Los ojos insondables detrás de las gafas observaban la calavera con una extraña mezcla de fascinación y horror.
Conocía a la perfección la cara que le había dado forma a sus pesadillas. Si su nariz aún captará olores, el que él desprendía le provocaria temblores. Su frío tacto le recordaba el dolor que le había hecho sentir y sus gafas se llenaron de lágrimas. Desgraciadamente viéndole ahí sonriendo mientras sostiene su cráneo, su alma tiembla.
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Microrrelatos II
DiversosEn este recopilatorio de historias volcaré emociones. Seguiré experimentado con las palabras, continuaré buscando el silencio entre los gritos del día a día.