Capítulo 38 || Sorpresas Inesperadas

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— Ministerio de Magia, Londres, Inglaterra. Mayo 1928 

El ruido de las personas yendo de un lado a otro por todo el Ministerio hacía que Regina se estresara más de lo debido. En los últimos días se había sentido cansada con nauseas, no soportaba el olor del hidromiel ni de la cerveza mantequilla y tenía un antojo inexplicable por las ranas de chocolate todos los días. Algo que le había dejado pensando en el último par de semanas.

— Regina – alzó su mirada para encontrarse con Rose haciendo que sonriera –. No creí verte aquí. Creo que son meses tarde, pero te felicito por tu ascenso.

— Sí, tan solo un par de meses más tarde – respondió divertida.

— Te diría que me contarás todo, pero lo que pasó en Paris y Nueva York lo deja más que claro.

— Si. No fueron días nada fáciles.

— También lamento lo que pasó con tu hermana. Si te soy sincera, no se que decirte.

— No hay nada que decir en momentos así – Regina soltó un suspiro –. Hay días que me pregunto como es que se convirtió en Acólita de Grindelwald.

— Grindelwald es una persona muy persuasiva, o eso es lo que he escuchado. Algo le debió de prometerlo cuando se conocieron. Pero apuesto que debió de darle en algún punto débil de ella.

Segundo piso – anuncio una voz –. Departamento de Seguridad Mágica.

— Nos vemos después, Rose.

La Ravenclaw empezó a caminar por los pasillos, pero se detuvo en cuanto se volvió a sentir mareada de nuevo. Se tuvo que recargar en una de las paredes para no caer en el piso. Hacia varias semanas que se había sentido mal. Tuvo que tomar aire antes de poder continuar con su camino.

— Regina – la mencionada volteó para encontrarse con el mayor de los Scamander.

— Theseus – murmuró.

El mencionado se acercó más rápido al ver que Regina se desvanecía haciendo que la llamara, pero ella no reaccionaba al ver que se encontraba en el piso. Él la cargó para llevársela a su casa para asegurarse de que ella se encontraba bien. Le llamaría a los señores Pullman para avisarles lo que había ocurrida con su hija.

— Theseus, ¿qué paso? – Alice se acercó al ver que el auror llevaba a su amiga desmayada –. ¿Regina está bien?

— No lo sé. Solo se desmayó. La llevaré a su casa. ¿Podrías enviarle una lechuza a sus papás? Iría yo, pero no puedo entrar porque lo tengo prohibido.

***

Un par de horas después, Regina abrió los ojos para encontrarse en su cuarto. Ella bajo su mirada para darse cuenta que se encontraba en su ropa para dormir. Lo último que recordaba era que estaba en el Ministerio de Magia en lo que Theseus la llamaba. La puerta se abrió para ver que sus padres y Theseus entraban haciendo que se sintiera más confundida. Ella se sentó en lo que encontraba una respuesta lógica de lo que estaba ocurriendo.

— ¿Qué pasó? ¿Qué sucedió? – preguntó preocupada viendo a los tres –. ¿No se supone que debería de estar en el trabajo?

— Te desmayaste – explicó Theseus en lo que se sentaba a su lado para agarrarle la mano –. Llame a tus padres para que vinieran. Me tenías preocupado.

— Pero todo está bien, ¿no? – Regina vio la cara de su mamá, que no parecía muy preocupada, sino emocionada.

— Sí, todo bien – la señora Pullman se estaba conteniendo –. Estás embarazada.

Regina se le quedó viendo a su madre, esperando que fuera una especie de broma, pero en el fondo sabía que era cierto. Eso explicaría los mareos, los antojos por las ranas de chocolate y sus cambios de humor. Todo parecía tener una lógica haciendo que pasará sus manos por la cabeza. Todos los presentes se le quedaron viendo.

— Regina, di algo – comentó el señor Pullman preocupado.

— Yo... solo... necesito que me dejen a solas con Theseus.

Sus padres se le quedaron viendo sorprendidas por su respuesta. La atención de la Ravenclaw se encontraba sobre ellos haciendo que los dos salieron de la habitación. Theseus le agarra la mano haciendo que Regina se removiera provocando que la expresión cambiara por completo.

— Theseus, los dos sabemos que esté es un bebé Scamander – soltó un suspiro para deshacer su agarre del mayor de los Scamander –. Aún sigo molesta por la carta que me enviaste, pero lo que pasó esa noche no fue un error. No por lo menos para mí.

— Tampoco esa noche fue un error para mí, Regina.

— Solo quiero dejarte claro que no voy a usar a nuestro hijo como chantaje. Lo podrás ver las veces que quieras porque eres su padre, pero eso no significa que te haya perdonado. No quiero que te sientas obligado a estar conmigo solo porque estoy embarazada de tu hijo –  ella sintió como las lágrimas habían empezado a salir de sus ojos – . Si quieres recuperar lo que alguna vez tuvimos, no solo tendrás que demostrármelo en los siguientes meses. Tendrás que demostrarle después.

— Regina esta es una responsabilidad que tenemos los dos. No es una carga que solo tú tienes debes de tener – Theseus acomodó el cabello de la castaña –. Los dos hicimos una vida y quiero ser parte de la vida de nuestro bebé. A parte, ese niño hubiera sido un Scamander si yo no fuera el padre, porque mi hermano o yo nos hubiéramos hecho a cargo de él.

Regina miró hacia otro lado poniendo su mano en su boca en lo que empezaba a llorar. Los señores Pullman entraron al cuarto haciendo que saliera de inmediato de la habitación debido a la mirada que había recibido por William Pullman. Él había odiado lo mucho que había sufrido su hija a causa del auror.

Theseus se quedó afuera, viendo a su alrededor para asegurarse que se encontraba solo. Él empezó a llorar en el pasillo al asimilar la noticia. Después de unos largos meses, al fin podían tener un poco de felicidad para los dos. Por mucho tiempo se había imaginado como hubiera sido tener un hijo con Regina si no hubiera roto su compromiso años atrás. Ahora, tendría la oportunidad de conocerlo.

Se sentía asustado por Regina y, ahora, por su hijo. Sabía que tenía que protegerla desde que ella la había contado su secreto familiar después de que ella había logrado convertirse en aurora. Con Grindelwald alcanzando su fama internacional debía de protegerlos. 

En los últimos años había tomado muy malas decisiones como romper con ella por lo que había escuchado a bases de rumores, su compromiso con Leta o su interferencia para que ella trabajaba en el Departamento de Accidentes y Catástrofes Mágicas para protegerla. Ahora tenía una oportunidad para enmendar su error los años pasados. No quería dejar pasar la oportunidad de recuperar la confianza de la mayor de los hermanos Pullman. 

(Nota de la autora:

¿Se esperaban esta noticia? Les prometo un poco más de contexto en el próximo capítulo pero me gustaría saber cuales son sus teorías. ¿Qué es lo que creen que sea? ¿Niño o niña? Lo sabrán antes de que termine el mes.

Bueno, creo que no hay mucho que contar así que nos leemos el próximo domingo con un nuevo capítulo.

April Hdzz Capaldi, fuera.)

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