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- No soy bueno bailando. - confesó Eduardo sonrojado.

Aunque Joaquín no sabía si estaba sonrojado por el calor del lugar ó por la vergüenza de su confesión, de cualquier manera, a él se le hizo algo muy tierno.

Un alfa sonrojado no se vé todos los días.

- Ni yo. Soy pésimo. - contestó el omega.

- No mientas, lo haces estupendo. Sólo lo dices para no hacerme sentir cómo un perdedor.

Joaquín rió, y aunque la música era alta, su risa se alcanzó a escuchar.

- ¿Qué tal si vamos allá fuera a hablar?, con toda la música y el ruido me estoy mareando. - propuso el alfa.

El omega asintió encantado con la idea.

Eduardo lo tomó de la mano para guiarlo hacía fuera entre la multitud de personas, algo que realmente agradeció.

Cuándo lograron salir el aire fresco de la noche en su rostro fué algo magnífico después de haber estado horas allá adentro entre la multitud.

- Sentémonos ahí. - habló Eduardo señalando unas sillas que estaban en el patio trasero de la casa.

El alfa lo guió a las sillas sin soltar su mano ni un segundo, Joaquín realmente no sabía que sentir con eso.

Y fué ahí cuándo Joaquín sintió el aroma de Eduardo.

Era un aroma a bosque y pino, uno muy fuerte, característico de un alfa.

- Cuéntame Joaquín, ¿Tienes pareja? - preguntó el alfa interesado en la respuesta.

Joaquín frunció el ceño, no sabía que responder a eso, "¿Tengo pareja?", se preguntó a él mismo.

Era algo complicado, porque Diego lo había terminado ó algo así, pero su omega se sentía extraño entorno a Emilio, cómo si fueran pareja, pero en realidad no lo eran.

- Supongo que no. - contestó con simpleza y encogiéndose de hombros.

- ¿Supones? - preguntó el alfa confundido.

- Es algo complicado, no sabría cómo explicarlo. Mejor dime tú, ¿Tienes omega? - preguntó tratando de evadir su situación.

- Sí - contestó sonriente - Se llama Nikolás, tenemos años juntos.

- ¿Años?

- 6 para ser precisos.

- ¿Cuántos años tienes? - preguntó Joaquín sin poder evitarlo.

- 25 años.

- ¡Oh! - expresó el omega.

- ¿Soy muy viejo? - preguntó el alfa riendo por la expresión del castaño.

- No, sólo creí que eras de mi edad, ya sabes, cómo estabas en la fiesta de Ale, creí que tenías nuestra edad.

- ¿Ósea que me veo de menos de 20 años?, ¡Vaya!, eso me hace sentir mejor.

Joaquín rió - ¿Cómo conociste a Alejandra?

- Somos algo así cómo vecinos, vivo a 4 casas de aquí. Ella siempre ha sido muy sociable, un día simplemente se acercó a Niko y a mí y nos volvimos cercanos, es una chica linda.

- Sí - asintió Joaquín - Es la única alfa que me agrada. Las demás chicas alfas suelen ser muy molestas y se creen mucho.

- ¿Y los hombres alfa?

- Ellos... no sé, creo que tampoco he tenido una buena experiencia con alfas hombres. - respondió haciendo una mueca de desagrado.

Eduardo lo notó.

Alfa Estúpido // Adaptación Emiliaco OmegaverseDonde viven las historias. Descúbrelo ahora