Todo salió bien.

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______ Pov:
  
    
   
Estábamos a unas horas de iniciar la misión. María y yo decidimos llamar a Fury para verificar la información y por si tenía algo más que decirnos.

—Hola agentes —por fin había contestado la llamada.

—Hola señor —saludamos al mismo tiempo.

—Diganme que necesitan, el equipo está listo para lo que sea que pidan.

—Queríamos verificar si ya oficialmente estamos en la lista de invitados —expresó María.

—Sí, sus nombres ya están ahí, los que exactamente están usando para quedarse en ese hotel. Lleven las identificaciones con ustedes por si acaso.

—Entendido señor —ambas asentimos.

—Perfecto, llamen otra vez por si pasa algo.

—Claro señor, adiós —se despidió y cortó la llamada.

Quedé recostada en la mesa. No pude dormir muy bien por los nervios.

—¿Estás bien? —preguntó María.

—Sí, solo que no dormí muy bien —me tallé los ojos.

—¿No quieres dormir un poco? Todavía faltan unas horas.

—No no, tranquila. Estoy bien, voy a estar mejor en la noche, lo prometo —aseguré.

—Necesito que estés en tu 100% ______.

—Lo estaré. Por cierto, hablando de eso. ¿Cómo iremos vestidas? No tenemos ropa de vestir, Fury no nos dijo nada. No podemos llegar con algo casual —el pensamiento de la vestimenta no me había llegado en ningún momento.

—Lo sé, y es por eso que tengo un plan.

—Dime, por favor.

—Llamé a alguien mientras estabas dormida, él nos traerá justo lo que necesitamos. De hecho —miró su reloj—. Ya debe estar por llegar.

—¿Qué?

Mi cerebro no había procesado nada. Tampoco tuve tiempo de hacerlo porque se escuchó como alguien tocó la puerta. María se levantó rápido y fue a abrir. De inmediato se vió como un carro con maletas entró en la habitación.

—Fue muy fácil entrar —de repente un hombre apareció vestido de el servicio del hotel.

—Eso fue rápido —dije sorprendida.

—Lo sé. Mi nombre es Dick, y aquí tienen lo que me pediste —bajó dos maletas y las dejó ahí.

—Gracias Dick, en serio —agradeció María.

—No hay de qué. Suerte. Tengo que irme antes de que se den cuenta —la agente le abrió la puerta y salió rápido con el carro.

—Me sorprende lo rápida que eres para encontrar gente.

—Nadie le dice que no a SHIELD.

Se acercó a las maletas y abrió una de ellas. De ahí se levantó con un lindo vestido en manos.

En serio me sorprendía demasiado.

Además del vestido, también habían joyas y tacones. El plan iba a salir perfecto sí o sí.

En las siguientes horas nos la pasamos repasando una última vez el plan. Esta vez sin leer. Ya nos había llegado la dirección de la fiesta. Ya nos habíamos arreglado por bastante tiempo. Para salir del hotel sin llamar la atención, nos colocamos unas camperas por encima.

Todo estaba perfecto.

—¿Está todo listo? —pregunté.

—Sí, eso parece.

 Il Mio Sorriso Preferito - Kate BishopDonde viven las historias. Descúbrelo ahora