Hermanos.

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-Mi señor todo ha ido normal en las fronteras. No hay avistamiento de los bárbaros.

-No bajemos la guardia, en cualquier momento pueden estar sobre nosotros. Asumo que no son estúpidos, no se dejarán ver fácilmente. -Respondió Korra a uno de sus guerreros que como todos los días, tres veces al día desde la carta de Tonraq lo mantenía al tanto de la situación presentándose en su oficina- Retírate y di a mis hombres en la entrada que alisten un carruaje de un solo caballo y dos escoltas para su señora, pretendo ir a supervisar las nuevas construcciones en el pueblo acompañado de mi esposa.

-Si mi señor. -El guardia se inclinó levemente hacía delante en reverencia y respeto al hijo del Jefe dejando el cuarto-

Korra miró por la ventana, su padre debía estar pronto a llegar. Habían pasado ya más de tres semanas desde que partió al norte. No demasiado tiempo, pero luego de conocer la supuesta nueva amenaza para el sur Tonraq había de estar tan intranquilo como él en mantener a su tribu natal a salvó, por ello no creía que su padre demorara en regresar lo antes posible.

Mientras, él necesitaba mantener todo bajo control. Además, el solsticio estaba cerca y con el, el festival de los espíritus. Es decir, por una parte para los ancianos y guerreros un momento de meditación y ayuno, de respeto a los espíritus. Por otra, fiesta y recreación para la villa. Un momento vulnerable en que debía garantizar la seguridad de su gente.

Pero entre tanto, él aprovecharía la brecha que le ofrecía el día para visitar el pueblo y complacer a Asami en su pedido. Conocer al ingeniero del norte y sus ayudantes. También y muy importante, ver con sus propios ojos la realidad de aceptación del norte para su gente y convencerse mejor de no estarse gestando una revuelta popular que amenazara la tranquilidad interna del sur como líder a cargo temporal. Luego de la pequeña protesta de los campesinos en el salón de consultas su instinto le exigía estar alerta, como si Tonraq mismo estuviera dentro de su cabeza remarcándole el correcto actuar de un Jefe.

Él fue por su esposa a la armería. Ella estaba entretenida dibujando un plano. Korra decidió que contemplarla en secreto desde un ángulo dónde ella no lo podía ver era un placer del cual iba a gozar por unos minutos. Hasta que finalmente, Asami noto su olor y eso le hizo voltear la mirada hacia él. Siendo descubierto y sonriendo culpable ante la Omega. Ella le devolvió la sonrisa.

-Sami, lamento interrumpirte pero creo que quizás esto te agrade más que estar ahí encorvada perdiendo la vista.

-¿Que podría ser? -Interrogó ella interesada quitándose sus lentes de aumento de los ojos-

-Bueno, ¿conocer al maestro constructor del norte suena muy aburrido para ti?

-¿Ahora? -Ella casi saltó de su puesto de la alegría-

-Si estás de acuerdo.

Por supuesto! No pensé que recordarás mi petición o pudiera conocerlos tan rápido ¿Prefieres que me cambié de ropa primero? Algo más adecuado.

-Luces para la ocasión, no te preocupes.

-¿Mantengo mi cabello recogido o quieres que lo cubra? -Pregunto ella a Korra-

-No andarás lejos de mi, con tu cabello recogido es más que suficiente. El transporte nos debe estar esperando afuera ¿Vamos?

La Bestia del SurDonde viven las historias. Descúbrelo ahora