Capítulo 64 || Huida en Bután

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— Bután. 1932 —

Regina se encontraba observando como la gente iba directo hacia el corazón de las elecciones. Pendones con fotos de Liu, Santos y Grindelwald decoraban el lugar. La Ravenclaw debía de ser muy inteligente para hacer tiempo en lo que llegaban con la maleta en donde se encontraba la qilin. Solo había una forma que saliera de esa lugar y era entregar la maleta que llevaba en sus manos. Como si eso no fuera suficiente, tenía que pensar constantemente que no debía de ser atrapada por Gellert y esperaba que Queenie no revelara sus verdaderos pensamientos si la encontraba y no estaba enojada con ella por convencerla de desistir de su matrimonio con Jacob antes de que se fuera a París.

— Aquí estás – Regina alzó su varita en caso de que fuera uno de los Acólitos –. Me empezaba a preguntar cuando aparecerías.

— Me asustaste, Joe – respondió aliviada la Ravenclaw en lo que bajaba su varita –. ¿Qué haces aquí?

— Lo mismo que tú. Ayudando a Dumbledore a lo que sea en la locura que están metidos tu esposo, tu cuñado y tú. Y ayudarte a traer a Katy de regreso a casa.

Soltó un suspiro en lo que bajaba la cabeza para negar. Esto era cada vez más complicado para todos. Debía ser inteligente por si los atrapaban, pero al mismo tiempo, su hermano no debía de saber que ella no llevaba la maleta de Newt. Ella alzó su maletín para explicarle el plan.

— Muy bien. Aquí traigo a la verdadera qilin que escogerá al siguiente representante del mundo mágico – mintió descaradamente –. Tenemos que evitar que los Acólitos lo atrapen para que la maten.

— Pero creí que los del Wizegamot tenían a la qilin – respondió sorprendido.

— Artemis me dijo que nacieron dos qilins esa noche. Los Acólitos se llevaron a la primera, pero él se dio cuenta que había una segunda cría cuando la madre se estaba muriendo. Le prometió que la cuidaría.

— Déjame ver si entendí. Hay dos qilins – ella asintió –. Y una está adentro de ese maletín.

— Probablemente – respondió segura.

— ¿Cómo que probablemente? – preguntó desesperado –. No estoy entendiendo el plan.

— Es que el plan para vencer a Grindelwald es no tener un plan – Joe soltó una oh –. Ahora estamos confiando en la palabra de Dumbledore.

—Odio cuando no hay un plan. Y odio más cuando no hay alternativa – empezaron a caminar por las calles –. Solo contamos con mi gran valentía y tu maravilloso ingenio – concluyó Joe.

— Y la ambición de Kate – añadió Regina.

Joe no comprendió lo que decía su hermana, pero entendía a la perfección que muchas vidas se encontraban en peligro. La aurora se sujeto del brazo de su hermano para asentir con la cabeza. Regina se tenía que repetir en su cabeza que no debían de abrir la maleta como precaución. Así los dos, continuaron caminando por las calles butanesas.

La Ravenclaw pensó que la manera más efectiva era buscar por todas partes a su hermana para parecer más sospechosa. Su hermano se limitaba a seguirla en lo que eran arrastrados por los ríos de los seguidores de los tres candidatos. En su camino, parecían dos más que iban camino a ver las elecciones. No fue que Joe vio de reojo a Kate haciendo que se acercará ligeramente a Regina para que solo ella lo escuchara.

— Creo que encontré a Katy – murmuro el Gryffindor por debajo.

— Trata de no empezar un duelo por el momento. Tenemos que alejarnos de la multitud – bisbiseo en lo que la mayor se aferraba a la maleta.

Ella solo se repetía en la cabeza sobre la qilin, la maleta y las elecciones. El recuerdo de Newt llegando a casa siendo llevado por el wyvern se hizo presente en su memoria en lo que cargaba a la criatura recién nacida en sus brazos. Theseus se había encargado de su hermano en lo que la aurora se encargaba de la qilin, quien parecía estar cómoda con la presencia de la bruja.

Nosotros, los líderes, sabemos que estamos en un mundo dividido – la voz de Vogel se podía escuchar mediante los pendones con su figura –. Todos los días se habla sobre otra conspiración.

>> Cada hora, otro oscuro rumor. Rumores que han aumentado durante los últimos días con la incorporación del tercer candidato. Solo hay una forma de alejar cualquier duda de que exista un candidato digno entre los tres.

Regina observó de reojo al pendón en lo que continuaba caminando por las calles. Había observado como el representante de la comunidad mágica se había acercado a la jaula de oro para sacar a la qilin que había nacido primero. Había algo extraño en esa criatura y era que su mirada parecía vacía y en su rostro había algo que no estaba bien.

Como cualquier estudiante sabe, la qilin es la criatura más pura de nuestro maravilloso mundo mágico – continuo con su explicación –. Dejemos que la qilin nos una.

Joe sabía que esa era la señal para apresurarse. Las cosas se estaban complicando, más de lo que aparentaba. Agarró a su hermana mayor para alejarla de la multitud. Agradecía en el fondo que Dumbledore lo hubiera enviado a llamar porque de esa forma, podría ayudar a su hermana, en caso de que la situación se complicará.


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