Capitulo 6

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Mos agarró a Bank contra su cuerpo antes de que pudiera alcanzar a JJ Rathasat y apuñalarlo en el corazón.

─Quieto, Bank.

Los ojos de JJ se abrieron mucho al saltar hacia atrás de una manera que recordaba a un sube y baja. Pero rápidamente recobró la compostura al darse cuenta que de Mos no iba a soltar a Bank y permitir que lo matase.

─¡Es un Daimon! ─gruñó Bank. JJ le lanzó una mirada indignada.

─Sí ─dijo Mos lentamente, apretando el agarre sobre él—, y es el gerente de mi casino.

Bank se quedó flojo contra Mos mientras lo miraba a la cara. El total asombro coloreaba sus pálidas facciones mientras lo miraba con la boca abierta. Aunque Bank aflojó el agarre que tenía sobre el cuchillo, Mos continuó sujetándolo por la muñeca para evitar que de nuevo fuese por JJ y les estropeara a ambos la noche.

─¿Cómo dices? ─preguntó.

─Es el gerente de mi casino.

Su enfado volvió y empezó a retorcerse otra vez. Aunque no debería, el roce de su cuerpo frotándose contra el de Mos lo hizo arder. Era difícil concentrarse en algo distinto a cómo de besables eran sus labios cuando sus mejillas estaban ruborizadas por la ira.

─¿Tienes a un Daimon trabajando para ti?

Mos inclinó la rodilla para evitar que Bank chocara más contra su entrepierna, antes de reírse ante su enfado.

─Un par de ellos, en realidad.

─No te preocupes ─dijo JJ, alisándose la chaqueta con un ligero tirón de las solapas─. Sólo como humanos que se lo merecen.

Eso realmente no ayudó mucho.

Bank torció la cara disgustada al desviar la mirada de JJ para volver a observar a Mos.

─Y pensar que estabas empezado a gustarme. No puedo creer que soportes que un Daimon trabaje para ti.

Él realmente no había esperado que Bank lo entendiese, pero no tenía ningún problema con JJ o alguno de los otros que trabajaban para él. Eran hombres y mujeres cuyas vidas se habían visto arruinadas por la ira de un dios griego. Para él, eran almas gemelas. Apolo había maldecido a la raza de los Apolitas porque un antepasado lejano había matado a la amante y el hijo del dios griego. Aunque trágico, no debería haber conducido a que Apolo maldijera a cualquiera que naciese de esa raza a morir dolorosamente a la edad de veintisiete años. Además, el dios los había excluido de la luz del día y los había forzado a vivir sólo de la sangre de los otros. Era algo severo y poco apropiado por parte de un dios que debería haber mostrado más compasión por la raza que había creado, y a la que le dio la espalda.

Además, lo que JJ había dicho era cierto. Ni él ni ninguno de los otros que trabajaban allí se alimentaban de humanos decentes. Sólo destruían las almas de gente que se merecía morir. Y los dioses sabían que había muchos humanos en este mundo que necesitaban ser aniquilados, y era apropiado que fuesen víctimas de un noble depredador. Que, por una vez, el destino les hubiera dado una sentencia justa.

Mos le sonrio a Bank.

─Sí, pero es increíblemente honesto. Desde que tomó el control, nadie intenta hacer trampas. Si lo hacen, se los come.

Bank hizo una mueca ante las palabras de Mos.

─Oh, ambos sois repugnantes.

JJ dejó escapar un sonido de profunda irritación.

─Sabes, realmente no me gusta el hecho de que me juzgues basándote en un hecho desafortunado. Sinceramente, no soy un mal tío.

Bank no se lo tragaba.

12 MosBankDonde viven las historias. Descúbrelo ahora