El Señor de la Cacería.

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-¡Aléjate de mi hembra! -Gruñó él atravesando su cuerpo entre Asami y el visitante al pie de la escalera principal de la casa-

-Mantén la calma Korra, no le he hecho daño a nadie. -Contestó el cazador imperturbable a pesar de tener al príncipe del sur a un paso de distancia mostrándole los colmillos-

-Asami sube a la habitación y no salgas hasta que vaya por ti. -Ordenó Raava a su Omega manteniéndole la mirada al intruso sin parpadear, los colmillos a la vista, su mano en la espada. "El Señor de la Cacería" podía ser mayor en edad que él pero considerarlo débil y senil era un error que podía costarle demasiado caro porque el Alfa no tenía una cana en su cabello y manejaba la sangre control, solo que era denominado como anciano por pertenecer a la cúpula de poder de la tribu, la cual tenia como labor regular la potestad del Jefe del sur y hacer lo más conveniente para el pueblo, constituida principalmente por guerreros con gran experiencia en batalla y sumados años de vida, requisitos que el cazador cumplía siendo el de menor edad entre el resto de los abuelos pero un hombre respetado por colaborar con la derrota de Zhao "El Conquistador" en la fallida invasión del fuego a la tribu agua del norte y con el final de la guerra de los cien años siendo apenas un adolescente, apoyando también en fortalecer al sur luego de casi ser extinguido por El Señor del Fuego Sozin con el comienzo de su declaración contra otras naciones y las redadas enviadas por su sucesor Azulon, temido gobernante que nunca creyó necesaria una gran batalla contra la tribu por verlos como inferiores y un pequeño asentamiento sin relevancia estratégica para el fuego, llevando al borde de la inexistencia a sus antepasados para renacer luego de la caída de Ozai como una nación fuerte y abundante-

-¿Qué sucede Korra? -Presenciar la reacción de su esposo, como el cuerpo del semental lucía grande y en guardia aumento su intranquilidad-

-¡Sube! -Repitió él volteando a ver a la mujer con seriedad por el rabillo del ojo-

-Como ordenes esposo mío. -Se mostró ella sumisa, la mirada de Korra no había sido agradable, su almizcle y energía tampoco, al igual que la presencia de aquel visitante y atención que mantenía perenne en ella, lo que la hizo comprender. Su Alfa no estaba siendo hostil con ella, era con ese otro espécimen que le causaba escalofríos, decidiendo hacer caso a su esposo sin refutar más. Subiendo otra vez por las escaleras por las que acababa de bajar, deteniéndose en la curva del pasillo para escuchar a Korra hablar, luego iría corriendo a su habitación pero antes debía asegurarse que nada malo le ocurriera a su marido-

-¡Lárgate de mi casa, vuelvo a encontrarte cerca de mi esposa y te mato! -Dijo el príncipe del sur directamente al anciano-

-Estas tratándome como si fuera tu enemigo. Pareces tener miedo. Pero fuiste tú quien decidió faltarme al respeto desde un principio reclamando los anillos inferiores como tuyos y doblegando a uno de mis guerreros con hostilidad. -El Alfa escondió su mano derecha en su casaca cerca de su cuchillo largo de cacería que llevaba en el cinturón, herramienta que utilizaba para matar y despellejar a sus presas-

-Desenfunda tu arma contra mi si te sientes insultado, se puede resolver combatiendo, no rodeando mi casa a mis espaldas y acosando a mi esposa. -Korra mantuvo su ceño fruncido y sus colmillos amenazantes, algunos de los guerreros del importante consejero estaban afuera, detenidos en su ímpetu de entrar por la diligente labor de Noatak antes de que él llegará ignorante de lo que ahí ocurría para toparse con la escena y los desconocidos vasallos. Queriendo ir a encararlos para exigirles respuestas hasta que Tarrlok se había acercado a él caminando demasiado rápido para decirle que "El Señor de la Cacería" había pasado a su hogar, haciéndolo palidecer y pensar inmediatamente en la seguridad de Asami quien según su doncella había despertado y esperaría por él en el taller, rogando que la mujer estuviera en cualquier otro sitio que no fuera en el camino de ese sujeto corriendo angustiado hacía adentro para toparse justamente con aquel indeseado encuentro vuelto realidad-

La Bestia del SurDonde viven las historias. Descúbrelo ahora