𝕍𝕚𝕠𝕝𝕖𝕟𝕥𝕠𝕞𝕖𝕥𝕣𝕠.·•.»|[[𝑴𝒊𝒔𝒔𝒑𝒓𝒆𝒆𝒏]]

⟨ ✶˚ ·✧· .⟩26;;-Mutilacion.

Parecía que Spreen tenía un momento de ternura cuando besaba las mejillas y labios de Missa, el no comprendía por qué su cambio de actitud, era tan espontáneo, no entendía, no le gustaba aquello, por qué claro, de un momento a otro podía verlo tan feliz y al siguiente podría torturarlo de diversas formas, cosa que había pasado, no solo en una ocasión.

Finalmente se había ido de aquella casa, el Mexicano estaba recostado, claro, el dolor en su abdomen era el causante ¿Y por qué dolía su abdomen? Sencillo, las garras de Spreen habían pasado muy fuerte la noche anterior cuando nuevamente le abuso y sometió.

En cuanto al Híbrido caminaba por los bosques, pudo notar huellas, no eran suyas, mucho menos serían de Missa, el no podía irse ¿No? La duda invadió, un olor familiar se hizo presente, no era aroma de humano, tampoco de animal, empuño su espada mirando a los lados.

—¡Salí, boludo! ¡Sé que estás aquí, Salí!—

Y sin más, de entre las sombras un ente salió.

—No, Spreen, sabemos que si ambos peleamos nunca terminará o los dos moriremos... Solo quiero a Missa, ahora.—Hablo con sinceridad.

Ambos sabían que era cierto, ambos eran fuertes y sacaban ventaja de sus partes no humanas.

—Me importa una poronga lo que quieras.—

—Si no he hecho nada es por qué se que Missa saldrá herido,  eres un hijo de puta, entregalo, sabes que todos en el pueblo quieren tu cabeza, no estoy solo.—

El oso guardo su espada mirando de forma fría al Francés.

—No estoy de humor para tus boludeces, andá, lárgate.—

El Oso sabía que Shadoune no había logrado localizar la casa, claro, por ello Missa seguía en sus dominios y el Francés no le había atacado, por qué necesitaba a Spreen para llegar a Missa, eso le hacía dar una sonrisa de victoria.

—¿Que harás? ¿Me seguirás para saber dónde está? No soy pelotudo.—

—Sabes, en realidad, parece no soy el único que anda por aquí...—