En mi mente vive una señora.
Es muy diferente a mi; su voz es dulce, suave y profunda. Parece que acaricia los oídos con las sílabas.
No sé cuánto lleva conmigo, pero, aparece siempre que la necesito.
Al principio de mi vida, mi mente nunca estuvo vacía, siempre había gritos. Siempre había riñas. Pero ahora, aunque sigue estando lo del inicio, la señora calma la tormenta...
...O lo intenta.
A veces viene a socorrerme a mi, otras viene a regalarme historias.
¿Qué historias?
Las que le leo por la noche a mi pequeña. Me hace convertirme en narradora. Me presta su voz cargada de amor, de paciencia y consuelo. Lo hace para que la mente de mi pequeña no tenga tanto ruido y duerma.
Gracias señora, gracias.
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Microrrelatos II
De TodoEn este recopilatorio de historias volcaré emociones. Seguiré experimentado con las palabras, continuaré buscando el silencio entre los gritos del día a día.