mi cuello.

Secreto familiarDonde viven las historias. Descúbrelo ahora