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- Omega - gruño Emilio - Omega - repitió, pero ésta vez no fué Emilio, sino su alfa el que habló.

- Jorge estaba en serios problemas...

- Por favor, amigo. Vete - rogó. 

Los ojos de Emilio se pusieron completamente negros por la excitación, su respiración era irregular, su alfa estaba pidiendo salir.

- Emilio - susurró Jorge al darse cuenta de lo que estaba sucediendo.

- Omega - gruñó su alfa, su sentido del olfato se intensificó, sus pulmones se llenaron del hermoso aroma de vainilla y canela, su alfa le exigía buscar al dueño de aquel aroma y reclamarlo cómo suyo.

- ¡EMILIO, LARGO! - gritó Jorge empujando al rizado. 

El alfa empujó al omega ojimarron y comenzó a caminar en dirección a las habitaciones. 

Jorge estaba asustado, no entendía que es lo que estaba pasando, Emilio nunca había actuado así, no era la primera vez que el alfa percibía a un omega en celo, pero si era la primera vez que actuaba posesivo y que dejaba salir a su alfa.

El omega de Jorge estaba asustado, pidiendo encogerse y no hacer enojar más al alfa, pero su instinto protector le exigía cuidar a Joaquín e impedir que Emilio llegara a él. 

El pelinegro corrió y alcanzó al alfa jalándolo del brazo, quedando nuevamente cara a a cara con su amigo.

- No estoy bromeando Emilio, ¡Vete!, no puedes estar aquí ahora - exigió el omega tomando al más alto del brazo para arrastrarlo a la salida.

El alfa de Emilio se resistía, quería adueñarse del dueño de ese aroma. 

Por milagro Jorge logró llevar a Emilio hasta la puerta de la casa.

- Amigo, vete. No puedes volver en 3 días - pidió el omega abriendo la puerta de la casa. 

El aroma de Emilio se intensificó. 

Emilio estaba entrando en celo.

- Por favor - sollozó Jorge al borde del llanto, estaba a punto de rendirse, él no podía cuidar de un omega y un alfa en celo - Emilio, te lo pido. Vete.

El rizado tuvo un segundo de claridad y se dió cuenta de lo que le estaba provocando en su mejor amigo.

"¿Qué carajo me está sucediendo?", se preguntó al ver al omega ojimarron al punto del colapso nervioso.

- Me voy. - dijo saliendo de la casa y cerrando la puerta de golpe.

Emilio hizo un esfuerzo gigantesco para llegar hasta su moto, su alfa estaba peleando por salir y regresar a la casa para tomar al dueño de aquel aroma que lo había vuelto loco en segundos.

El rizado arrancó su moto y se fué lo más rápido posible de ahí, antes de salirse totalmente de control y obedecer a los instintos de su alfa.






El rizado arrancó su moto y se fué lo más rápido posible de ahí, antes de salirse totalmente de control y obedecer a los instintos de su alfa

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Alfa Estúpido // Adaptación Emiliaco OmegaverseDonde viven las historias. Descúbrelo ahora