Capítulo 67 || La Verdad de las Qilins

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Regina volteó para ver como un fénix daba círculos en el cielo mientras recuperaba su respiración. El canto de la ave la hacía sentirse aliviada como si el dolor disminuyera en esos momentos haciendo que cerrará los ojos. Ella volteó para ver como Grindelwald lucía asustado y perturbado en lo que una figura que apenas se sostenía por el mismo en lo que se acercaba con paso lento.

— Está mintiendo – soltó Credence cansado –. Esa criatura está muerta.

Regina sintió como alguien la ayudaba a levantarse del piso en lo que recuperaba su respiración. Ella volteó para encontrarse con Theseus que la ayudaba a mantenerse de pie y continuar su atención hacia Gellert, quien se encontraba acorralado después de la declaración.

Ella vio a la qilin como la había soñado. Aparentaba estar viva, pero sus ojos mostraban un vacío inquietante y perturbador. No había visto la muerte de las dos qilins como ella creía. Había visto la misma qilin muriendo dos veces, haciendo que se sintiera horrorizada por lo que le habían hecho a la criatura.

Credence cayó de rodillas como si tuviera pocas fuerzas para sostenerse y en cualquier momento se desvanecería. Regina vio como su amigo se libraba de sus captores para acercarse. La Raveclaw iba acercarse, pero seguía sintiéndose debilitada y apenas podía estar de pie con la ayuda de Theseus.

— Lo hizo para engañarlos – explicó Newt –. Lo mató y lo embrujó para que creyeran que él era digno de gobernar. Pero él no quiere guiarlos. Solo quiere que lo sigan.

— Solo son palabras – Grindelwald trató de desacreditarlo –. Palabras diseñadas para engañar. Para hacerlos dudar de lo que vieron sus ojos.

— ¿Cómo tú lo hiciste con mi hermana? – cuestionó Regina –. ¿Engañarlos ante lo evidente?

— Esa noche nacieron dos qilins – continuó Newt con su explicación –. Mellizas. Y lo sé – sonaba decepcionado de él mismo –. Lo sé...

— ¿Por qué? Porque no tienes pruebas. Porque no hubo una segundo qilin. ¿O me equivoco?

— Asesinaron a su madre, él...

— Entonces, ¿dónde está señor Scamander? – lo interrumpió Grindelwald.

Gellert le regaló una sonrisa de triunfo, pero entre la multitud apareció una dignataria envuelta en un velo verde. La atención iba en dirección de esa nueva figura haciendo que todas las miradas se encontraban sobre ella. La Ravenclaw se percató de que se trataba de Bunty cargando una maleta mientas se dirigía con paso seguro al magizoologo.

— Nadie de saberlo todo, Newt. ¿Recuerdas? – preguntó su asistente.

Bunty miró a su alrededor para percatarse de la cantidad de mandatarios que se encontraban observando ese encuentro. Ella se alejó cohibida por toda la atención que se encontraba sobre la pelirroja. La asistente se alejó para que pudieran desenmascarar a Grindelwald.

Regina se acercó con paso lento hacia donde se encontraba Newt, quien había levantado la tapa con lentitud para dar paso a la pequeña qilin. La aurora se acercó para acariciarle la cabeza con cierta delicadeza sintiéndose tranquila porque la criatura se encontraba a salvo.

Todos voltearon en dirección en donde se encontraba Vogel incrédulo ante esa situación. Theseus, Lally, Rose y Joe intercambiaron mirada de perplejidad. Newt se sentía más aliviado porque la qilin se encontraba a salvo y con vida. Regina era le menos sorprendida del grupo debido a que había sospechado desde que se encontraban en la Sala de Menesteres.

La qilin salió de la maleta para ver a su alrededor confundida y curiosa. La criatura volteó para encontrarse con su melliza que se encontraba a un lado de Grindelwald. Soltó una llamada a su hermana emocionada, pero esta no parecía darse cuenta de la presencia de su gemela. Newt se arrodilló para poder hablar con la criatura.

— No puede escucharte, pequeña – le explicó el magizoologo en voz baja como si le estuviera hablando con una niña –. Aquí no, pero tal vez te escuche en algún lugar.

— Ella siempre te estará acompañando – concluyó Regina viendo a la criatura y luego a su amigo.

— Esta es la verdadera qilin – Vogel anunció en lo que agarraba a la criatura que se encontraba a lado de Grindelwald –. Mírenla... véanla con sus propios ojos. Esta es la verdadera...

Vieron como se desvanecía en sus manos haciendo que todos se quedaron sorprendidos ante lo que estaba pasando. Todos los presentes observaban al representante del mundo mágico. Una bruja dio un paso hacia adelante en lo que todos acorralaban a Vogel.

— No podemos tolerarlo – comentó la mujer enojada –. La votación debe de repetirse. Vamos. Anton. Haz algo.

El mencionado se encontraba confundido viendo a su alrededor. La atención de todos se encontraban sobre la qilin que se encontraba paseándose por la gente como si estuviera buscando algo o alguien en específico. La criatura se detuvo en frente de Albus para poder inclinarse haciendo que Dumbledore se viera alterada por la decisión de la qilin.

— No, por favor – respondió nervioso.

Un brillo salió de de los ojos de la criatura para inclinarse en frente de él. Tanto Newt como Regina observaban al hombre que fue su profesor con curiosidad por la acción de la qilin. Dumbledore no sabía hacia donde ver debido a su incredulidad.

— Es un honor – comentó Albus preocupado por la situación que se encontraba debido a la acción de la criatura –. Pero así como ustedes dos nacieron esa noche, aquí hay alguien más igualmente valioso. Estoy seguro.

Dumbledore se acercó para acariciarle la cabeza a la qilin en lo que le agradecía en voz baja. La criatura vio a su alrededor para acercarse a la candidata brasileña y repetir su inclinación hacia Santos. Grindelwald se encontraba nervioso provocando que alzara su varita en dirección para lanzarle un hechizo a la qilin. Credence se interpuso provocando que los hermanos Dumbledore también sacaran sus varitas para lanzar un hechizo de protección causando que una luz cegadora inundaba el lugar.

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