Ocurrió.

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Kate Pov:
       
       
—Bienvenida...

Me dí vuelta rápidamente buscando de dónde provenía la voz.

No pasaron más de 5 segundos cuando ví como la puerta se cerraba, dejando sin luz la habitación.

—Debo admitirlo...pensé que no vendrías —seguía hablando. Iba a decir algo pero escuché como aplaudió dos veces, acción que ocurrió después fue la de las luces encendiéndose, dejando ver a ______ recargada en la pared, justo a un lado de la puerta.

—¿Qué estás haciendo ahí? —pregunté mirándola de arriba a abajo.

—Esperándote —contestó aún en la misma posición, después de unos segundos se levantó y empezó a caminar lentamente hacia mí.

Tragué en seco.

—¿Para qué me llamaste ______? —pregunté para no sonar tan nerviosa.

No contestó y se siguió acercando. Tanto que su rostro había quedado a pocos centímetros del mío.

—¿Qué estaban hablando allá abajo? —preguntó mientras me miraba fijamente a los ojos.

—De nada —pasé la lengua por el interior de mi mejilla nerviosa.

—Estás mintiendo Bishop, haces eso cada vez que mientes —dijo mirándome a los ojos.

—¿Qué hago? —pregunté confundida.

—Pasar la lengua por tu mejilla —señaló el lugar.

Era increíble como ella supiera tanto de mí en tan poco tiempo. Ni siquiera yo había notado que hacía eso cuando intentaba mentir.

—Emm... —se quedó ahí observandome, no pude sostenerle más la mirada y miré hacia otro lado.

Al instante sentí como su mano se colocaba en mi mentón, girando mi cabeza para que la mirara.

—Mírame —ordenó completamente seria.

Eso me hizo recordar las primeras veces que hablámos. Cuando era completamente fría, introvertida. Ahí fue cuando empecé a preocuparme. ¿Y si había hecho algo mal? ¿Y si se dió cuenta que le conté a Yelena sobre los besos? ¿Y si me llamó para decirme que no me quería hablar más?

—Kate...Kate —sentí como movía mi cabeza. ¿Cómo?

Cuando salí por completo de mis pensamientos, mi mirada chocó con la suya una vez más. Estaba frunciendo el ceño, aunque poco a poco dejaba de hacer el gesto. Sentí algo más, en mi rostro. Ella tenía sus manos en mis mejillas.

—¿Estás bien? —preguntó todavía mirándome a los ojos, se notaba un poco preocupada.

—¿Vas a dejar de hablarme? —pregunté ignorando su pregunta.

—¿Qué? —se veía confundida—. ¿De qué estás hablando Kate? —preguntó volviendo a fruncir el ceño.

—¿Para qué me llamaste? —sequedó unos segundos mirándome y después fue quitando sus manos de mi rostro.

—Quiero hablar...contigo —su rostro se veía más relajado.

—Tengo miedo de lo que quieras hablar —admití de una vez.

—¿Por qué? No es nada malo —aclaró mientras me señalaba la cama, me acerqué a ésta y me senté. Hizo lo mismo.

—¿Estás segura? —pregunté preocupada.

—Kate —puso su mano en mi hombro—. Tranquila, solo quiero hablar —me tranquilizó mirándome a los ojos.

—Okey, pues...habla —le dije un poco nerviosa.

 Il Mio Sorriso Preferito - Kate BishopDonde viven las historias. Descúbrelo ahora