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Mi otra mitad:

No sabía de medias naranjas ni de complementos ideales, no sabía de corazones acelerados ni de suspiros profundos, ni de celos, ni de anhelo, ni de tiempo ralentizándose a mi favor. Desconocía lo perjudicialmente maravilloso de experimentar todo eso... pero llegaste Ben, y bastó para que mi vida encontrara sentido.

Justo hoy sé que esas emociones tan intensas solo se sienten una vez, que solo una persona en el universo podría representar mi mitad perfecta... Que, si no eres tú, jamás volveré a sentir así de lindo con nadie, porque fuiste capaz de volcarme el mundo sin mover un dedo, y ahora no estás para enderezarlo con esa misma magia invisible.

Hoy se supone que esté muy feliz, y en el fondo lo estoy, pero no lo suficiente como para engañarte diciendo que ha sido un gran día.

Conocí a alguien, es magnífico, del tipo que sonríe todo el tiempo y no hace nada por lo que puedas llegar a enojarte. No debería escribirlo, pero me recuerda a ti.

Brett es un chico genial, me trata bien, se preocupa por mis cosas, le agrada a mi familia, es amigo de Deelan, es ahora mi prometido.

Hace apenas unas horas se hizo oficial nuestro compromiso, no dejé de pensarte ni un solo segundo mientras las voces y risas de todos se volvían un eco ensordeciendo mi juicio. Debías estar tú en su lugar, mi sonrisa sería más amplia, ambos seríamos felices. Brett estaría libre para hallar su propia felicidad.

No me hartaré de maldecir todos los cánones que nos enjaulan tras barrotes levantados por la propia humanidad; esos que hoy nos separan, esos que me atarán a alguien que no amo, esos que lo enlazan a él conmigo queriendo ser de alguien más.

Ya casi cumplo 22, Ben, no es mi culpa tener que deshacerme de los amores juveniles y la pasión adolescente. No has sido solo eso para mí, pero todo me impulsa a ser realista e ignorar los latidos bajo mi piel.

Brett no será feliz conmigo más que como un simple amigo, yo no puedo ofrecerle otra cosa ni él la espera de mí. Seremos dos desdichados, hasta el fin de nuestros días... a menos que regreses antes y aún esté a tiempo de renunciar a esta locura.

La vida nos sigue desafiando con obstáculos impensables, amor mío, pero esta unión no significará que te olvide ni que deje de amarte. Yo y Brett somos apenas cómplices en esto que podría llamar futuro matrimonio, seremos cómplices en pretender ser felices, en engañar a la sociedad con sonrisas que esconden dolor.

Con miradas compartidas que solo gritan cuánto amamos a otras personas... a nuestras verdaderas mitades.

𝐆𝐢𝐫𝐚𝐬𝐨𝐥𝐞𝐬 𝐩𝐚𝐫𝐚 𝐮𝐧 𝐬𝐨𝐥𝐝𝐚𝐝𝐨 𝐝𝐞 𝐩𝐚𝐩𝐞𝐥 ✓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora