20| HEY, SOUL SISTER

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20| HEY, SOUL SISTER

Diez años antes

Coloco la última decoración en el árbol de navidad. Cuando me alejo varios pasos, sonrío satisfecha al ver lo bien que me ha quedado. Me giro al instante cuando mamá entra en el salón.

—¡Mira mamá el árbol! ¿Te gusta?me acerco a ella dando pequeños saltos.

Mamá se queda unos segundos mirándolo antes de agachar la cabeza para mirarme. Tiene el ceño fruncido.

Ya sabes que no se celebra la navidad. Eso es para niños pequeños y tu ya eres mayor, ¿o no?asiento efusivamente, sin soltar el peluche de la mano. Ella sonríe levemente, le encanta decirme lo mismo cada año—. ¿Quién te ha dado toda esa decoración?

Sonrío ampliamente.

Nuestros vecinos de enfrente. Me dijeron que lo iban a tirar y que si lo quería me lo regalaban.

Ella suspira antes de negar con la cabeza.

—Vamos, ven a ayudarme con la cena— me dice antes de comenzar a andar.

No tardo en seguirla.

Cuando llego, me doy cuenta que sus manos están colocadas detrás de su espalda, como si estuviera escondiendo algo. Me inclino hacia un lado para intentar ver. Pero ella es más rápida y se vuelve a girar para que yo no pueda ver. Antes de que pueda preguntarla, por fin me revela lo que lleva: una caja envuelta.

—Hasta los más mayores también reciben un pequeño regalo. Feliz navidad, Leslie.

Me lanzo a recibir el regalo con rapidez. Tardo aproximadamente unos segundos en desenvolverlo. Cuando abro la caja, bajo la atenta mirada de mamá, veo que es un traje de baile junto a una muñeca que va con la misma ropa. Me lanzo a sus brazos, sonriendo.

—¡Gracias, mamá!— grito sin dejar de abrazarla.

Ella me da unas palmadas, con torpeza.

Creo que es de los pocos recuerdos bonitos que conservo de ella antes de que todo fuera a peor. Que nuestra relación se truncara por completo.


Narra Leslie

Las vacaciones de navidad han llegado, y con ello pasar estas dos semanas con la familia de Niclas. Mentiría que no estoy para nada nerviosa pero, como he dicho, sería mentira.

Quedan unos minutos para que Niclas venga a recogerme y nos pongamos en marcha para ir a su ciudad natal: Cold Spring. Mientras, doy un último repaso a la casa. Hace un par de horas que Kenna se ha marchado para irse con sus padres, por lo que solo quedo yo por irme. Coloco la pequeña maleta y la mochila en la entrada. Pienso por varios segundos si, quizá, es mucho lo que llevo. He intentado guardar lo menos posible para no ocupar apenas espacio.

Niclas me envía un mensaje de que ya está abajo. Así que no tardo en dirigirme hacia la entrada para no hacerle esperar. Cuando me encuentro con él, este está de pie, apoyado en su coche. Se separa de él cuando me ve para poder dirigirse a la parte trasera para abrir el maletero.

—Buenos días— me sonríe él después de guardar las maletas y sentarnos dentro del coche. Agradezco que haya puesto la calefacción porque solo he andado varios pasos fuera y ya estoy muerta de frío. No sé cómo ha podido estar tan tranquilo sin querer estar dentro con todo el calor. Yo no podría haber aguantado tanto.

—Buenos días, ¿estás lista para unas bonitas navidades con mi familia?— sonrío ante su pregunta.

—Por supuesto— afirmo.

El día que las estrellas dejen de brillar✔️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora