El estruendo de la tumba atravesó a Bank como una corriente eléctrica. Él y Artemisa se tambalearon hacia Fong cuyos ojos se abrieron tanto como fue posible cuando las paredes a su alrededor vibraron. Se desprendieron trozos del techo y cayeron mientras el sonido se hacía más fuerte. Encontró la mirada fija de Mos para verle la confirmación de sus miedos en la cara.
Bank se rio nerviosamente.
─Por favor dime que la cueva sólo tiene una pequeña indigestión.
Pero cuando retumbó otra vez y oyó un perforador chillido desde el interior de la tumba, supo la verdad.
Los Dimme estaban saliendo.
Bank se tensó, preparado para luchar cuando vio aparecer unos dedos femeninos que se asomaban por una grieta en la piedra. Tenían unas largas uñas negras que empujaban contra la apertura, tratando de ampliarla.
─Regresad ─gruñó Mos a todos.
─Estoy sin poderes ─dijo Artemisa. ─No puedo luchar contra un demonio ya que le hice a alguien─ fulminó con la mirada a Bank─. Un préstamo temporal de mis poderes. Al menos será mejor que sea temporal...
Bank sacudió la cabeza. Sí, le había devuelto a Mos sus poderes y había tomado algunos para si mismo, pero nunca se llevaría los de su madre. Podían discrepar de vez en cuando, pero al final del día, quería a su madre más que cualquier cosa.
Mos sonrio mientras le dedicaba a Artemisa una significativa mirada.
─Creo que encontramos nuestro sacrificio.
─Oh poo ─dijo Jam de mala gana, ─no podemos dejar que la diosa vaca muera. Akri morirá también si no puede comer de ella─. Con los ojos ardiendo, se colocó entre Artemisa y la tumba. ─Vamos, Xirena, tu tienes que ayudar a la Jam a proteger a la diosa perra.
Xirena gruñó disgustada antes de tomar posición al lado de su hermana.
Fong se movió para estar de pie al lado de Artemisa.
─Pareces el punto de salvación para un humano que no quiere ser comido.
Artemisa lo miró con desprecio mientras Gemini se acercaba para ponerse entre Mos y Bank.
─¿Algún plan de acción? ─ preguntó Gemini a Mos.
─No morir.
─Me gusta. Simple, valiente. Imposible. Funciona para mí.
Bank se mofó de su sarcasmo.
─¿De que te quejas Gemini? Ya estás muerto.
Él se rio.
─Sabes, por una vez, está bien ser yo.
Bank sólo lamentaba no compartir su estado. Miró a Mos.
─¿Algún consejo de cómo matarlos?
─Ninguno. La última vez nos llevó a tres de nosotros atraparlos... atraparlos, no matarlos, porque nunca pudimos descubrir como hacerlo. Son unos repugnantes sodomitas.
Genial. No podía esperar a conocerlos.
De repente, algo se estrelló detrás de ellos. Bank se volvió para ver a Mew entrando en la cámara con Zakar y el resto de su grupo.
─Sellad la puerta detrás nuestra ─pidió Mew a Deimos.
Fong frunció el ceño.
─Um, no es por discutir ni nada ¿Pero no tuvimos que pelear para abrirlo?
Una hembra Dolophonus lo miró con dureza.
─Bien, si quieres dejarlo abierto y dejar que todos los demonios escapen.